El Rusiagate y el Ucraniagate el escenario americano de la guerra
José Antonio Robledo y Meza
¿Para quién trabaja Hunter Biden? Medios de todo el mundo buscan la respuesta desde el 14 de mayo de 2014. Ese día se anunció que el hijo del vicepresidente Joe Biden estaba en el consejo directivo de la empresa ucraniana de Gas Burisma Holdings desde abril. También el ex presidente polaco Alexander Kwaniewski está en la plana mayor de la empresa. Su presencia fue anunciada en Burisma el 16 de mayo del 2014, a pesar de que desde enero está en la empresa. Entonces, Viktor Yanukovich era presidente de Ucrania y Kwasnieski tuvo que negociar con él la liberación de la ex primera ministra Julia Timochenko, por encargo de los EE.UU y el Parlamento Europeo.
El 10 de mayo del 2019, Rudy Giuliani canceló un viaje programado a Ucrania donde tenía la intención de instar al presidente electo Zelensky a que investigara a Hunter Biden.
La guerra entre Rusia y Ucrania se desarrolla en varios frentes. Aquí esbozaremos solo dos escenarios, el europeo que va del 2013 al 2022 y el norteamericano que va del 2016 al 2022. En este último escenario destacan tres figuras: Donal Trump, Joe Biden y Hunter Biden y las mutuas acusaciones de corrupción. Nada diremos, por el momento, de la guerra entre las monedas.
Escenario europeo.
En noviembre de 2013 el entonces presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, suspende la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea, prevista el 29 de noviembre, a causa del ofrecimiento de Rusia de importantes contrapartidas económicas, como la reducción del precio del gas. China se alinea con Rusia. El 27 de enero de 2022 el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, en una conversación telefónica con el secretario de Estado de los EE.UU., Antony Blinken, le manifestó que “las preocupaciones de seguridad de Rusia deben tenerse en cuenta y recibir una solución. La seguridad de un país no puede tener como coste dañar a otro. (…) no se puede garantizar la seguridad regional a base de expandir un bloque militar. Deben atender las legítimas preocupaciones de Rusia". Pocos minutos antes de las seis de la mañana del 24 de febrero de 2022, el presidente ruso Vladimir Putin anuncia una “operación militar especial” en Donbás. Minutos después del discurso se registran fuertes explosiones en varios puntos del norte, el este y el sur de Ucrania. Moscú señala que es una operación para “desmilitarizar” el país vecino, pero no pretende la ocupación. El 28 de febrero de 2022 Zelensky presidente de Ucrania solicita la adhesión de Ucrania a la Unión Europea por vía de urgencia. El 1 de marzo la UE declara que financiará la compra de armamento para Ucrania.
Escenario norteamericano
En este escenario aparecen dos procesos: el Rusiagate (2016-17) y el Ucraniagate (2019-22).
El Rusiagate. En mayo de 2017 aparecen las primeras denuncias para destituir a Donald Trump en el contexto de las sospechas de colusión entre el candidato Trump y los servicios secretos rusos, durante la campaña presidencial de 2016. Un antecedente importante es el de julio de 2016 cuando Trump todavía candidato en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, hizo una solicitud: “Rusia, si estás escuchando, Espero que pueda encontrar los 30,000 correos electrónicos que faltan "del servidor de correo electrónico de la candidata presidencial Hillary Clinton.” Diciembre de 2017: una resolución de destitución de Donald Trump fracasó en la Cámara de Representantes, entonces liderada por los republicanos, con un margen de 58 a 364 votos. Los demócratas ganaron el control de la Cámara después de las elecciones de 2018 y lanzaron múltiples investigaciones sobre las acciones y las finanzas personales de Trump. La Torre Trump-Moscú. El 17 de enero del 2019 surgieron nuevas acusaciones que involucraban a Trump, afirmándose que le ordenó a su antiguo abogado, Michael Cohen, que mintiera bajo juramento en torno a la participación de Trump con el gobierno ruso para la construcción de la Torre Trump-Moscú. Esto dio lugar a peticiones de investigación y de que el presidente «renunciara o fuera destituido». El 18 de abril se publicó el Informe Mueller que no llegó a ninguna conclusión sobre si Trump había cometido o no obstrucción criminal a la justicia, pero señaló enfáticamente que era el Congreso quien debía tomar tal determinación.
Desde mayo de 2019, Rudy Giuliani presionó para que Volodímir Zelenski, el nuevo presidente de Ucrania, investigara a Burisma, así como para verificar si hubo irregularidades en la investigación ucraniana de Paul Manafort. Manafort dirigió la campaña de Trump de 2016 durante varios meses, pero lo despidieron ante revelaciones sobre sus negocios en Ucrania. Acusado de delitos financieros como parte de la investigación del fiscal Robert Mueller sobre los vínculos entre la campaña de Trump y Rusia, Manafort fue declarado culpable por un jurado en 2018 y condenado a siete años de prisión. Fue liberado debido a su edad y sus problemas de salud; Trump lo indultó en diciembre de 2020. Giuliani dijo a Zelensky que las investigaciones sobre Burisma serían beneficiosas para el presidente Trump y que sus esfuerzos contarían con el pleno apoyo de Trump. El 10 de mayo Giuliani canceló un viaje programado a Ucrania donde tenía la intención de instar al presidente electo Zelensky a que investigara sobre Hunter Biden; al mismo tiempo los demócratas se pusieron de acuerdo con los ucranianos para divulgar información sobre Manafort. A fines de 2019, se reportó que Giuliani estaba bajo investigación federal por violar las leyes de cabildeo y otros cargos, como figura central en el Ucraniagate, que devino en el juicio político de Donald Trump. Después de las elecciones presidenciales de 2020, Giuliani representó a Trump en muchas demandas presentadas con el propósito de anular los resultados electorales, haciendo acusaciones de fraude en los lugares de votación.
En junio de 2019 antes de que saliera a la luz el Ucraniagate, el entonces presidente Donald Trump, indicó que aceptaría la inteligencia extranjera sobre sus rivales políticos. Trump fue entrevistado por George Stephanopoulos, quien preguntó: "Si los extranjeros, si Rusia, si China, si alguien más le ofrece información sobre un oponente, ¿deberían aceptarlo o llamar al FBI?" Trump respondió: "Creo que quizás hagas ambas cosas. Creo que quizás quieras escuchar. No lo hago. No hay nada malo en escuchar. Si alguien llama desde un país, Noruega, tenemos información sobre tu oponente. Oh. Creo Me gustaría escucharlo". Después de que Trump dijo esto, la presidenta de la Comisión Federal de Elecciones, Ellen Weintraub, recordó a los estadounidenses que según la ley federal: "Es ilegal que cualquier persona solicite, acepte o reciba cualquier cosa de valor de un ciudadano extranjero en relación con una elección estadounidense".
Antecedentes importantes del Ucraniagate se producen en 2014 cuando el gobierno de Barack Obama trataba de proporcionar apoyo diplomático al gobierno de Yatseniuk en Ucrania después de la revolución en 2014, y el entonces vicepresidente Joe Biden se puso al frente de esos asuntos. En estas aguas revueltas, Hunter Biden pasó a formar parte del consejo de dirección de Burisma, una de las compañías de gas más importantes de Ucrania. El vicepresidente Biden no dejó de viajar a Ucrania.
El Ucraniagate (2019) se refiere a la presión del presidente Donald Trump sobre las autoridades ucranianas para que investigaran a Joe Biden, candidato en las elecciones presidenciales de 2020 y a su hijo Hunter Biden. Según informes de prensa, Trump y su abogado personal, Rudy Giuliani, buscaban información comprometedora sobre el desempeño profesional del hijo de Biden en Ucrania.
25 de julio de 2019 el Ucraniagate se da a conocer La conversación telefónica entre Trump y Zelensky. Se alega que Trump presionó a Zelensky para que investigara a Joe Biden, el entonces posible candidato presidencial del Partido Demócrata. Y, según la acusación, para presionar se habló de los US$250 millones que el Congreso de EE. UU. había aprobado destinar a Ucrania y cuyo envío fue retrasado hasta mediados de septiembre. El diario The Washington Post y otros medios reportaron que Trump le ordenó a su jefe de gabinete interino Mick Mulvaney que retuviera la ayuda al menos una semana antes de la conversación telefónica.
12 de agosto de 2019 cuestión del primer delator. Un oficial de inteligencia anónimo presentó una queja ante Michael Atkinson, Inspector General de la Comunidad de Inteligencia (ICIG) bajo la Ley de Protección de Denunciantes de la Comunidad de Inteligencia (ICWPA). Habiendo encontrado la queja urgente y creíble, Atkinson la transmitió el 26 de agosto a Joseph Maguire, director interino de Inteligencia Nacional (DNI).
18 de septiembre de 2019. The Washington Post informó sobre la historia de la denuncia y su denunciante, informando que la denuncia se refería a una "promesa" que Trump había hecho durante una comunicación con un líder extranjero no identificado. El 19 de septiembre 2019. El Washington Post informó que la queja estaba relacionada con Ucrania. El segundo delator. El abogado del primer "delator" que desató una investigación para un juicio político al presidente Donald Trump anunció que representa a un segundo funcionario de inteligencia que presentó información de primera mano sobre la presunta presión de Trump al gobierno ucraniano para debilitar a uno de sus principales rivales electorales, el exvicepresidente Joe Biden.
Comienzo del proceso de destitución. 24 de septiembre 2019. La presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de EE. UU., la demócrata Nancy Pelosi, anunció la apertura de una investigación que puede dar lugar a un proceso de destitución (impeachment) contra Donald Trump. El 31 de octubre 2019 la Cámara de Representantes aprobó por 232 votos a favor, y 196 en contra, establecer procedimientos para las audiencias públicas, que comenzaron la semana del 11 de noviembre. Este proceso de destitución de Trump concluyó el 5 de febrero de 2020, tras la absolución en el Senado de los dos cargos de los que se le acusaba.
El 30 de marzo de 2022 Donald Trump nuevamente le sugiere a Putin que presente pruebas sobre presunta corrupción del hijo de Biden en Rusia y cuando aumenta la desaprobación de Biden: el 52% de los estadunidenses rechaza su gestión.
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