Los
símbolos patrios: el Escudo Nacional.
José
Antonio Robledo y Meza
Colegio
de Filosofía, FFyL-BUAP
WA:
2223703233
Tres
son los símbolos patrios
1)
El Escudo Nacional, 2) La Bandera, 3) El Himno.
Hoy
nos ocuparemos del Escudo Nacional. De su Historia e identidad. De
cómo surgió como símbolo nacional.
Para
la interpretación del Escudo Nacional aplicaremos el siguiente
método
1)
Observar con atención, 2) deducir con sabiduría, 3) y confirmar con
evidencia firme.
Pero
¿Qué Observar?
Hay
que observar: signos.
Hay
diferentes tipos de signos: a) íconos o semejanzas; b) indicios; c)
símbolos.
Los
signos son cosas que representan de alguna forma otra cosa, de tal
manera que sirven para llevar al conocimiento de otra cosa.
Cada
signo se compone de una relación de tres entidades: el objeto, el
representamen y el interpretante.
El representamen es
«algo (el escudo) que está para alguien (los mexicanos, la
humanidad) en lugar de algo (la Patria, la Nación, el Pueblo
Soberano, la Humanidad) bajo algún aspecto o capacidad. Se dirige a
alguien (los mexicanos, la Humanidad), esto es, crea en la mente de
los mexicanos y humanos un signo equivalente o quizá un signo más
desarrollado (las ideas de Patria, de Nación, de Pueblo Soberano, de
Humanidad).
Los
íconos
Un
icono representa a un objeto (el águila, la serpiente, el nopal, las
tunas, la encina, el laurel, el agua, la piedra, el listón, los
caracoles, los chalchihuites) en cuanto a que, siendo una cosa
percibida, excita una idea (la idea de Unión de los ser humanos)
naturalmente unida a la idea excitada por el objeto al que se refiere
Los
indicios
Los
indicios representan un objeto por virtud de una conexión real con
éste (el águila con el sol, la serpiente con la tierra…), y por
esto dirigen la atención de la mente forzosamente hacia tal objeto.
La
conexión física entre el indicio y su objeto los convierte en “un
par orgánico”, donde “la mente que lo interpreta no tiene nada
que ver con esa conexión, excepto observarla después de que se ha
establecido”.
La
característica fundamental de los indicios es que se basan en la
experiencia (la cultura universal), y de esta forma la identificación
de su espacio-temporalidad es lo que establece la existencia de la
conexión real con el objeto.
A
diferencia del indicio, en el icono el requisito “no
es
la experiencia, sino la capacidad
para
la experiencia” para que la semejanza pueda presentarse a los
sentidos.
El
indicio se usa en muchos casos como medio para conectar dos
experiencias, y como tales tienen que estar enmarcadas en el tiempo y
el espacio. De tal forma es que el representamen en éste caso debe
estar físicamente conectado con el objeto que representa.
Ejemplos
de esto son el Águila (Sol) y la Serpiente (Tierra), las Tunas
(corazones), etc.
Hay
una conexión física entre la productividad de la tierra, el sol y
los sacrificios cotidianos de los humanos.
Los
símbolos
Los
símbolos se clasifican como los signos generales asociados a su
significado por el uso que se le da (provocar sentimientos de unidad
universal).
Los
símbolos son signos compuestos normalmente por iconos e indicios (el
Escudo).
El
símbolo es el signo naturalmente adecuado para mostrar que ciertos
objetos, que son a su vez representados por indicios, están
representados por un icono asociado a éstos.
El
símbolo está conectado al objeto a través de una idea en la mente
(la Unión Universal), la cual a su vez es producto de un proceso de
repetición del objeto y el símbolo.
En
la antigüedad la palabra símbolo estaba relacionada con el concepto
de hacer un contrato o un acuerdo (en el presente la Constitución),
y según Aristóteles a los signos convencionales se les llama
símbolos.
El
significado de los símbolos pertenece y se desarrolla dentro del uso
y las experiencias en el que se da (la cultura).
