José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP
WA: 2223703233
Escucha SINFONIA INDIA de Carlos
Chavez Dirige G Dudamel
Escucha la tercera parte de la obra de teatro Coatl
y Cuatli de Felipe Galván.
Pasó el tiempo de las palabras, pronto llegará el de los hechos, y cualquiera que sea la actual complicación de intereses, la libertad, hija de la justicia y conservadora del orden; la igualdad, el más precioso y fecundo de los derechos humanos, se establecerán sólidamente, auxiliados por el cristianismo, cuyo espíritu es eminentemente liberal y democrático. Tal es hoy la marcha de los pueblos libres y civilizados, que han conseguido el imperio de la libertad, sin el terror ni la anarquía, y el influjo de la religión católica sin el fanatismo, ni la barbarie. Lo obtendremos también nosotros, porque todo ello tiende a ello, las necesidades materiales de la sociedad, la marcha del pensamiento y nuestras relaciones con esos pueblos que nos sirven de ejemplo. Los sucesos inclinarán las cosas a este resultado e independientemente de toda voluntad individual tendremos instituciones análogas a nuestra situación particular y al espíritu del siglo, Cuanto muere pertenece a las viejas ideas, y cuanto nace viene en apoyo de las nuevas.
En 1842 en el decreto
que emite Santa Anna el 10 de septiembre para celebrar el grito designa a los
asistentes un lugar en la catedral. En la noche, a pesar de la lluvia, una gran
cantidad de ciudadanos y la junta cívica de festejos concurrieron a la universidad,
la cual se vistió de gala. Hubo una ceremonia que inició con una oración y
composición poética, a su término la concurrencia vitoreó entusiasmada la lucha
por la Independencia. Se repartieron 27 premiosa a quienes participaron en la
lucha. Los músicos que animaban el evento anunciaron las 11 de la noche, se dio
una salva de 21 cañonazos en la plaza y se escucharon repiques en todas las
iglesias y cohetes provocando gran algarabía. Dos días después Antonio López de
Santa Anna conmemoró el Grito de Dolores con una fiesta en la Alameda Central
que tuvo la participación de la mayoría del pueblo, donde se honró la memoria
de Hidalgo e Iturbide. Terminada la ceremonia cívica, se realizó en el
cementerio de Santa Paula el sepelio del pie que Santa Anna había perdido
durante el conflicto con Francia, en Veracruz. Ese mismo día Manuel Zetina y
Abad pronuncia su Oración cívica[1]donde exhorta la conciliación de los
extremos se sitúe en un medio justo y conveniente.
Una descripción completa
de la celebración la encontramos en la reseña de 1843. A las 9 de la mañana se
dieron repiques de campanas y salvas; en Catedral se dio una solemne misa de
acción de gracias a la que asistió la Junta Patriótica, el Ayuntamiento, la
Asamblea Departamental y el gobernador y comandante general. Posteriormente se
dirigieron a Palacio para la ceremonia de colocación de la primera piedra de la
gran columna que conmemora la Independencia, por el ministro de Relaciones, el
de Justicia, el de Hacienda y el oficial mayor de Guerra. La ceremonia terminó
con el discurso del ministro José María Bocanegra y salva de 21 cañonazos. Más
tarde a modo de paseo, las autoridades y el pueblo se trasladaron a la Alameda,
acompañados por carros alegóricos, niños y niñas de las escuelas lancasterianas
de México, contingentes de colegios, la junta patriótica, el Tribunal Superior
del Departamento y demás autoridades. El desfile fue encabezado por el
gobernador y comandante general. Se escuchó un discurso alusivo de Mariano
Otero; a continuación se vitorearon a los héroes de la Independencia y se
encendieron juegos pirotécnicos. Esta ceremonia finalizó con una gran fiesta.
En el discurso pronunciado por Mariano Otero[2] se
queja: “La generación de la gloria va desapareciendo ante la generación del
dolor y del infortunio.”
Las quejas suben de tono
en 1845 Manuel Doblado[3]
describe:
“(Somos) hijos
degenerados de una raza de héroes... Esclavos degradados hemos pasado por todas
las humillaciones que la tiranía doméstica reserva a los cobardes... nos hemos
dejado arrebatar nuestras leyes, nuestros tesoros, nuestra población.
... No, señores, sobrado
tiempo se ha mentido a los mexicanos para que hoy se les nieguen las palabras
de verdad. Engañados,.... burlados siempre en su confianza... han llegado a
dudar de todo, y exasperados se han echado más de una vez en brazos de los
ambiciosos sin fortuna..., ¿y qué revolución por justificada que sea, podrá en
lo sucesivo inspirar simpatías? La gloriosa resurrección del seis de diciembre
(Plan de Guadalajara) que se anunció bajo auspicios tan felices, ha burlado
también todas las esperanzas que hizo concebir.”
En 1846 los
estadunidenses entran a la ciudad de México el 14 de septiembre, ocupan el
Zócalo e izan su bandera. No hubo festejos en la ciudad de México.
En 1847 se reanudan los
festejos en el Zócalo de la ciudad de México con gritos, arengas, piedras,
ladrillos y hasta muebles frente a los yanquis invasores.
[1] Oración cívica que en la solemnidad del aniversario del 16 de
septiembre de 1810, pronunció en la capital de Puebla el ciudadano... Puebla,
Imprenta de Juan Nepomuceno del Valle, 16p.
[2] “Discurso pronunciado en la solemnidad del 16 de septiembre de
1843 en la ciudad de México”, en Obras, t. II, 463-475.
[3] Discurso que pronunció el C. Licenciado... en el palacio de la E.
Asamblea del Departamento de Guanajuato el 16 de septiembre de 1845.
(Guanajuato), Imprenta de Oñate, 8p.
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