martes, 14 de junio de 2022

El valor de la especulación en la historia de la humanidad De la ignorancia al pensar

El valor de la especulación en la historia de la humanidad
De la ignorancia al pensar


José Antonio Robledo y Meza



Para ver un mundo en un grano de arena
y un paraíso en una flor silvestre,
sostén el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora.
William Blake, fragmento de Augurios de inocencia.


Los humanos sabemos muchas cosas, tenemos información que nos interesa y de muchos tipos: de valor histórico, de interés intelectual, de importancia práctica (tecnología), de profundo conocimiento teorético (filosofía y ciencia). Estas informaciones nos procuran comprensión del mundo y el Universo; pero también nos permiten reconocer que es infinita nuestra ignorancia. 

Adquirimos conciencia de nuestra ignorancia por el conocimiento adquirido en la vida cotidiana y en el campo de las ciencias, y por la reflexión que a cada paso que damos en la solución de una pregunta que nos permite descubrir nuevas preguntas incluso ahí donde creíamos estar en terreno firme.

Al preguntar y estudiar aprendemos y adquirimos saberes y conocimientos; con preguntas, saberes y conocimientos desarrollamos las condiciones para formular nuevas preguntas-problema y seguir estudiando, y el estudio -al mismo tiempo que nos abre las puertas de los saberes y conocimientos- nos hace estar conscientes de nuestra ignorancia. El estudio hace posible que adquiramos distintas habilidades y capacidades -como las de dudar, sorprendernos y la creatividad-. El estudio al ayudarnos a formular preguntas nos conduce al pensar. 

Por lo dicho, los humanes reconocemos que día a día crecen nuestros saberes y conocimientos, pero al mismo tiempo que nuestra ignorancia es casi infinita. Y esta tensión entre saber, conocer e ignorancia, se mantiene todo el tiempo.

Todo saber-conocer es para el pensador una fuente de preguntas y es con preguntas que se mantiene vivo el pensar. Son las preguntas -la tensión entre saber, conocer e ignorar- lo que da sentido al pensar. Después sigue el análisis de las preguntas y los ensayos de solución y su correspondiente argumentación.

Una fuente del pensar nos lo proporcionan las contradicciones contenidas en nuestros saberes y conocimientos; otra son las contradicciones presentadas entre los saberes y los hechos a los que se pretende dar cuenta. Sea uno u otro el caso, el problema es conceptual ya que si el problema viniera del mundo práctico esto nos obligaría a meditar, a teorizar, a especular, dando con ello lugar a conceptualizaciones.

Hagamos un pequeño ejercicio. Supón que eres astronauta, y que tu nave espacial cae en un planeta desconocido para ti. ¿Qué es lo que harías una vez recobrado el conocimiento? Lógicamente, las cuatro primeras preguntas que un humán haría en tales circunstancias serían: ¿dónde estoy?, ¿cómo lo sé?, ¿qué debo hacer?, ¿cómo le hago? Estas preguntas, fundamentales para el estudio de la existencia y por ende, para la supervivencia humana, son respondidas por las cuatro primeras ramas de la filosofía: metafísica (¿dónde estoy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?), epistemología (¿cómo lo sé?), ética (¿qué debo hacer?) y política (¿cómo le hago?).

A continuación, analiza cada pregunta formulada con negritas y te percatarás que algunas tienen tanto componentes teóricos como prácticos. 

Lo dicho hasta aquí nos permite inferir que:
1) No hay preguntas sin ignorancia.
2) No hay preguntas sin conocimientos y saberes.
3) No hay pensar sin ignorancia.
4) No hay pensar sin conocimientos y saberes.
5) No hay pensar sin preguntas, i.e., sin ignorancia y conocimientos y saberes.

Concluyo que es el reconocimiento de que la ignorancia nos pone en el camino del estudio y de las preguntas; son el carácter y la cualidad de las preguntas juntamente con su análisis, la audacia y singularidad de las soluciones propuestas lo que determina el valor o falta de valor del pensar. Y una forma de problematizar es enunciando preguntas así que un ciudadano formado como pensador no debe conformarse con repetir las soluciones ofrecidas sino debe habilitarse como un formulador de preguntas.

Sugerencia de lectura: João Magueijo. Más rápido que la velocidad de la luz. Historia de una especulación científica


robledomeza@yahoo.com.mx
wa: 2223703233

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