Al
representar convencionalmente una clase de cosas se hace evidente
porque es que su conexión con esos objetos se da en virtud de la
idea que se tiene en mente.
El
Escudo tiene su origen en el jeroglífico de la fundación de la gran
Tenochtitlán.
La
Imagen de La Tierra Prometida.
El
Escudo Nacional de México, está conformado por, al menos, 11
elementos.
1) El Águila en actitud de combate.
1) El Águila en actitud de combate.
2) La Serpiente que está sostenida por el pico y una de las patas del águila.
3) el Nopal sobre el que se posa el águila; las pencas del nopal simbolizaban a los tlatoanis vencidos en el transcurso de la Conquista.
4) Tunas rojas.
5) Ramas de encino al frente del águila. La encina puede llegar a vivir mil años.
6) Ramas de Laurel. Al lado opuesto de la de laurel.
9) El listón tricolor que corresponden a los de la Bandera Nacional.
10) caracoles
11) chalchihuites
Descripción
del Escudo.
De
esta manera, el
Escudo Nacional está constituido por un águila
mexicana,
con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas en un
nivel más alto que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud
de combate; con el plumaje de sustentación hacia abajo tocando la
cola y las plumas de ésta en abanico natural.
Posada
su garra izquierda sobre un nopal
florecido
que nace en una peña
que
emerge de un lago,
sujeta con la derecha y con el pico, sostiene, a una serpiente
curvada, de modo que armonice con el conjunto.
Varias
pencas del nopal se ramifican a los lados.
Dos
ramas, una de encino al frente del águila y otra de laurel al lado
opuesto, forman entre ambas un semicírculo inferior y se unen por
medio de un listón dividido en tres franjas que corresponden a los
de la Bandera Nacional.
La
bandera y el escudo nacional, simbolizan la Patria, la Nacionalidad,
la Unidad de la Humanidad.
El
Escudo representa la señal que los aztecas, procedentes de Aztlán
(¿Pangea?) buscaban en su migración hacia el sur para fundar una
nueva ciudad.
Las
líneas marcadas sobre Pangea señalan las masas de tierra que se
separarían para formar los continentes actuales.
Existen
varias interpretaciones sobre el significado mítico de esta
representación del pueblo azteca que dominó el centro del
territorio del país hasta la llegada de Hernán Cortés.
Crónica
Mexicáyotl
Pero
México no existía todavía.
Aún
había ceibas y carrizales,
donde
ahora es México.
Llegaron
entonces
allá
donde se yergue el nopal.
cerca
de las piedras vieron con alegría
Cómo
se erguía un águila sobre un nopal.
Cuando
el águila vio a los azteca,
Inclinó
su cabeza.
De
lejos estuvieron mirando al águila,
su
nido de variadas plumas preciosas.
La
leyenda azteca
Una
revisión exhaustiva de los códices, pinturas y códices
poscortesianos, muestra que no había una serpiente en la leyenda
original.
En
algunas ilustraciones aztecas, como el Códice Mendoza sólo se
muestra un águila, mientras que en el Códice Ramírez,
Huitzilopochtli ordenó a los aztecas encontrar un ave preciosa
parada sobre un nopal.
Códice
Mendoza
Códice
Ramírez
En
el texto Chimalpahin
cuauhtehuanitzin,
el águila está devorando algo, pero no se menciona qué es.
Aun
otras versiones muestran al águila agarrando el símbolo azteca de
la guerra (lo real), el glifo “atl-tlachinolli”, “agua que arde
(oximoron)”.
atl-tlachinolli
Leyenda
del Escudo Nacional de México
El
Escudo Nacional de México, tiene una simbología de origen
precuauhtémico. Proviene de los mexicas. La leyenda que da
origen a la significación histórica y antropológica de unos de
los símbolos
patrios de la nación Mexicana.
El
significado original del símbolo era distinto en numerosos aspectos.
