Trabajadores
de todo el mundo uníos.
José Antonio
Robledo y Meza
Colegio de
Filosofía, FFyL-BUAP
wa: 2223703233
Trabajo-labor
después del covid-19.
Todo problema cuando el intelecto se halla en
una situación intermedia entre la ignorancia y el saber. No hay problema para
el ignorante, como tampoco lo hay para el sabio. El primer paso del método
consiste en concebir claramente los problemas…
Hay claridad de
la existencia de diferentes tipos de fenómenos laborales y globales
que han aparecido y se acentuarán –creando una catástrofe económica- si no se
plantea correctamente el problema a resolver. La OIT (https://www.ilo.org/global/lang--es/index.htm) reconoce que más de cuatro de cada cinco personas (81 por
ciento) de las 3.300 millones que conforman la fuerza de trabajo mundial están
siendo afectadas por cierres totales o parciales de su lugar de trabajo.
Los fenómenos laborales a nivel global son básicamente tres:
1)
despidos;
2)
disminución de salarios;
3) disminución de horas de trabajo;
La debacle económica será global si no se revierten estos tres
fenómenos. No hay soluciones nacionales.
Revisemos sintéticamente uno a uno cada uno de estos fenómenos.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a nivel mundial existen
dos mil millones de personas trabajan en el sector informal; 1.250 millones de
personas trabajan en los sectores considerados de alto riesgo y que pueden
sufrir “drásticos y devastadores” aumentos en los despidos y disminución de los
salarios y horas de trabajo.
1) Despidos.
La
OIT prevé dos escenarios:
a) que la crisis por el COVID-19 hará desaparecer 6,7
por ciento de las horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020, lo que
equivale a 195 millones de trabajadores a tiempo completo;
b) recortes a gran escala están previstos en los Estados Árabes
(8,1 por ciento, equivalente a 5 millones de trabajadores a tiempo completo),
en Europa (7,8 por ciento, o 12 millones de trabajadores a tiempo completo) y
en Asia y el Pacífico (7,2 por ciento, 125 millones de trabajadores a tiempo
completo).
Los sectores más expuestos al riesgo incluyen los servicios de
hospedaje y restauración, la manufactura, el comercio minorista y las
actividades empresariales y administrativas.
Existe un riesgo elevado de que para final de año la cifra será
significativamente más alta que la previsión inicial de la OIT, de 25 millones
de desempleados.
Más de cuatro de cada cinco personas (81 por ciento) de las 3.300
millones que conforman la fuerza de trabajo mundial están siendo afectadas por
cierres totales o parciales de su lugar de trabajo.
Resultado: catástrofe económica.
2) Disminución de salarios.
Se prevén enormes pérdidas en los distintos grupos de ingresos, en
particular en los países de ingresos medios altos (7 por ciento o 100 millones
de trabajadores a tiempo completo). Esto supera con creces los efectos de la
crisis financiera de 2008-2009.
Resultado: catástrofe económica.
3) Disminución de horas laborales.
Esto implicaría la disminución de la producción y el consumo
global y de todo lo que deriva de estas actividades económicas.
Resultado: catástrofe económica.
Como puede verse de producirse alguno de estos tres fenómenos que
en realidad es la emergencia de los tres simultáneamente conducen a un
problema: la catástrofe económica global.
Aritmética básica e ingenua a partir
de los datos ofrecidos por la OIT.
De un total de 7.722.731.490 habitantes se tiene en un día de 24 horas 185.345.555.760
horas disponibles; al mes el sistema económico global tiene en 30 días un total
de 556.036.667.280 horas disponibles.
Si solo
consideramos al total de trabajadores asalariados reconocidos tenemos 3.300.000.000
asalariados, de los cuales se reconoce que 2.673.000.000 asalariados resultarán
afectados quiere decir que en 30 días resultarán afectadas 80.190.000.000
horas.
Total
|
7.722.731.490 habitantes
|
X 24 horas = 185.345.555.760 horas
|
X 30 días = 556.036.667.280 horas
|
|
7.722.731.490 habitantes
|
X 8 horas = 61.781.851.920 horas
|
X 30 días = 1.853.455.557.600 horas
|
|
3.300.000.000 trabajadores
|
2.673.000.000 trabajadores afectados
|
X 30 días = 80.190.000.000 horas
|
¿Qué política global implementar para
no solo mantener las horas afectadas -80.190.000.000 horas-sino incluso aumentarlas?
