La presencia del Quijote en la 4T.
La locura de la justicia.
José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP
tel: 2223703233
Para don Miguel Barbosa Huerta
Gobernador de Puebla 2019-2024
En el diálogo los personajes se
escuchan y comprenden, don Quijote se sanchifica y Sancho
Panza se quijotiza.
El PS como
base, la Nueva República como fin y la 4T como medio. Se trata de hacer Historia.
Comenzaré este ensayo echando abajo el
argumento del remedio de la injusticia.
En la pequeñísima parte del Universo que
conocemos hay gran injusticia; con frecuencia sufre el bueno y prospera el malo.
Supongamos que se tiene un cajón de naranjas,
y que al abrirlas la capa superior resulta mala; uno no dice: “las de abajo
estarán buenas en compensación”;más bien diríamos: “probablemente todas son
malas”; y esto es lo que cualquier persona diría del Universo: “en este mundo
hay gran cantidad de injusticia y esto esuna razón para suponer que la justicia
no rige en el Universo”.
Muchos suponen que frente a la injusticia en
la Tierra hay -para compensar- una justicia en una vida futura. Si se mira el
asunto desde un punto de vista científico, se diría: “después de todo, yo sólo
conozco este mundo. No conozco el resto del universo, pero, basándome en
probabilidades, puedo decir que este mundo es un buen ejemplo, y que si hay
injusticia aquí, lo probable es que también haya injusticia en otra parte”.
Claro que sé que la clase de argumentos de los
que he hablado no son realmente los que mueven a la gente. Lo que realmente
hace que la gente crea no son los argumentos. La mayoría de la gente cree en esto
y aquello porque les han enseñado a creer desde su infancia, y esa es la razón
principal. Luego, creo que la razón más poderosa e inmediata después de la
mencionada anteriormente es el deseo de seguridad, la sensación de que hay un
hermano mayor que cuidará de uno. Esto desempeña un papel muy profundo en
provocar el deseo de la gente de creer en la justicia divina.
La justicia o injusticia social son el
resultado de las relaciones humanas. Somos los humanos los únicos que podemos
responder de ello.
Ahora hablemos de la presencia de la
justicia en la 4T como un
proceso intencional humano definido por el objetivo de construir una Nueva
República.
El signo 4T se refiere a la una visión que
tiene la sociedad sobre su futuro arraigados a su historia. Parte de esta historia
la encontramos en la racionalidad de El
Quijote de la Mancha. Hacer de la justicia la trama de la 4T tiene que ver
con la locura de Don Quijote asociada a la isla Barataria y ahora a México.
Advierto que esta reflexión es filosófica. Su
función no es producir resultados firmes y dignos de confianza como lo puede hacer
la ciencia en sus mejores momentos. Se trata de producir una nueva manera de “ver”
las cosas, de pensar en ellas, de formular las preguntas más significativas, y
de ver qué es lo importante y por qué. A menudo la forma de una propuesta
filosófica es: probemos buscar por acá.
Para ensayar una nueva manera de “ver” es
necesario partir de preguntas inéditas. Es así que, se formularemos preguntas
que asocien los decires de Don Quijote en torno a la justicia, en el intento de
caminar sobre la 4T hacia una Nueva República donde la justicia sea cosa
ordinaria.
¿Qué clase
de locura es aspirar a la justicia?
La justicia es una locura -algunos le
llaman “ideal”-que recorre las páginas de la magna obra de Cervantes. Para
responder a la pregunta formulada acudiremos a las opiniones, consejos,
comentarios y sentencias de sus personajes. ¿Cuál es el concepto de justicia
que Don Quijote tiene?
La Nueva República, como ejemplo de
un mundo posible, será como lo dice Don Quijote en su discurso sobre las armas y las letras:
“No
hablo ahora de las letras divinas (que tienen por blanco llevar y encaminar las
almas al cielo, que a un fin tan sin fin como este ningún otro se le puede
igualar), hablo de las letras
humanas, cuyo fin y paradero es entender y hacer que las buenas leyes se
guarden, quiero decir, poner en su punto la justicia distributiva y dar a cada
uno lo que es suyo” (I, 37).
Al igual que Don Quijote los
hacedores de historia tienen por misión eliminar
los "abusivos" privilegios existentes.
Portada de la primera edición de
la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, Madrid,
Juan de la Cuesta, 1615.
Hoy día algunos especialistas
reprocharán a Cervantes no tener estudios académicos de Derecho; otros le
recriminarán el tener antecedentes penales ya que fue huésped de una de las cárceles
de su tiempo. Sin embargo “algo” debió haber aprendido de derecho puesto que su
abuelo Juan de Cervantes, nacido en Córdoba en 1470, fue jurista.
Sea como fuere, Cervantes, vía el
caballero andante es un ejemplo de humanista ilustrado, y de tener un ferviente
deseo de construir un mundo mejor… ¡una locura!
Veamos parte de esta locura a través
de algunos consejos que el heroico caballero da a su escudero Sancho cuando es
nombrado gobernador de la Ínsula Barataria.
“Hallen en ti más compasión las
lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico.”
“Procura descubrir la verdad por
entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e
importunidades del pobre.”
“Cuando pudiere y debiere tener lugar
la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor
la fama del juez riguroso que la del compasivo.
“Si acaso doblas la vara de la justicia, no sea con
el peso del soborno, sino con el de la misericordia (…)
y en todo cuanto esté de tu parte, sin hacer agravio a la contraria,
muéstratele piadoso y clemente, porque
aunque los atributos de Dios son todos iguales, más resplandece y campea a
nuestro modo de ver el de la misericordia que el de la justicia”.