El
águila era una representación del dios sol, Huitzilopochtli, que
era muy importante, pues los aztecas se llamaban a sí mismos “el
pueblo del Sol”.
Huitzilopochtli,
el padre de la gran Tenochtitlán
El
nopal, con sus frutos, llamado “tenochtli” en náhuatl,
representa la isla sobre la que la ciudad de Tenochtitlán fue
fundada.
Para
el pueblo azteca, la serpiente representaba sabiduría y tenía
connotaciones relacionadas con el dios Quetzalcóatl. Entre los
aztecas, la escena con el águila devorando a la serpiente, sería
considerada como impropia.
La
historia de la serpiente se derivó de una traducción incorrecta de
la crónica Mexicayotl
por Álvaro Tezozomoc, quien tradujo la frase náhuatl ihuan
cohuatl izomocayan,
“la serpiente silba”, como “la serpiente es destruida”.
Basado
en esto, el padre Diego Durán reinterpretó la leyenda, de manera
que el águila representara el Bien, mientras que la serpiente
representa el Mal y el pecado.
A
pesar de su imprecisión, este significado fue adoptado puesto que
correspondía con la tradición heráldica europea.
Por
ello, aunque esta visión no corresponde con las tradiciones
precuauhtémicas, fue utilizada por los misioneros para la catequesis
y la conversión de los pueblos indígenas al cristianismo.
El
padre Durán utilizaría esta versión de la historia por primera vez
en 1582 para ilustrar su “Atlas de la historia de los indios de la
Nueva España e islas de Tierra Firme”, y pronto fue adoptada por
otros.
No
sería hasta la guerra de Independencia que se usaría como escudo de
armas.
El
ave en el escudo de armas mexicano es un águila real.
Sin
embargo, en un estudio de 1960, el ornitólogo mexicano Martín del
Campo identificó el ave en el códice como el caracara o
“quebrantahuesos”, una especie común en México (aunque el
nombre “águila” es incorrecto, puesto que el caracara es un tipo
de halcón).
De
cualquier manera, el águila real se considera como el águila
mexicana para fines oficiales, y por la misma razón se considera el
ave oficial de México.
Cuando
el padre Durán introdujo la serpiente, originalmente se trataba de
una serpiente acuática. Pero en 1917, la serpiente fue representada
como una serpiente de cascabel porque era más común que las
variedades acuáticas en las ilustraciones prehispánicas.
Independientemente
de esto, el diseño y coloración de la serpiente en el escudo
moderno no corresponde con los de ninguna especie de serpiente, y
fueron inspirados por una representación de Quetzalcóatl, una
serpiente de cascabel con plumas de quetzal.
Quetzalcóatl
en forma de serpiente emplumada en el Códice Telleriano-Remensis
La
leyenda que protagoniza El Dios Huitzilopochtli, el pueblo de
los mexicas y el mítico Tenoch.
La
Imagen de La Tierra Prometida.
La
leyenda está centrada en la idea de la Fundación de
México-Tenochtitlan, en la cual, el dios Huitzilopochtli, revela una
imagen de la tierra en donde los Aztecas debían establecer su
ciudad.
“Establezcan
su territorio, en el lugar donde vean el Águila parado sobre un
nopal devorando una serpiente”.
La
travesía de los mexicas y el Mítico Tenoch
El
pueblo de los mexicas, también conocidos como “Tenochca”
procedía de Chicomostocaztlán. Fueron en busca de la tierra
prometida, emprendiendo una ardua travesía con la firme creencia de
que su Dios cumpliría su promesa.
Imagen
del códice "Historia tolteca-chichimeca" del s. XVI, que
representa la mítica Chicomóztoc.
Cruzaron
grandes distancias, enfrentaron batallas, tuvieron que combatir la
esclavitud a la que fueron sometidos y después de muchos años de
peregrinaje.
Tenoch,
Cacique de los mexicas, descubrió el nopal sobre el cual se
encontraba el águila
devorando la serpiente.
