La Raza Cósmica a discusión
José Antonio Robledo y Meza
En esta reflexión nos acercaremos al ensayo de José
Vasconcelos “La Raza Cósmica”. Texto publicado en 1925, y cuya lectura y
discusión la proponemos en 2023, 98 años después. Y lo estamos haciendo porque
queremos comprender el mensaje de don José. Esto obliga a plantearnos varias
preguntas en torno al texto, el escritor y los lectores y sus diferentes
circunstancias e intenciones.
El escritor
José María Albino Vasconcelos Calderón nació en Oaxaca
el 27 de febrero de 1882 y murió en la Ciudad de México el 30 de junio de 1959.
Fue educado dentro del positivismo en la Escuela Nacional Preparatoria al que
se suscribe con entusiasmo debido a que respondía a la exigencia de recibir una
instrucción formal y precisa. Más tarde reconocería que el positivismo había
hecho posible el desplazamiento del escolasticismo heredado de la Colonia quien
valoraba el saber contemplativo. Vasconcelos insistirá, por el contrario, en la
necesidad de construir un saber creativo a partir del pensamiento clásico y
permitiera construir un universo de creencias radicales que uniera a los iberoamericanos;
creencias de orientación simbólica para dirigir la conducta de los distintos
grupos sociales que conformarían la sociedad. Aquí surgen varias preguntas
entre las cuales destaco las siguientes: ¿cómo construir este saber?, ¿cómo
socializarlo?, ¿cómo hacer posible la existencia de esas ideas radicales que
pueden ser enunciadas y necesarias para establecer un estilo de vida; ideas que
fueran palancas sociales, ideales dirigidos a la acción?
Creencias radicales no usadas con fines cognoscitivos
sino para persuadir con fines de praxis racional. Creencias radicales
formuladas en enunciados que sirvan no para pensar sino para creer. Se trata de
construir un mitologema político que sostenga una ideología política. Se trata
de producir los fenómenos colectivos reconocidos, que se puedan predicar como
característica de lo iberoamericano, qué configuren una mentalidad y un estilo de
vida. Estamos hablando de la construcción de mitos y ritos iberoamericanos que sirvan de palancas para gobernar.
El texto
Comprender su mensaje nos obliga a responder ¿En qué
contexto se escribió? ¿Cuál fue su intención? ¿Cuáles son las creencias
radicales –no ideas- que la sustentan? ¿Cómo organiza sus ideas -la
información- en argumentos? ¿Cuáles son los conceptos clave y las premisas de
su argumentación? Hecho lo anterior discutiremos su valor e importancia para
ser considerado una palanca social ideal para dirigir la acción de los humanes
hoy día.
Comencemos haciendo una descripción
superficial del documento.
Los conceptos clave aparecen
inmediatamente en el título del ensayo “raza cósmica” y en el título del
prólogo “mestizaje”, “quinta raza”.
El ensayo describe dos procesos el primero
que va de tiempos remotos “adonde no alcanzan los cálculos” a la aparición
de la quinta raza y el que apunta del presente al futuro.
Vasconcelos trata de establecer una
continuidad entre un pasado remoto (glorioso) un presente agobiante y un futuro
a construir, también glorioso.
¿Qué
fuimos? ¿Qué somos? ¿Qué seremos?
Para responder a la primera pregunta,
Vasconcelos se apoya en las teorías geológicas de Florentino Ameguino (1854-1911) y Alfred Lothar Wegener (1880-1930) que establecen la
antigüedad de las culturas: atlántida (hombres rojos), maya, quechua, tolteca,
lemuriana (negros), amarilla y blanca.
Vasconcelos se ocupa de referir el
grandioso pasado de los futuros iberoamericanos. Pasado glorioso, futuro
glorioso para negar y superar el feo presente. “Si, pues, somos
antiguos geológicamente y también en lo que respecta a la tradición, ¿cómo
podremos seguir aceptando esta ficción
inventada por nuestros padres europeos, de la novedad de un continente,
que existía desde antes de que apareciese la tierra de donde procedían
descubridores y reconquistadores?”
Para Vasconcelos
la cuestión tiene una importancia enorme y para quienes se empeñan en buscar un
plan en la Historia. Vasconcelos afirma que la comprobación de la gran
antigüedad de América parecerá ociosa a los que no
miran en los sucesos sino una cadena fatal de repeticiones sin objeto.
El Continente llamado a ser cuna de esa raza
excepcional, síntesis de las demás, será América donde «hallará término la
dispersión; allí se consumirá la unidad por el triunfo del amor fecundo, y la
superación de todas las especies». Y de los pueblos del Continente Colombino,
los iberoamericanos están llamados de juntar los tesoros de la historia, para
dar expresión al anhelo del mundo.
¿Por qué cree Vasconcelos que la cuna de la quinta
raza será precisamente la Iberoamérica y no el continente en general como sería
lógico suponer? Los sajones destruyeron las demás razas, en tanto que los
iberoamericanos las asimilamos, y esto nos da derechos nuevos y esperanzas de
una misión sin precedente en la historia. Los iberoamericanos tienen más
simpatía hacia los extraños, preparándose de esta suerte la trama, el múltiple
y rico plasma de la humanidad futura.
Iberoamérica está llamada a cumplir grandes designios;
su misión trasciende a siglos venideros; un futuro glorioso donde predominará en primer término, el estado
espiritual o estético ya que, los anteriores, el intelectual o político y el
material o guerrero, habrán desaparecido junto con la raza blanca en
decadencia.
La raza integral o definitiva, hecha con la savia y el
espíritu de todo el Cosmos, no excluirá a ninguna de las cuatro razas
existentes, ya que se aprovechará lo más selecto y generoso de los pueblos del
orbe.
Expresa Vasconcelos que, en lo sucesivo, a medida que
las condiciones sociales mejoren, el cruce de sangre será cada vez más
espontáneo, a tal punto, que no estará ya sujeto a la necesidad, sino al gusto;
en último caso a la necesidad. El motivo espiritual se irá sobreponiendo de
esta suerte a las contingencias de lo físico. Por motivo espiritual ha de
entenderse, más bien que la reflexión, el gusto que dirige el misterio de la
elección de una persona entre una multitud.
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