Y aquí formulo el problema ¿Cómo aprovechar esta crisis para no
solo conservar sino, por el contrario, crear más empleos? La respuesta es
distribuir las horas disponibles entre más personas reduciendo la presencia de
los robots globalmente y creando y respetando los ambientes de trabajo surgidos
de la cuarentena.
La crisis
sanitaria y su cuarentena modificaron sustancialmente la inversión del tiempo y
las energías de los ciudadanos del mundo. Se excluyó casi por completo el
tiempo de labor y se abrió la posibilidad de invertirlo en otros quehaceres
humanos. Muchos descubrieron que hay otras posibilidades de inversión del
tiempo en otras actividades que requirieron de determinada disciplina o
autodirección orientadas a la reproducción no necesariamente de un artículo de
consumo o una posesión negociable. Descubrieron que pueden realizar actividades
dirigidas hacia un propósito definidos por ellos mismos, que pueden realizarlas
invirtiendo tiempo y que pueden mejorar su competencia al realizarlas
repetidamente y si se empeñan en ello. Los productos son obras que no requieren
rudos empeños y esfuerzos penosos. Las obras cumplidas son las finalidades del
trabajo realizado. Muchos habrán desarrollado el amor por la actividad
desarrollada y las obras logradas; habrán modificado sus criterios para valorar
lo hecho y lo logrado.
El trabajo
realizado produjo el placer inherente al valor intrínseco a lo hecho y lo
logrado. Junto con lo anterior habrá surgido la necesidad de la excelencia
tanto de las actividades realizadas como a sus resultados, a sus obras.; no
están orientadas por la propensión a procurar satisfacción a consumidores.
Lo hecho y
realizado están vinculados conceptualmente con la excelencia, alejados a la
alienación o enajenación habituales. El concepto subordinante de esta
experiencia es “trabajo” concebido como acción no enajenada.
El trabajo no
tiene que producir placeres, es un placer realizarlo. El placer consiste en
hacer el trabajo y hacerlo bien no en alguna consecuencia, ni estado mental
producido por el trabajo.La felicidad consiste en realizar actividades: no la
constituyen placeres producidos por las actividades.
El trabajo no
está relacionado contingentemente con su producto. La descripción del proceso y
la descripción del producto son parte de un mismo esquema conceptual; la
calidad del trabajo y la excelencia de su producto se juzgan juntas, se dan
necesariamente.
El objetivo del
trabajo lo define el trabajador y, por lo tanto, con él se identifica.
Así las cosas el
trabajo será un empeño en que se produzca una obra de alguna clase, sujeta a
normas de excelencia para esa clase de obra, y tal, que el trabajador desee
producir esa clase de obra conforme a una descripción tal, que esas normas de
excelencia sean las propias del caso y las cuales acepte él, en todas
circunstancias.
El trabajador siente
amor por su obra, y tendrá una razón para proceder en ésta y no en otra manera,
en términos de las cualidades y excelencias hacia las que apunta en el producto
acabado.
Algunas labores
nos producen placeres. El placer de laborar (en caso de que exista) es siempre
extrínseco a la labor.
Se trata en el
futuro próximo de reducir las labores que están relacionadas contingentemente
con su producto, donde el proceso de producción y el producto son
conceptualmente distintos. Muchos de quienes laboran en un proceso ni siquiera
saben para qué producto sirve su labor. Se deben eliminar las relaciones
económicas donde el laborante no está necesariamente de acuerdo y con cuyo propósito
no puede identificarse. Se trata de promover las normas de excelencia a que pueda aspirar el trabajador y divulgar los
verdaderos objetivos del sistema económico.
Conclusión.
Es necesario adoptar medidas políticas integradas, de cooperación
internacional, y a gran escala, centradas en cuatro pilares: utilizar el
diálogo social entre trabajadores gobiernos y empleadores, proteger a los
trabajadores en el lugar del empleo y fuera de él, apoyar a los trabajadores
mejorando sus ingresos, Incrementando los empleos y apoyando a las empresas que
apoyen todo lo anterior. El resultado no solo evitará la catástrofe económica
sino estimulará la economía.
El objetivo de los trabajadores es incrementar la calidad de vida
de toda la humanidad por medio de un sistema económico más justo y sostenible
porque no atenta contra el medio ambiente.
El sistema económico debe modificar las relaciones de explotación
y enajenación por relaciones más amistosas que reduzcan al máximo la violencia
existente.
Puebla, Pue. 13 de abril de 2020
En días de cuarentena.
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