Historia y significado del 16 de
septiembre. Segunda parte
José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP
WA: 2223703233
Escucha la segunda parte de la obra de teatro Coatl
y Cuatli de Felipe Galván
MARCHA ZACATECAS - Con voz y letra
El 16 de septiembre de
1825 Guadalupe Victoria es el primero en celebrar el inicio de la Independencia
de manera oficial. Por tal motivo se organizó una junta patriótica para
solemnizar de forma conveniente el día de la patria.Se celebró una misa en la
Catedral de la ciudad de México, a la cual asistió el presidente de la
República y las más altas autoridades.Se trasladó después de la diputación
hasta un tablado ex profeso frente a las puertas de Palacio a un grupo de
esclavos que iban a recibir la libertad y a los huérfanos de los patriotas, acto
seguido, el primer jefe de la nación liberó a estos esclavos y encomendó a los
niños a un maestro acreditado para su educación.En la noche, los principales
edificios se encontraban iluminados dando marco festivo a los vistosos fuegos
artificiales que se realizaron en la plaza principal. Esa primera fiesta fue
promovida por el periodista, exinsurgente, y miembro de la logia de York, Juan
Wenceslao Barquera[1], quien por supuesto,
preveía un mañana sobresaliente para el país, si se contaba con la colaboración
de todos los mexicanos. El elemento más importante que se encuentra en éste y
en los subsecuentes discursos conmemorativos, es la unión de todos los
mexicanos como condición para progresar en todos los ámbitos. Sin embargo, no
era la unión pretendida por el Plan de Iguala, pues como España no aceptó lo
que allí se establecía, también en México fue derogado; además, la hispanofobia
tan acendrada de esos años acabó con la esperanza de que permaneciera la
tercera garantía. Si se utilizaba la palabra unión era en el sentido de
mantener un mismo rumbo sin que existieran divisiones entre los mexicanos.
“Creemos muy factible
que la primera celebración oficial del grito de Dolores se haya utilizado como
parte de la campaña para crear esta nueva logia (yorkina). Los principios bajo
los cuales se crearon las logias de York, el federalismo, el antihispanismo y
la defensa de la independencia estuvieron presentes en este primer discurso
conmemorativo del 16 de septiembre: el orador, Juan W. Barquera elogiaba el
federalismo al hablar de las “leyes sabias y justas” que los mexicanos acababan
de instaurar; enfatizaba la importancia de defender y conservar la
Independencia y atacaba a los peninsulares haciendo un llamado para cuidarse de
ellos.” Barquera, Juan Wenceslao.
Durante los dos años
siguientes los yorkinos fueron los encargados de pronunciar los discursos. En
1826 el encargado fue Juan Francisco de Azcárate[2].
“...la opinión dominante debe ser el bien común”.En 1827 le correspondió al
yorkino José María Tornell y Mendívil,[3]
pronunciar el duscurso en la ciudad de México y a José Joaquín Rico[4].
Resaltamos algunas palabras del discurso de este último:
Los pasos agigantados
que da la ilustración, la buena administración pública, el buen comercio, la educación
científica, la disciplina y virtudes de la milicia, el respeto que nos
tienen las naciones, el amor patrio que hierve en los americanos y más que nada la admirable federación de
donde emanan los innumerables beneficios con el que Dios de las naciones está
retribuyendo los trabajos de nuestros héroes... prometen que las ventajas de
este sistema se logrará a plenitud.
Sea nuestro único
partido el de la cara de patria, nuestro rito el de la virtud, la República
todo nuestro templo y nuestros votos los de la religión, independencia,
federación o muerte.”
En 1828 el discurso fue
pronunciado por el escocés Pablo de la Llave[5] quien
entre otras cosas afirmó que La
independencia se consiguió gracias a la unión de todos y al patriotismo y
desinterés de los héroes. Por tanto, para lograr la felicidad había que tener
esas dos virtudes.
En Puebla el discurso
fue pronunciado por Bernardo González Pérez de Angulo[6].
