jueves, 23 de enero de 2020

Foro “Retos y perspectivas de las humanidades en México”, 21 al 24 de enero de 2020 Auditorio Luis Villoro, de la FFyL(avenida Juan de Palafox y Mendoza 410, Centro). Facultad de Filosofía y Letras-BUAP.


Las humanidades hechos y razones.

Foro “Retos y perspectivas de las humanidades en México”, 21 al 24 de enero de 2020
Auditorio Luis Villoro, de la FFyL(avenida Juan de Palafox y Mendoza 410, Centro).
Facultad de Filosofía y Letras-BUAP.
José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP
robledomeza@yahoo.com.mx
wa: 2223703233

El foro fue convocado para llevarse a cabo en la Facultad de Filosofía yLetras de la BUAP con el nombre “Retos y perspectivas de las humanidades en México”. Aprovecharé la oportunidad para actualizar la discusión sobre la producción actual del conocimiento social y su relevancia para el desarrollo de una sociedad que cada día requiere y exige de mayores destrezas intelectuales en cada uno de sus individuos, independientemente de la actividad a la que se dediquen.

Si entendemos por “reto”, al que alude la convocatoria, a un“objetivo o empeño difícil de llevara cabo, y queconstituye porello unestímuloyundesafíoparaquienloafronta” (rae), y si son cuatro las temáticas que se propone para guiar las discusiones en torno a las humanidades: investigación, docencia y planes de estudio, vinculación y participación social y divulgación entonces derivemos las preguntas que consideramos relevantes en torno a las humanidades: 

a) ¿Qué investigar y cómo hacerlo?
b) ¿Qué enseñar y cómo hacerlo?
c) ¿Qué vincular y cómo hacerlo?
d) ¿Qué divulgar y cómo hacerlo?

Todas las preguntas giran en torno a “las humanidades”. Para proceder filosóficamente es necesario responder antes, las siguientes preguntas fundamentales:

1) ¿Qué son las humanidades? Esta pregunta nos obliga a preguntarnos:
2) ¿Qué han sido?
3) ¿Qué queremos que sean?

Hecho lo anterior debemos responder a las preguntas
4) ¿Cómo lo haremos?
5) ¿Cómo lo sabemos?

Estas preguntas son filosóficas porque implican tener una visión que involucra, al menos, las siguientes áreas de la tradición: metafísica, ética, política, epistemología e historia.

Es un hecho que las humanidades constituyen una cuestión que atañe directamente a quienes las cultivan y difunden pero también es de interés de los ciudadanos que las demandan como parte de su formación. La cuestión de las humanidades es complejo y esto puede apreciarse por las preguntas que se pueden formular en torno a ellas. A continuación formularemos algunas de ellas.

¿Qué son las humanidades? ¿Los ciudadanos tienen derecho a demandar que las humanidades formen parte de su educación? ¿Las humanidades son portadoras de todos los derechos de un ser humano? ¿En qué consisten la dignidad y los derechos humanos y cuál es su relación con las humanidades? ¿Cuáles el papel de las humanidades en el ejercicio de los derechos y libertades de las personas humanas? ¿Por qué es deseable la presencia de las humanidades en el sistema escolar?¿Quién puede estar “en contra” de las humanidades? ¿Qué significa estar “en contra”? ¿Por qué en pleno siglo XXI deben promoverse las humanidades? ¿Por qué hay tanta dificultad para una reforma racional sobre la enseñanza de las humanidades en todos los niveles del sistema escolar? ¿Qué es lo que está en juego? ¿Quién debe decidir sobre como difundir las humanidades?¿Hasta qué punto la sociedad está dispuesta a apoyarlas? ¿Qué es lo que se legisla (aprueba o prohíbe) en México? ¿Se puede cerrar los ojos ante la flagrante desigualdad de acceso a los servicios escolares? ¿Cuáles son las obligaciones del Estado mexicano con respecto a la difusión de las humanidades?

Características del debate actual

El 15 de mayo de 2019 se decreta la reforma del artículo 3º constitucional. Este artículo modificó significativamente la concepción que de la educación se tenía especialmente lo relativo a las humanidades que fueron explícitamente incluidas. Los conceptos filosóficos de persona, justicia, libertad, solidaridad, derechos humanos, igualdad sustantiva, cultura, obligatoriedad, gratuidad, universalidad, laicismo, honestidad, enseñanza, aprendizaje, docencia, valores y público son fundamentales en este texto. Estos conceptos exigen una redefinición en muchos de los aspectos operativos del sistema escolar: docencia, investigación, evaluación, planes y programas de estudio, extensión universitaria. 

En abril del 2002 aparece en la revista Nexos el artículo de Jacques Barzun “Adiós a las humanidades”. A continuación reproducimos los tres primeros párrafos: 

“¡Ay las humanidades! de dientes para afuera todo el mundo habla de su importancia, todo el mundo está de acuerdo en que no hay nada mejor que un humanista completo, pero lo cierto es que ni los estudiantes se humanizan en su contacto con las humanidades ni tampoco las eligen masivamente, y la opinión mayoritaria, aunque velada, es que las humanidades son sólo para quienes quieren dedicarse profesionalmente a alguna de sus ramas.

Si esto es cierto, y tengo muy buenas razones para creer que lo es, eso significa que la atención que se ha dedicado a las humanidades durante su larga y pública agonía ha estado mal dirigida. ¿En qué consiste la equivocación? Para empezar, ¿sabemos realmente cuáles son las humanidades? Por lo general se cuenta el estudio de la lengua y la literatura, la historia de las artes, la filosofía; en ocasiones, la historia, aunque eso depende del capricho de los científicos sociales; en cualquier caso no tiene mayor importancia. La triple división -ciencias, ciencias sociales, humanidades-, útil en términos de organización académica, contiene el germen del mal que ha infectado prácticamente todo intento de dar un nuevo impulso a las humanidades y hacerlas provechosas. El hecho de que se agrupen determinadas “materias” por su oposición a otras materias denominadas no humanistas ha dado lugar a que las humanidades se transformen, al igual que esas otras materias, en meras especializaciones. Como consecuencia, su propósito original se ha perdido o ha quedado pervertido.

Tan es así que la literatura y las artes se estudian ya de una forma puramente técnica. No se estudia poesía y narrativa o arte y música para recibir y disfrutar lo que en sí ofrecen, sino para poner en práctica algún complicado método que excluye cuidadosamente las sensaciones, el placer y la meditación. Estos “enfoques”, como se les denomina (y acertadamente puesto que no llegan al corazón del asunto), pueden ser o no adecuados para aquellos estudiantes que deseen especializarse en lo que alguna vez fue una materia humanística. Lo que importa no es su valor, sino que si las humanidades se convierten en otras tantas ciencias sociales o ciencias de cualquier clase, no puede esperarse que de ello resulte una mayor humanización.”

Los planteamientos de Barzun fueron antecedidos por un debate en los años 80s del siglo pasado. Este debate fue un giro que data del encuentro y la convergencia de varios fenómenos: la creciente especialización de estos saberes, el reorden de los territorios que abarcan antiguas disciplinas, la emergencia de nuevas disciplinas que exigían una definición sobre las particularidades de sus objetivos y procedimientos propios, el afán de producir sitios que hicieran posible el conocimiento multidisciplinario (ecología, urbanismo, teoría de sistemas, etc.). Una de las peculiaridades que caracterizan al desarrollo de las disciplinas contemporáneas es el creciente impacto que ejercen unas sobre otras -la sociología y la antropología sobre la historia, la politología sobre el derecho, la historia sobre la economía, etc.-, así como una separación creciente entre varios campos visibles que se distinguen no solo por sus objetos de estudio sino por la forma como fincan sus procedimientos y cobran legitimidad en tanto que saberes sociales. Grosso modo, y a costa de simplificarlos, se puede distinguir la demarcación de tres campos: a) las ciencias “duras” o “exactas”, cuyo cometido central es la reducción y elaboración de los referentes de la complejidad, b) las ciencias sociales, ligadas al estudio de la  acción social y la formación de decisiones; y c) las humanidades, cuyo objeto central es la producción de sentido y la autorreflexión sobre el ser humano (historia, filosofía, letras, estéticas, derecho, filología, antropología, comunicación, etc.).

Ninguna de estas definiciones es nueva. Al igual que el de “humanidades”, el termino ciencias “exactas” o de la “naturaleza” data del siglo XVII. El concepto de ciencias sociales es más reciente y se remonta al siglo XIX. Uno de los propósitos del foro seria precisamente recorrer la historia de los diversos significados que han adoptado estos conceptos para definir los diversos campos del saber. 

¿Qué tan pertinente resulta hoy en día la división de los saberes en campos que se nutren a sí mismos y se reproducen de esta manera?

En la última reforma al tercero constitucional, la función social de las humanidades se ha ampliado y se ha vuelto más compleja. Su espacio de recepción alcanza a todos los ámbitos de la educación primaria, media y superior. Su divulgación en los medios de comunicación convoca auditorios masivos. Su papel en la formación de identidades públicas es determinante. Son esenciales para el desarrollo de una ciudadanía auténticamente democrática, crítica y consciente de sus derechos y obligaciones. Hoy existe constitucionalmente un mayor respaldo a las humanidades y, por lo tanto, que las instituciones respalden su desarrollo y consolidación.Ciertamente, la constitución no lo puede todo.

Que este foro ayude a sistematizar conceptos y argumentos para disponer de herramientas de pensamiento, sobre las que mantener un debate intelectual honesto y riguroso. Es necesario promover un amplio debate público, con tiempos equitativos en los medios masivos de comunicación. Por ello, la necesidad impostergable de democratizar el tratamiento en torno a las humanidades. Abordar estos problemas implica enfrentar los dilemas que nos plantean el desarrollo científico y tecnológico, la razón y la libertad. No es posible formular la complejidad de las cuestiones asociadas con las humanidades en un maniqueo posicionamiento de “a favor” o “en contra”. 

Este es un documento general. Para cada cuestión planteada habrá una reflexión aparte.

Mtro. en Historia José Antonio Robledo y Meza, P.I. Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP y fundador y director del proyecto “México el árbol de los mil frutos”.
Miguel Nava, Coordinador de la Asociación Filosófica de Puebla A.C., “Ecos del Espejo”.
C. Mtra. en Filosofía UNAM Karla Pérez Rodríguez, profesora Escuela Preparatoria 2 de Octubre de 1968, BUAP y Secretaria de actividades y proyectos de la Asociación Filosófica de Puebla A.C., “Ecos del Espejo”.
Lic. en Filosofía BUAP Lizzet González García, profesora del Colegio Liceo Reforma.
Lic. en Filosofía BUAP Gonzalo Salgado Villa, profesor del Instituto de estudios superiores VW.
Estudiante del Colegio de Filosofía BUAP, Martín González Rojas, miembro de Sphaera.
Estudiante del Colegio de Filosofía BUAP, Angélica Guadalupe Salazar Ruiz, miembro de Sphaera.

Proyectos participantes:

México el árbol de los mil frutos.












Tlciudadana, la televisión para todos.







Temiki Radio.








Sphaera.

Asociación Filosófica de Puebla A.C. Ecos del Espejo





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