Tenoch
Representado en el Códice Mendocino.
Este
lugar es lo que hoy se conoce como Ciudad de México.
Mexicas
y la República Mexicana
El
águila representa la unidad del pueblo mexicano, dicha unidad tiene
la misión, no de explotar a los demás, sino de vivir en paz. Esa
visión cosmogónica es de una grandiosa significación, entendiendo
que México como nación, debe su nombre a ese origen ancestral.
El
actual diseño del escudo nacional está en uso desde 1968 y su
creador fue Francisco Eppens Helguera (San Luis Potosí, 1 de
febrero de 1913 - Ciudad de México, 6 de
septiembre de 1990).
Francisco
Eppens Helguera
Historia
oficial
El
escudo de Armas de México fue inspirado por la leyenda azteca acerca
de la fundación de Tenochtitlán.
De
acuerdo a dicha leyenda, los aztecas, que entonces eran una tribu
nómada, se desplazaban por México en busca de una señal divina que
indicara el punto preciso sobre el que habrían de fundar su capital.
El
dios Huitzilopochtli les había ordenado que encontraran un águila
devorando una serpiente, parada sobre un nopal.
Después
de años de búsqueda, encontraron la señal en un islote del Lago de
Texcoco. Fue ahí donde fundaron su capital.
Interpretaciones
contemporáneas
A
lo largo de la historia del escudo nacional se le han atribuido una
variedad de significados a sus elementos, aunque las interpretaciones
más comunes son:
Que
el águila representa al pueblo mexicano, y su pose combativa
significa que el pueblo está listo para enfrentar los retos que la
vida y el mundo les presenten.
Que
la serpiente representa a los enemigos de México, que aunque no se
identifican, podría significar cualquier interés extraño que
intente dañar al pueblo Mexicano.
El
que la serpiente esté siendo devorada por el águila, significa que
el pueblo mexicano prevalecerá sobre sus enemigos.
Que
el nopal, con sus espinas; representa los retos y problemas de
México.
El
águila, desafiantemente parada sobre el nopal significa que el
pueblo mexicano sobrellevará estos retos.
Que
los símbolos aztecas del islote y el agua, representan los orígenes
indígenas de México, unidos en la Colonia por el mestizaje entre
europeos e indígenas.
Que
las ramas de laurel y encino que rodean al escudo, representan la
Victoria y Martirio de quienes han dado su vida por la patria
mexicana.
Representación
metafórica de la unión de la Raza Mexicana, dando como producto
Quetzalcóatl “serpiente emplumada”, surrealismo cósmico-terrenal
entre águila y serpiente.
Historia
El
diseño del Escudo Nacional se remonta a la leyenda de la Fundación
de la Gran Tenochtitlan.
El
prodigio se sitúa, según códices y crónicas de diversos autores,
hacia el año de 1325. La imagen del acontecimiento se tomó desde
entonces como Escudo y su narración se transmitió oralmente por
varias generaciones.
Para
los antiguos mexicanos, el Águila era el símbolo con el que se
representaba la fuerza cósmica del Sol, mientras que las fuerzas
potenciales de la Tierra estaban fundidas en la imagen de la
Serpiente.
De
esta forma, el Águila sosteniendo a la Serpiente significa la
comunión de esas fuerzas vitales.
Asimismo,
el Nopal, además de representar un alimento prehispánico por
excelencia es una planta propia del paisaje mexicano y que nos ubica
simbólicamente en el lugar rodeado por cactáceas.
Al
consumarse la Conquista, los pobladores de la nueva ciudad
solicitaron a la Corona Española conservar el mismo escudo, pero
enmarcado con pencas del nopal que simbolizaban a los tlatoanis
vencidos en el transcurso de la Conquista.
Durante
el Virreinato se utilizó ese escudo y era ampliamente conocido su
origen prehispánico.
Los
aztecas, quienes probablemente adoptaron costumbres guerreras
antiguas eran conocidos por sus batallas y el uso de banderas en el
campo de batalla.
Las
banderas o pantli
estaban hechas de plumas de distintos colores y mostraban el escudo
de armas particular del oficial que lo portaba.
Banderas
o pantli
Bernal
Díaz del Castillo menciona que Hernán Cortés venció a los aztecas
en Otumba al derribar al general que portaba la bandera. Los aztecas
supusieron que el general había sido hecho prisionero y por ello
abandonaron el campo de batalla.
Otros
reinos indígenas, que no habían sido subyugados por los Aztecas,
tenían sus propios escudos de armas. Notablemente los reinos de
Tlaxcala y Michoacán.
Por
algunos meses, después de la dimisión del Tlatoani, Cortés gobernó
México como soberano virtual.
Luego,
se podría decir que su escudo de armas era el escudo oficial en
México. Su insignia personal portaba la imagen de la Virgen María.
Se sabe que llevaba consigo su insignia durante la conquista de
México.
De
1521 a 1821, el Escudo de Armas de la Nueva España era la Cruz de
San Andrés. Siempre se mostraba junto con el escudo de armas de
España.
Cruz de San Andrés
Escudo de España (mazonado)
Cruz de San Andrés
Escudo de España (mazonado)
En
1810, Miguel Hidalgo, líder de la primera etapa de la guerra de
Independencia, usó un estandarte de la Virgen de Guadalupe, tomado
de la parroquia de Atotonilco, como su bandera.
Esta
bandera se exhibe en el Museo Nacional de Historia junto y en el
mismo rango que banderas mexicanas más recientes.
Durante
la lucha de Independencia, en 1811, la Suprema Junta Nacional
Americana, establecida en Zitácuaro y conformada por Ignacio López
Rayón, José Sixto Verduzco y José María Liceaga, utilizó como
sello en su documentación oficial el Águila mexicana.
En
1812, durante la segunda etapa de la guerra de independencia, José
María Morelos y Pavón usó un águila parada sobre tres arcos y un
cactus. En letras pequeñas dentro de los arcos estaba el acrónimo
“VVM” que significa “Viva la Virgen María”.
El
lema significa “Vencedora con ojos y uñas”.
En
letras grandes y rodeando el águila aparecía en letras doradas la
leyenda “OCVLIS ET VNGVIBVS AEQVE VICTRIX”, “Por sus ojos y
manos igualmente victoriosos”.
Por
su parte, José María Morelos y Pavón adoptó ese símbolo para su
bandera y correspondencia, y hubo de expedir, desde Puruarán, los
Decretos del 3 de julio de 1815, relativos a la adopción de los
primeros símbolos de una Nación en lucha por su Independencia.
Primer
Imperio Mexicano (Agustín de Iturbide)
En
1821, Agustín de Iturbide, primer Emperador de México, añadiría
una corona real al águila como el símbolo de su imperio. Los
elementos se dibujarían al estilo europeo, con el águila de frente.
Concluido
el Imperio de Agustín de Iturbide y triunfante la República, el
Congreso Constituyente expidió un decreto el 14 de abril de 1823,
para rediseñar el símbolo de acuerdo con la tradición indígena:
el Águila de perfil posada sobre un nopal, devorando a la Serpiente.
Ramas
de encino y de laurel, emblemas de la fortaleza de la victoria,
adornaban la figura que ya no ostentaba la corona imperial.
En
1823, con un diseño por José Mariano Torreblanca, la corona se
omitiría y se añadirían nuevos elementos de la tradición europea
para celebrar la victoria de la República.
El
escudo de armas devino oficial y empezó a ser usado en monedas,
estampas, sellos y papeles oficiales.
Pero
no fue hasta 1917 que esto sería definido por ley, por lo que se
pueden encontrar muchas variantes.
Durante
el gobierno del primer Presidente de México, Guadalupe Victoria, se
acuñó moneda con el Escudo Nacional en la forma ya descrita, y no
sería sino hasta la época del Presidente Porfirio Díaz, cuando en
la Bandera Nacional apareció el Águila de frente con las alas
extendidas.