En 1833 Gómez Farías
conmemora el aniversario de la patria. En esta celebración se creó una nueva
costumbre, que duraría varios años más. Esta consistía en permitir a todos los
ciudadanos quemas cohetes y disparar escopetas y fusiles, para conmemorar de esa
manera el inicio de la Independencia. La caracterización de Hidalgo no es la de
un viejo sino más bien de una estatua de bronce moldeada por la divina
providencia que con la espada desenvainada Lanza
el tremendo grito de independencia (cuyo) eco aterrador estremece al tirano de
Iberia.[7]
Año con año la
celebración se repite con el nombre de discurso, oración cívica, arenga, donde
se recordaba invariablemente el glorioso
grito de Dolores. Destaco lo pronunciado en 1839 por Juan de Dios Cañedo[8] quien
“consideraba... que la búsqueda de las leyes representaba “el más difícil
problema que pueda jamás presentarse en la decisión de la razón humana”. Porque
la libertad nada valía si se carecía de leyes; por tanto, no era extraño que se
hubiera errado en una obra tan difícil y si el primer intento falló, fue
porqueen efecto, nuestra educación, hábitos, legislación y preocupaciones
hicieron una guerra sumamente enérgica contra la estabilidad de una
constitución, o más bien, de una trasplantación de leyes exóticas inaplicables
a nuestras peculiares circunstancias. La teoría a la verdad era seductora.
Porque, ¿qué cosa puede halagar más a un pueblo que el magnífico prospecto de
su soberanía trazado sobre el plan del ejercicio de sus derechos políticos en
toda la extensión, indudablemente digna de los hombres que aspiran a elevarse
por un gobierno liberal?
En 1840 la lectura de la Oración en Puebla recayó en
Félix Beístegui y Azcué[9], en
ella asentaba que los preceptos de 1824 eran impracticables en México, en donde
el pueblo estaba acostumbrado al yugo y unas clases poderosas no permitirían
que sus privilegios terminaran:
(dicha) constitución
(estaba) mal avenida a nuestras costumbres porque suponía virtudes republicanas
que no conocimos y desterraba vicios con nosotros nacidos. Una constitución
donde las corporaciones notables veían la progresiva ruina de sus intereses...
hubo de ser simiente fructuosísima de desavenencias internas y levantamientos.
Al mismo tiempo en
Oaxaca Benito Juárez[10] se
refería así de la gesta de 1810:
¡Oh Sol de 16 de
Septiembre de 1810! Tú, que en sesenta lustros había alumbrado nuestra
ignominiosa servidumbre, esclareces ya nuestra dignidad, y tus lucientes rayos
surcan ya la frente de un republicano, que ha jurado vengar nuestra afrenta.
Las palabras de Juárez
se enmarcan “en un contexto parecido al de 1846: en la ciudad de México, en ese
año de 1840, causaba gran escándalo la propuesta que Gutiérrez de Estrada había
hecho al presidente Anastasio Bustamante para instaurar un sistema monárquico
en México. Esta situación influyó en la celebración hecha en la capital; el
orador, José María Tornell, quien formaba parte del supremo poder conservador,
definía que el mejor sistema para México era republicano, y que los problemas
del país se debían no a ese sistema, sino a que no se seguían sus principios.
Juárez planteaba la
necesidad de desterrar de una vez las estructuras coloniales:
Para que la obra de la
independencia que nos dejó encomendada el héroe de Dolores reciba su más
perfecta consolidación, necesitaremos... desechar de nuestro sistema político
las máximas antisociales, con que España nos gobernó y educó por tantos años...
No es mi intento renovar heridas, que deben cicatrizarse con el bálsamo
saludable de un patriotismo ilustrado. Hablo de España conquistadora, y no de
España amiga de la justicia. Sólo recuerdo sus pasados extavíos para deducir de
ellos consecuencias saludables a mi patria...
“Juárez desarrollaba los
temas principales de la leyenda negra al referirse a la colonia; condenaba la
preponderancia del fanatismo, y en cambio promovía una “obediencia ciega al
imperio de las ciencias y de la ilustración”. En el mismo sentido, reprobaba la
cerrazón de una sociedad estamental al comercio y a la inmigración extranjera y
en la cual, por este mismo hermetismo, se daban inevitables odios entre las
clases. Más adelante se refería a los vicios que estos males heredados provocaron
en la nueva nación, tales como:
...la estúpida pobreza
en que yacen los indios nuestros hermanos. Las pesadas contribuciones que
gravitan sobre ellos todavía. El abandono lamentable a que se halla reducida su
educación primaria. Por otra parte, la intolerancia política por la que se
persigue y se aborrece al hombre, porque haciendo uso de su razón, piensa esto
o de otro modo. El menosprecio de las artes y de las ciencias. El
aborrecimiento al trabajo, y el amor a los vicios y a la holgazanería. El deseo
de vivir de los desatinos públicos y a costa de los sudores del pueblo... Todos
estos defectos son todavía las reliquias del gobierno colonial... son los
verdaderos obstáculos de nuestra felicidad, y son los gérmenes positivos de
nuestras disensiones intestinas...
Juárez compara a Hidalgo
con Moisés, no solamente por su vejez, sino también por su fortaleza física e
intelectual, y por sus aptitudes para el liderazgo.