“Cuando te sucediese juzgar algún
pleito de algún enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad
del caso.”
“Al que has de castigar con obras no
trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin
la añadidura de las malas razones”.
“Nunca
te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los
ignorantes que presumen de agudos.”
Estos consejos son acerca de cómo
debería Sancho conducirse a la hora de juzgar, de practicar una justicia que se
precie por su equidad. Una justicia garante de los derechos fundamentales de los
ciudadanos no solo en su formulación, sino también en su aplicación.
Primera edición de la segunda parte
Los consejos del Quijote a Sancho
resultaban una verdadera locura, pero pasados los años gozan, junto a la
libertad y a la igualdad, de la consideración de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos que en su Artículo 1o. señala:
“En los Estados Unidos Mexicanos
todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano
sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no
podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones
que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos
humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los
tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito
de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Está prohibida la esclavitud en los
Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio
nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las
leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o
nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las
condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el
estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por
objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.”
Tanto la obra de Cervantes como en
nuestra Constitución están plasmados de valores universales.Estos valores
universales se reiteran en el artículo 3º que establece que la educación se llevará a cabo de conformidad con los fines y en concordancia con el
enfoque de derechos humanos, la igualdad sustantiva y de respeto
irrestricto a la dignidad de las personas, así como del carácter obligatorio,
universal, inclusivo, intercultural, integral, público, gratuito, de
excelencia y laico para lograr la mejora continua de las personas.
Es en la 4T que se conjuntan el pasado registrado en El Quijote con tres momentos clave de la historia de
México lo que da una visión de largo aliento al intento de construcción en
México de una sociedad mejor. La Independencia (1810-1821) donde igualmente
se luchó por la Justicia y la Libertad; la Reforma (1858-1861) donde además
de separar a la Iglesia del Estado se luchó por la República y la Justicia;
la Revolución (1910-1917) que impulsó la promulgación de la Constitución que
rige actualmente en México y como consecuencia de la lucha por la Tierra y la
Justicia.
Hoy día la demanda es situar la
intencionalidad a un nivel superior. El pueblo mexicano quiere que la 4T conlleve un cambio profundo para el paísde
manera pacífica. Son la Paz y la Justicia los valores a destacar.
Se plantea la reconciliación nacional como
objetivo pero ésta solo será posible si se acompaña con acciones justas, tanto
individuales como colectivas. La violencia es el principal obstáculo a vencer.
De esta manera la 4T será un permanente camino
de trasformaciones Democráticas, Pacíficas, Justas. Con estas ideas debe
producirse la Conciliación y la Fraternidad.Construir el futuro de México sin
exclusiones tiene que ver con convertir a la justicia como medio y fin.
A esto se nos convocó el pasado 1 de julio del 2018 y la mayoría definió la
intencionalidad del sistema político-cultural mexicano. Se optó por un nuevo
proyecto de Nación. Se nos invitó y aceptamos construir una Nueva República,
construyendo un camino llamado 4T. Optamos por construir de manera racional
nuestro futuro. Optamos por convertir al sistema político-cultural mexicano en
un sistema Intencional caracterizado en los términos de las creencias, deseos e
intenciones de los mexicanos concebidos como agentes racionales para alcanzar
una Nueva República. Es de todos los mexicanos la responsabilidad de construir
el camino denominado 4T.
Estas creencias y deseos de los mexicanos que están
marcados por su historia y habrá que socializarlas cotidianamente. Los
mexicanos debemos reiterar que nos hemos invitado a trabajar crítica y
creativamente para construir una Nueva República. ¡Toda una locura! ¡Una real
empresa quijotesca!
Como colofón traemos las palabras que Sancho dirige primero al Doctor Pedro Recio de
Agüero, médico de la ínsula de Barataria, y natural de Tirteafuera (Ciudad
Real) y después a los duques, al dejar la ínsula de Barataria:
“–Mirad, señor doctor, de aquí en adelante no os
molestéis en darme de comer cosas regaladas ni manjares exquisitos, porque será
sacar de sus quicios a mi estómago, que está acostumbrado a cabra, vaca,
tocino, cecina, nabos y cebollas, y si acaso le dan otros manjares de palacio,
los recibe con melindre y algunas veces con asco. Lo que el maestresala puede
hacer es traerme estas que llaman ollas podridas, que mientras más podridas son
mejor huelen, y en ellas puede embaular y encerrar todo lo que él quiera,
siendo de comer, que yo se lo agradeceré y se lo pagaré algún día; y no se
burle nadie de mí, porque o somos o no somos: vivamos todos y comamos en paz y
compañía, pues cuando Dios amanece, amanece para todos.
Yo gobernaré esta ínsula sin perdonar derecho ni
llevar cohecho, y todo el mundo traiga el ojo alerta y mire por lo suyo, porque
les hago saber que el diablo está en Cantillana, como suele decirse, y lo ve
todo, y si me dan ocasión van a ver maravillas, y haceos miel, y os comerán las
moscas” (II, 49).
“–Yo, señores, porque lo quiso así vuestra grandeza,
sin ningún merecimiento mío, fui a gobernar vuestra ínsula Barataria, en la que
entré desnudo, y desnudo me hallo: ni pierdo ni gano. Si he gobernado bien o
mal, testigos he tenido delante, que dirán lo que quieran”
(II, 55).
Lámina de la edición de Joaquín
Ibarra de 1780 para la RAE. Dibujo de José del Castillo y
grabado de Manuel Salvador Carmona.
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