En
1863, Maximiliano de Hasburgo, segundo Emperador de Mexico, volvería
a añadir la corona real, y el escudo de armas estaría envuelto en
el manto imperial con el lema Religión,
Independencia.
Segundo
Imperio Mexicano (Maximiliano de Habsburgo)
En
1865, en una segunda versión, desaparecía la corona real, y se
añaden dos grifos, con el lema Equidad
en la justicia
En
1867, después de la caída del Segundo Imperio, la República
restauró muchos de los elementos de la versión de 1823.
En
1887, el presidente Porfirio Díaz haría cambios al águila, para
que su apariencia general reflejara el estilo francés de la época.
En
1916, el presidente Venustiano Carranza revirtió los cambios hechos
por Diaz, y restauró algunos de los símbolos aztecas originales. La
serpiente acuática fue reemplazada por la serpiente de cascabel, y
el águila ahora se mostraba de lado, en lugar de mostrarse de
frente.
A
partir de la presidencia de Venustiano Carranza, por medio del
decreto del 10 de Septiembre de 1916 se determinó retornar a las
raíces indígenas, adoptando el emblema que actualmente está
montado en nuestro Lábaro Patrio.
Este
diseño fue creado por los artistas Antonio Gómez y Jorge Enciso. De
cualquier manera, debido a los problemas políticos de la época, el
escudo no se hizo oficial hasta 1932, bajo el mandato del presidente
Abelardo L. Rodríguez.
En
1968, el presidente Gustavo Díaz Ordaz ordenó un pequeño cambio,
de modo que el águila se mostrara más agresiva. Este diseño del
pintor Francisco Eppens Helguera se usa hasta la actualidad. Además,
se promulgó una ley para definir y controlar el uso de los símbolos
nacionales.
En
1984, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado promulga la ley
actual que gobierna el diseño y uso de los símbolos nacionales,
entre ellos, el escudo nacional.
La
utilización de esos símbolos tiene un propósito, de crear en el
alma colectiva, una conciencia de unidad nacional. Esa es una
aspiración, y la ley es el marco que sirve para establecer, para
fijar esta aspiración desde un punto de vista jurídico.
Esto
ha variado, el símbolo, el Escudo Nacional con al águila, con la
serpiente, ha tenido diversas representaciones.
Interpretación
de los símbolos aztecas
El
escudo tiene al menos dos niveles de abstracción.
Una
es la representación pictórica del nombre de la capital azteca.
En
otro nivel, representa una de las creencias cosmológicas importantes
de su cultura.
El
águila real soportando a la serpiente representa la comunión del
Sol con la tierra.
En
términos llanos, representa el renacimiento diario del sol en el
amanecer, en el ciclo diario del día y la noche.
Con
el elemento del agua, también representativo de la Luna, evoca el
mito del nacimiento de Huitzilopochtli,
Huitzilopochtli
nació armado del vientre de su madre, y mata a su hermana
Coyolxauhqui (diosa de la Luna) y a sus cuatrocientos hermanos.
El
águila está sustentada en el nopal.
La
tuna, fruto del nopal, representa el corazón humano, y por lo tanto
es una representación de la creencia azteca del sacrificio humano y
ofrenda del corazón para garantizar el don de un nuevo día.
El
águila representa la fuerza cósmica del sol.
El
nopal representa el paisaje del Valle del Anáhuac
Fue
hasta el siglo XVI cuando los españoles introdujeron la serpiente.
La
serpiente representa las potencialidades de la tierra
Con
algunas variantes, el águila sobre el nopal fue utilizada durante
mucho tiempo.
A
fines del siglo XVIII se le agregaron ramas de encino y laurel.
La
piedra de donde surge el nopal es el corazón sacrificado
Fue
hasta 1824 cuando se le conformó con todos sus elementos.