De esta manera Juárez se
distanciaba de lo dicho por José María Tornell y Mendívil[11]
quien decía de la joven República mexicana:
...comenzó a existir el
16 de septiembre de 1810... (y) mutilada y enfermiza vive todavía; pero su vida
es un suplicio, porque se le esconde hasta la esperanza de felicidad. Aquí
recuerdo treinta años de padecimientos continuos, treinta años en que hemos
navegado por un mar de lágrimas y sangre, sin acercarnos jamás al puerto.
En 1841 hacía presencia
uno de los más connotados liberales moderados Mariano Otero[12]. En
su discurso pronunciado en Guadalajara “encontramos expresiones de la leyenda
negra tal como resurgió con la llegada de las ideas ilustradas al continente
americano y con la influencia de la revolución norteamericana de Independencia.
[1] Barquera, Juan Wenceslao (yorkino). Oración patriótica que
pronunció el C. Licenciado..., socio que fue de la junta secreta de los
Guadalupes el 16 de septiembre de 1825, por encargo de la junta cívica reunida
en esta capital con el preciso objeto de celebrar con la debida solemnidad el
primer grito de libertad en el pueblo de Dolores, hoy Villa de Hidalgo, el 16
de septiembre de 1810 por los primeros héroes de la patria. México, Imprenta de
la Federación, en Palacio, 34p.
[2] Elogio patriótico que pronució el ciudadano... el día diez y seis
de septiembre del año de mil ochocientos veinte y seis, en la plaza mayor de
México, apresencia del Excmo. Sr. Presidente de la República federal mexicana,
por nombramiento de la junta cívica, reunida en esta capital con el preciso
objeto de celebrar, con la debida solemnidad, el segundo aniversario del grito
de independencia que dieron los primeros héroes de la nación el día diez y seis
de septiembre del año de mil ochocientos diez . México, Imprenta del Águila,
dirigida por José Ximeno, 20p.
[3] Oración pronunciada por el coronel... diputado al Congreso de la
Unión, vicepresidente de la compañía Lancasteriana de México, socio de número
de la academia de Legislación y Economía de la misma ciudad, y corresponsal de
la de Amigos del País de Zacatecas en la plaza mayor de la capital de la
federación, el día 16 de septiembre de 1827, por acuerdo de la junta de
ciudadanos que promovió la mayor solemnidad del aniversario de nuestra gloriosa
independencia.. México, Imprenta del Águila, dirijida por José Ximeno.
[4] Discurso patriótico pronunciado por el licenciado... el 16 de
septiembre de 1827 en la plaza pública de esta capital, por encargo de la junta
cívica, en celebridad del aniversario de la primera voz de libertad proclamada
en Dolores el 16 de septiembre de 1810. (Puebla), 10p..
[5] Discurso Patriótico pronunciado en la plazuela principal de la
Alameda de México por el ciudadano... el 16 de septiembre de 1828 aniversario
del grito de Dolores. México. Imprenta del Águila, dirigida por José Ximeno,
16p.
[6] Discurso que pronunció el 16 de septiembre de 1828, aniversario
del glorioso grito de Dolores ante las supremas autoridades y el pueblo de la
ciudad de Puebla de los Ángeles el ciudadano... patriota antiguo, auditor
honorario del ejército, comisario general provisional en este estado. Puebla,
Imprenta Nacional, 28p.
[7] Huerta, José de Jesús. Discurso patriótico pronunciado en la
plazuela principal de la Alameda de México, por el ciudadano... el 4 de octubre
de 1833, día en que se solemnizó la fiesta nacional del 16 de septiembre,
aniversario del grito de Dolores. México, Imprenta del Águila, dirigida por
José Ximeno, 24p.
[8] Discurso que pronunció el Excmo. Señor don..., en el solemne
aniversario del gloriosos grito de Dolores, la mañana del 16 de septiembre de
1839. México, Impreso por Ignacio Cumplido, 12p.
[9] Oración que pronunció en Puebla el 16 de septiembre de 1840, el
ciudadano... México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 18p.
[10] Discurso que el ciudadano... pronunció el día 16 de septiembre de
1840, en el aniversario del glorioso grito de independencia, dado en el pueblo
de Dolores. Oaxaca, impreso de Ignacio Rincón, 14p.
[11] Discurso que pronunció el Excmo, señor general don... individuo
del Supremo Poder Conservador, en la Alameda de la ciudad de México en el día
del solemne aniversario de la Independencia (dicho el 16 de septiembre de
1840). México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 16p.
[12] “Discurso pronunciado en la solemnidad del 16 de septiembre de
1841 en la ciudad de Guadalajara”, en Obras, t. II, 403-420.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario