José Antonio Robledo y Meza
Comencemos por la estructura de la pregunta ¿Qué es…? Para comenzar diré que la interrogación ¿qué es…?, es la cuestión socrática por excelencia. Es parte del pensar. Y hacer preguntas es en sí valioso y no es necesario prometer ni comprometerse en dar respuestas. Al menos ninguna respuesta definitiva. Quien se hace preguntas propone buscar y generar nuevos significados. El pensar se da ahí donde antes de actuar hay que empezar a definir, y a eso apunta la pregunta ¿qué es..? De esta manera algo que parecía obvio (porque se hace a diario, porque nadie se detuvo a cuestionarlo) no lo es tanto y empieza a generar conflictos, dudas, contradicciones. ¿Existe la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)?
Vivimos tiempos de conflictos y aparecidos los conflictos requerimos de una redefinición conceptual del proyecto desde un principio, poner en duda lo hasta ahora dicho y pensar todo lo que sea necesario pensar. Y como hemos dicho pensar es saber preguntar, pero también es aprovechar la propia experiencia, los estudios realizados, la información que se tiene y se ha sistematizado. Para comprender mejor la pregunta hecha hay que acudir a la información disponible y redescubrir las cuestiones fundamentales: ¿dónde estamos?, ¿estamos en un mundo gobernado por leyes estables, firmes, cognoscibles, absolutas?, o ¿estamos en un caos incomprensible? ¿Las cosas a nuestro alrededor son reales, o son sólo una ilusión? ¿Existen independientemente de nuestra voluntad o son creadas por nuestra mente? ¿Podemos cambiarlas según nuestra voluntad o no?
Cualquier intento de respuesta hacen surgir más preguntas: ¿Cómo lo sabemos? ¿Hemos adquirido un saber por un proceso racional o por una súbita revelación, o por instintos, o por acto reflejo? ¿Es la razón competente para descubrir la realidad o el hombre posee alguna otra facultad superior o paralela a la razón? ¿Podemos estar seguros de algo o estamos condenados a vivir en una duda perpetua? ¿Qué debemos hacer? Todas estas preguntas surgen de la lectura de los Pliegos Petitorios Generales de la Comunidad Universitaria BUAP y Preparatorias BUAP.
Las respuestas a las dos primeras preguntas ¿Dónde estamos? ¿Cómo lo sabemos? determinarán la respuesta a la tercera. ¿Qué es bueno y malo para nosotros, y por qué? ¿Nuestra preocupación debería ser alcanzar la felicidad o huir del sufrimiento? ¿Deberíamos perseguir nuestras propias metas, o subordinarse a las de los demás? De esto último debemos ocuparnos. De estudiar el modo en que los universitarios debemos comportarnos y cómo tratar con los ciudadanos, lo que involucra la definición de los principios de un sistema social adecuado. De aquí surge la pregunta ¿La BUAP para qué?
Si leemos con cuidado los Pliegos Petitorios mencionados y los contrastamos con cada pregunta nos percataremos que ellas exigen respuestas tanto teóricas como prácticas. Y todas ellas nos conducen a las preguntas siguientes: ¿qué es la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla? ¿Quiénes somos los universitarios? ¿Qué tenemos que hacer? ¿Qué sentido tiene la vida? Todas las preguntas tienen una íntima relación con la pregunta inicial que hemos formulado: ¿La BUAP existe? De cómo entendamos esta última pregunta depende lo que entendamos al preguntarnos ¿la BUAP para qué? Buscarles sentido a estas preguntas nos remite permanentemente a las preguntas ¿qué somos?, ¿qué tenemos que hacer?, ¿qué sentido tiene la vida? Por el momento démosle relevancia a la segunda pregunta ¿qué tenemos que hacer? para responder a la pregunta ¿La BUAP existe?
Los Pliegos Petitorios nos obligan a preguntarnos, tanto a los universitarios como ciudadanos ¿qué tenemos que hacer? implica un cuestionamiento sobre nuestro actuar sobre nuestro quehacer, en términos de su adecuación a un deber ser o norma. Es una pregunta que enfrenta nuestra acción con un deber ser vinculante, que experimentamos como algo que nos obliga interiormente, más allá de nuestros gustos o preferencias. Nos obliga a entender el pensar como una actividad que exige un cuidadoso examen y análisis de los “modos de ver” en la vida cotidiana, de ‘evaluar modelos de pensar’. Pero si un modelo de pensar existe es porque está armado con conceptos y si esto es así, entonces, debemos hacer un ‘análisis conceptual’ del modelo vigente. Así que es necesario observar los conceptos (palabras) más importantes de los Pliegos Petitorios, e intentar determinar lo que se quiere significar por ellos. El camino exige reflexión y discusión. De lo que se trata es de reflexionar y discutir, hablar y escribir. Todas éstas son acciones cotidianas en una universidad.
Es el momento de percatarnos de lo característico de nuestras preguntas. No son preguntas que pueden ser respondidas mirando en torno en busca de algunos hechos. Nuestra indagación no tiene el propósito de compartir el mismo punto de vista coherente y unitario. De hecho, las preguntas formuladas surgen del hecho de que tenemos puntos de vista diferentes en esta materia, y algunos de ellos no son correctos. Nuestras visiones del mundo son generadas por el sentido común, pero desgraciadamente son muchas y a veces incompatibles. El desafío es, por consiguiente, intentar hallar pautas de pensamiento que podrían darnos la mejor visión del mundo posible. Nuestra reflexión es profundamente humana y está, como el resto, comprometido en todas las actividades humanas. Cualquier cosa que propongamos sigue siendo humana. La diferencia es que nuestra reflexión parte de que tenemos conciencia de que cuanto ocurre es humano.
En fin, a partir de los Pliegos Petitorios hechos por los estudiantes de la BUAP que requerimos construir ideas que nos permita construir un plan de vida racional y colectiva, definir una política para trasformar la realidad en el sentido ético que definamos.
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