El
laurel
El
laurel, símbolo de la guerra y de la victoria, se consagraba al Dios
Ares, o Marte, y aún en nuestros días el laurel sigue coronando al
vencedor, aunque sea de forma simbólica.
El
laurel, como muchas otras plantas, tiene detrás algunas historias
que se remontan a la Grecia antigua y está relacionado con dioses y
ninfas.
De
hecho la palabra “laurel” en griego significa Dafne, nombre de
una de las ninfas de las que se enamoró Apolo.
Desde
hace siglos el árbol de laurel es el símbolo de la victoria.
En
tiempos de la legendaria Roma imperial los emperadores romanos se
coronaban con coronas de laurel como símbolo de sus victorias, y
antes que ellos, en la antigua Grecia, los ganadores en las
olimpiadas eran agraciados también con este solemne distintivo.
Para
encontrar el origen de este peculiar simbolismo nos tenemos que
remitir a la mitología clásica de la antigua Grecia.
Y
más concretamente a un mito en el que Cupido, Apolo y Dafne figuran
como protagonistas. Dafne era una ninfa, hija del dios-río Peneo
Narra
la historia que Apolo
(dios griego de la poesía, la belleza, el arte, la música y la
adivinación) envidioso de Cupido
quiso competir con éste en el arte de lanzar fechas.
Cupido,
enfurecido y lleno de cólera por el comportamiento de Apolo, tramó
un plan para vengarse de él.
El
plan consistía en lo siguiente: lanzaría a Apolo una flecha de oro,
que causa un enamoramiento inmediato a quien hiere, y otra fecha de
plomo, que causa rechazo y repulsión, a la bella ninfa Dafne.
Decidido,
Cupido ejecutó el maléfico plan hiriendo a ambos con sus flechas.
Apolo, tras ser herido por la fecha de amor, vio a Dafne y
sintiéndose locamente enamorado salió en persecución de la ninfa.
Por
el contrario Dafne, que estaba herida con la flecha del rechazo,
salió huyendo del dios. Cuando ya las fuerzas se le agotaban a la
joven ninfa de tanto huir suplicó ayuda a su madre, la cual decidió
transformar a su bella hija en un laurel.
Cuando
Apolo alcanzó a su amada Dafne ya se encontraba en pleno proceso de
transformación. Le salieron hojas, corteza y raíces hasta que no
quedó nada de su figura original.
Fue
entonces cuando Apolo abrazó fuertemente el árbol y lloró
amargamente mientras decía:
“Puesto
que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas,
siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de
victoria.”
Dafne
transformándose en laurel, Jakob
Auer.
Cuentan,
además, las leyendas, que Zeus mató de un rayo a Asclepio, hijo de
Apolo, por resucitar a los muertos.
Apolo,
herido por el fallecimiento de su hijo dio muerte a flechazos a los
Cíclopes, forjadores del rayo. Esto dio lugar a pensar que el laurel
no podía ser alcanzado por el rayo y se empezó a utilizar como
protector contra las tormentas.
Y
así, los laureles colocados en las entradas de las casas protegían
a sus habitantes funcionando como pararrayos. Además, se convirtió
en símbolo de la victoria y el honor y se entregaba como galardón
en forma de coronas a poetas, artistas y guerreros.
Algunas
de las columnas que se erigieron en la antigua Roma para conmemorar
campañas victoriosas de los emperadores, tenían decoraciones en
forma de corona de laurel, tal es el caso de la Columna de Trajano.
Este
simbolismo ha llegado hasta nuestros días hasta el punto de que hoy
decimos que una persona ha sido laureada o coronada de laureles
cuando se la ha recompensado con honor y gloria por alguna acción, o
decimos que hemos obtenido laureles cuando nos referimos a premios o
triunfos.
Todavía
hoy, dentro del mundo militar, existe la “Cruz laureada de San
Fernando” insignia que se les concede a los militares como la más
alta recompensa al valor heroico en acciones de guerra.
Cruz
laureada de San Fernando
El
encino simboliza la fuerza.
