Pensar para discutir la BUAP
A continuación se presentan dos discursos
vinculados a la historia de la Universidad Pública mexicana. El primero es el
discurso de Justo Sierra en el acto de la inauguración de la Universidad
Nacional de México, el 22 de septiembre de 1910.
El segundo Discurso de José Vasconcelos pronunciado
en la Universidad en 1920 al ser nombrado el 9° rector de la Universidad
Nacional de México.
El propósito de compartirlos es de pensar en
el pasado, presente y futuro de la hoy BUAP. Se trata de pensar en las
relaciones que la universidad pública poblana ha establecido con la sociedad en
el pasado, las relaciones que tiene en el presente y las que puede tener en el
futuro.
No debemos caer en el error de desconocer su
pasado pero tampoco quedarnos en su glorificación.
No debemos tampoco de dejar de reconocer que
el presente está lejos de satisfacer las exigencias sociales y que los
universitarios intuitivamente sentimos limitada en su potencialidad al grado
que la universidad se percibe como una institución ajena a su naturaleza y que
se encuentra en el dintel de un futuro incierto. Prueba de esta incertidumbre
se refleja en el discurso oficial que reitera tanto un supuesto perfil de
excelencia académica que suscita dudas. Tanto humanistas como científicos
sabemos que lo que se reitera como valor es inexistente en los hechos. La
trampa hasta ahora operante es el de hablar de un valor como si de una realidad
se tratara y, por lo tanto, que alguien es el creador de dicha condición. Si la
excelencia académica tiene que ver con el incremento de sabiduría para poder
resolver problemas –propios y de otro tipo- la situación es contundente: la
BUAP hoy día esta más lejos de poder hacerlo. No puede resolver sus propios
problemas como el de formar a la nueva generación de académicos aprovechando la
experiencia de las viejas generaciones; no puede resolver sus problemas de un
trato digno en la jubilación de sus viejos académicos; no ha podido aliviar el
sufrimiento de las familias poblanas que ven como se pone en riesgo el futuro
de sus hijos al rechazarlos en sus aulas; no ha podido conservar el perfil de
muchos de sus egresados como líderes académicos, políticos y sociales...
El control ejercido hasta ahora a impedido que
las competencias básicas para un ciudadano participativo se limiten en cuanto a
su talante crítico, deliberativo, de razonamiento, de creatividad. ¿Acaso el
que el Consejo Universitario y los Consejos de Unidad operen sin deliberación
es una buena escuela para que la universidad pueda alcanzar sus objetivos? ¿No
es signo de deterioro que los espacios de deliberación, de creatividad
colectiva se hayan convertido en espacios de anuencia unánime en las propuestas
de algunos?
Una política que mucho daño a causado al
aprendizaje colectivo es la desaparición de la identidad estudiantil; al
impulsar la atomización de los estudiantes por medio del sistema de créditos que
en su modalidad actual ha provocado que se pierdan oportunidades valiosas para
que unos aprendan de otros y al limitar este aprendizaje se han puesto cotas
ínfimas a la creatividad individual y colectiva.
Frente a este panorama algunos sostienen una
actitud de pesimismo que debe superarse de inmediato. He escuchado análisis que
la universidad está en agonía debido a que está matando sus características más
valiosas: el talante crítico y creativo de sus miembros y su comunidad.
Muere la universidad sosteniendo relaciones de
control político –no de poder, que es otra cosa- mediante prácticas
fraudulentas de obtención del consenso, mediante prácticas autoritarias ocultas
mediante un discurso supuestamente democrático. Muere la universidad mediante
la defensa de intereses personales de su ejecutivo y acaso de su reducido
grupo, frente a los intereses más globalizados de los individuos de su
comunidad y de la sociedad que la alberga.
Muere la universidad cuando se elogia el
término medio desconociendo que el término medio queda definido no por el mismo
sino por la osadía de los extremos. Si todo fuera término medio nada sería
término medio. El término medio tiene sentido solo por los extremos que lo
definen.
Sin crítica, sin creatividad, sin
inconformidad no tiene sentido el término medio.
Sin dejar de participar en el descontento de la
mayoría queremos convertir este descontento en un acto de creatividad colectiva
para sacar a la BUAP del proceso que conduce a su ruina. Incluso estamos
seguros que quienes han impedido hasta ahora el talante crítico y creativo van
a “convertirse” en sus promotores por una sencilla razón: también sus intereses
están en riesgo. Así pues, frente al apoliticismo, a la apatía, a la desidia y
al inmovilismo hoy reinante proponemos más reflexión, más discusión, más
crítica, más acción universitaria. Esa es la salida más tolerante porque nadie
queda excluido, incluso deben participar aquellos que defienden otro tipo de
proyectos para la BUAP por reaccionarios
que parezcan.
Es necesario que los objetivos declarados de
una institución como la nuestra no se encuentren divorciados con las prácticas
cotidianas. En fin, el espacio de discusión es un modo de participar en el
rediseño de nuestra institución y es una invitación a todos sin excepción
–universitarios o no- a pensar la BUAP y en la BUAP para actuar en consecuencia
con los consensos críticos.
Somos muchos los que cuestionamos los
contenidos y mecanismos que actualmente sustentan y determinan a la
universidad. No obstante, este cuestionamiento por sí solo resulta
insuficiente. Pensamos que si bien la subversión de todo el engranaje, de los
componentes y producciones de la universidad debe estar en el punto de mira de
la reflexión y de la acción, también las formas de las acciones deben ser
revisadas y, sobre todo, creadas ex novo.
Las formas con que se responde actualmente a
la maquinaria universitaria y a lo que la arropa constituyen verdaderos lastres
que vacían de sentido cualquier acción, provocando inmovilismo y desidia. Por
ello, es imprescindible pensar formas de disidencia y antagonismo que asuman la
inseparabilidad de contenidos y prácticas para evitar el divorcio entre medios
y fines, o lo que es lo mismo, que tomen en consideración que en las formas de
hacer están inscritos el sentido y la concreción de las acciones. Y una
magnífica forma de hacerlo es manteniendo vivo el espacio de discusión al que convocamos
hoy día.
“Universitarios en la Transformación”
Promotores:
José Antonio Robledo y Meza, Colegio de Filosofía.
Karla Pérez Rodríguez, Preparatoria “2 de
octubre de 1968”.
Guadalupe Angélica Salazar Ruiz, Colegio de
Filosofía.
Martín González Rojas, Colegio de Filosofía.
Miguel Saúl Mones Azcatl, Colegio de
Filosofía.
Arturo Vargas Olazagasti, Ciudadano Universitario.
S.C. Infancia Protegida ONG
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