miércoles, 12 de marzo de 2025

Una universidad para todos es el horizonte de la BUAP

 Una universidad para todos es el horizonte de la BUAP

José Antonio Robledo y Meza




Se trata de ver si es posible concebir un estado de cosas donde exista una “Universidad para todos”. Antes de entrar en materia, detengámonos en el término “concebir”. Concebible es un término ambiguo ya que puede significar cosas distintas. En primer lugar, significa “lógicamente posible”, esto es, que teóricamente es no autocontradictorio. En segundo lugar, significa “imaginable”, y en este sentido no es equivalente a “lógicamente posible”. Los poderes de imaginación de las personas varían. Qué cosas sean imaginables depende de quién esté imaginándolas. Algunos pueden ser capaces de imaginar algo que otros no pueden. Lo que es posible lógicamente no tiene esta variabilidad ya que todos podemos ser capaces de pensar unívoca y lógicamente algo.

De lo anterior podemos establecer la relación entre los tipos de posibilidad. Si un estado de cosas es lógicamente imposible, entonces es imposible también en los demás sentidos (tecnológica y ontológicamente). Lo que es imposible lógicamente no podría ocurrir en ningún universo. Si un estado de cosas es realmente imposible lógicamente, no es imaginable por nadie.

Es claro hoy día que no hay, por el momento, una institución que satisfaga la condición de ser una “Universidad para todos”. Por lo tanto, es algo que se convierte en un problema. Un problema complejo ya que no contamos con un concepto que abarque la proferencia “Universidad para todos”. ¿Qué sería una “Universidad para todos”? ¿Qué antecedentes podríamos citar para justificar la construcción de una “Universidad para todos”? ¿Para qué construir una “Universidad para todos”? ¿Cómo sabríamos que la propuesta “Universidad para todos” es una propuesta justificada? ¿Cómo sabríamos que la propuesta “Universidad para todos” es una propuesta viable?

Por las preguntas formuladas –sólo algunas de muchas más- nos damos cuenta de la complejidad del problema. “Universidad para todos” se refiere al carácter propio de una situación que no tiene un único significado y, por lo tanto, que incluye alternativas. “Universidad para todos” es la declaración de una situación de este género. Es así que cuando se plantea una “Universidad para todos” se está enunciando un probable fenómeno que teóricamente puede resultar verdadero y por lo tanto pueda formar parte del conocimiento humano; por otro lado, puede resultar en la práctica un fenómeno por el que se puede elegir o se pueda rechazar a partir de la justificación teórica (ética) que se dé para ambos casos.

“Universidad para todos” es una expresión que puede convertirse en una idea-fuerza. Pero por el momento es la designación de una idea poética ya que tenemos la capacidad de formular la locución pero es necesario saber si la locución no es autocontradictoria. De no serlo hay posiblemente un margen para pasar del no ser al ser. Por el momento la locución proporciona existencia poética a la idea-fuerza que no existía antes de ser nombrada. Y esta eficacia ya se ha cumplido. Pero lo que interesa es saber si podría haber una institución (o existente social complejo, disperso y eficaz) al que se pueda identificar cuando hablamos de una “Universidad para todos”; en este caso, esas características de complejidad, dispersión y eficacia lo constituyen como problema. Es necesario explorar y buscar para saber si tiene sentido pretender construir una tarea de investigación que logre explicar lo que tiene de fenómeno social, además de presentarse como una idea poética. De lo que se trata es de convertir la creación poética “Universidad para todos” en una realidad. Eso pasa por convertir la creación poética en intencionalidad política que nos involucre a todos y nos coordine para hacer ontológicamente posible lo que existe, por el momento, solo como intención.

Las siguientes son pues algunas de tales expresiones exploratorias: “Universidad para todos” es aprender el modo en que todos los interesados pueden vincularse con el entorno de conocimientos, saberes, objetos, personas y comportamientos producidos por las instituciones llamadas universidades. ¿Cómo lograr que el aprendizaje superior sea accesible a todo quien esté interesado en obtenerlo? Sería la pregunta a responder.

Socializar el aprendizaje superior nos conduce a pensar en los medios que permitan socializar sus contenidos, esto es, en el problema de cómo registrarlos. ¿Pueden registrase en discursos sociales, refranes, literatura, canciones, carteles, coplas, obras de arte…? Es posible pensar en socializar el placer del aprendizaje superior. ¿Podrá socializarse ese placer?

La “Universidad para todos” es enseñar con el ejemplo y con el contraejemplo; con el comportamiento y con las consecuencias del comportamiento; ¿Esto es enseñanza superior? ¿Por qué “Universidad” para “todos”? Porque “Universidad” designa, en nuestra cultura, el ámbito de más alto nivel en la administración del conocimiento o en el ejercicio de la enseñanza y “todos” el ámbito más universal, peligroso y fascinante en que se desenvuelve nuestra existencia ciudadana. “Universidad” y “todos” ¿son términos contradictorios? ¿Puede ser para “todos” la “Universidad”? ¿O todos pueden tener una universidad? ¿Universidad” y “todos” es una (mera) expresión burlesca? Y así podemos (y deberíamos) continuar todos explorando y criticando o contradiciendo o enriqueciendo los unos las exploraciones de los otros.

Así pues, nos debemos proponer elaborar un discurso que le dé un contenido a la expresión “Universidad para todos”, tal que muestre las características de los diversos fenómenos que habrán de seleccionarse del contexto social, para que, manteniendo su diversidad, configurar un conjunto vinculado por su eficacia específica: producir aprendizajes superiores. ¿Es posible socializar los métodos que conducen el aprendizaje superior?

Lo dicho nos remite a la idea de que cualesquiera que sean las respuestas a las preguntas formuladas hay que pensar en la política como medio para hacer posible nuestros propósitos. Así que es necesario responder a la siguiente cuestión ¿Cuál es la relación históricamente hablando entre la universidad y la política? ¿Cómo fue posible, en el pasado, convertir la creación poética en intencionalidad política que hizo ontológicamente posible lo que existía como intención? De esto nos ocuparemos en otro momento.


robledomeza@yahoo.com.mx

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