Conclusión
Nombres
de las partes del Escudo Nacional de México
Como
detalle particular, el Escudo Nacional, a diferencia de casi la
mayoría de los escudos del resto de los países, el de México no
está dividido en pabellones.
Por
el contrario, es una totalidad abierta, sin
límites exteriores,
característica que lo hace único; está
conformado por contenidos simbólicos de amplias
dimensiones, pero de intensión precisas en tanto de lo que
representan como simbología
cosmogónica e histórica.
Entre
los nombres de las partes encontramos la siguiente división.
El
arco de Laurel
y Encina.
Estos
están en la parte baja y más externa del escudo, rodean, al águila,
la serpiente, el agua y el nopal. Las une, un lazo tricolor con los
colores de la bandera
de México.
Representan
la victoria sobre los enemigos de México.
Elementos:
Agua
y glifo de piedra
Estos
se encuentran en el centro el Escudo, en la parte superior
inmediata al lazo que une las ramas de laurel y encina. Son el
soporte del nopal con tunas.
Representan
los elementos fundacionales de México-Tenochtitlan.
El
Nopal
con Tunas
Sirve
de apoyo y alimento para el Águila. Las tunas rojas que aparecen en
el emblema.
Representan
los corazones de los humanos, que sirven de alimento para el
Dios Huitzilopochtli.
El
Águila
y la Serpiente Cascabel
Estas
representaciones están en la parte superior del Escudo. El
Águila se posa sobre el nopal con la pata izquierda con sus alas
abiertas, en la otra garra sostiene firmemente, la serpiente cascabel
que la lleva en el pico.
Ellos
representan la conjunción de fuerzas que contra los obstáculos y
los enemigos amenazantes de la unidad humana.
La
imagen completa del Escudo, sugiere la presencia de un círculo, aun
cuando no está delineado, presentándosenos de fondo como la bóveda
celeste misma o la impresión que tenemos cuando levantamos los ojos
al cielo.
La
simbología de este Escudo, está marcada por una diversidad
de elementos que son propios de la cultura y la región.
Se dividen en dos grupos de elementos, el grupo de La Fauna y el
grupo de La Flora.
Dentro
de los elementos que conforman el Escudo Nacional de México,
encontramos dos provenientes de la Fauna,
éstos son El
Águila y la Serpiente.
El
águila representa en una primera acepción, al Dios Huitzilopochtli
considerado por los Aztecas como el quinto sol (el bien), en una
segunda acepción, representa la unidad del pueblo y su capacidad
para afrontar las adversidades en la búsqueda constante de esa
“tierra prometida”. Esta Águila es conocida como “Águila
Real” o “Águila Caudal”.
La
serpiente simboliza en una primera interpretación a la noche. La
segunda interpretación simboliza, a los enemigos de México y la
humanidad. La imagen que se observa es la de una serpiente cascabel.
La
Flora
también tiene relevancia simbólica en el Escudo Nacional. En él,
encontramos El
Nopal, la Encina y el Laurel.
El
Nopal, y su relación con la simbología Azteca, encuentra asidero en
las tunas o los “frutos rojos” que arroja el cactus.
Se
construye metafóricamente la visión de que estos frutos son
“corazones humanos” que luego son tomados por el Águila para
alimentarse.
Decían
que Huitzilopochtli (el Águila) se alimentaba de los corazones
humanos para tener energía suficiente que le ayudara a pelear y
vencer en las batallas contra los enemigos.
Las
ramas de Laurel y la encina, que rodean el Escudo, representan la
victoria de quienes dieron sus vidas por la patria. Ésta simbología
era utilizada en Europa de los siglos XVI y XIX, dando a entender el
Triunfo de la República sobre la Monarquía.
El
listón tricolor, demuestra la idea de unión y libertad. El Agua, la
piedra, los caracoles y chalchihuites, son elementos complementarios,
que dan sentido a la leyenda génesis de la idea del Escudo Nacional
Mexicano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario