miércoles, 2 de febrero de 2022

El voto ponderado representa el sistema de privilegios y autoritarismo en la BUAP.

 

El voto ponderado representa el sistema de privilegios y autoritarismo en la BUAP.

Mtro. José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP
Sistema BUAP

 

Eliminar el sistema de privilegios y el autoritarismo pasa por eliminar el voto ponderado en la BUAP y reorganizar democráticamente a la BUAP para caminar por el sendero de la justicia social y la excelencia intelectual.

 

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) es el universo común de varios sistemas. Todos los sistemas de la BUAP tienen un conjunto común de elementos (94,888 estudiantes, 7,312 profesores y aproximadamente 6,000 trabajadores no académicos) en distintos tipos de relaciones. Todas estas distintas relaciones dan lugar a sistemas distintos. También podemos combinar varias de ellas en nuevos sistemas más complejos. Lo único importante es que especifiquemos claramente en cada caso qué conjunto (o conjuntos) de cosas vamos a considerar como universo (o universos) del sistema, y en qué relaciones (funciones, propiedades o posiciones) vamos a fijarnos explícitamente. Con ello quedará definido el sistema a considerar.

Así tenemos, por ejemplo, los siguientes sistemas:

1) el sistema biológico, si nos fijamos en sus relaciones de parentesco biológico.

2) el sistema jurídico, si nos fijamos en sus relaciones de parentesco jurídico (deberes, obligaciones o subordinación).

3) el sistema afectivo, si nos fijamos en sus relaciones afectivas y sentimentales.

4) el sistema sanguíneo si nos fijamos en los grupos sanguíneos de la población.

5) el sistema protocolario, si nos fijamos en las relaciones de prioridad protocolaria que se manifiestan en el lugar ocupado por los integrantes en ciertas ceremonias.

4) el sistema de edades, si nos fijamos en sus edades y en sus interrelaciones de coetaneidad.

5) el sistema económico, si nos fijásemos en sus ingresos, gastos, ahorros, consumo, etcétera.

6) El sistema administración si nos fijamos en:

a) las entradas al sistema (requisitos de alumnos, maestros, trámites burocráticos, etc.), sus salidas (reprobación, deserción, certificación, etc.) sus estados internos (reglamentación, selección, condiciones físicas, poder, autoridad) y

b) ciertas relaciones entre sus entradas, estados y salidas, por ejemplo, eficiencia terminal, expulsiones, legitimación, etc.

7) el sistema docencia si nos fijamos en la relación de enseñanza-aprendizaje.

8) el sistema investigación.

9) el sistema de extensión universitaria.

10) el sistema de servicio social.

11) el sistema de autoridad.

Etcétera.

En concreto, el interés del siguiente análisis se centra en el sistema de autoridad y poder.

El objetivo del análisis es pensar, planificar y administrar la BUAP con un sentido integral, sistémico y modificar el sistema de privilegio y autoritarismo actual en otro más democrático. Es necesario transformar la BUAP a pensar la BUAP como una institución democrática en lo que se refiere a la elección de las autoridades y en sus prácticas cotidianas. Se trata de trasformar la BUAP en una institución de gran potencial, a través de los métodos democráticos, en lo que respecta a las funciones académicas (enseñanza, investigación y extensión) y sus relaciones con la sociedad. Se trata de rescatar el sentido público de la institución y de abrir las vías de comunicación con el exterior de la institución.

La propuesta concreta es la siguiente: la BUAP está en condiciones de modificar la actual Ley de la BUAP para eliminar el sistema de privilegios y el autoritarismo existente, eliminando el voto ponderado en la BUAP. Para ello será necesario eliminar el artículo 13 vigente.

Justificación de la propuesta.

El Diccionario panhispánico del español jurídico registra que el voto ponderado es el “procedimiento de toma de decisiones en una organización que atribuye valor desigual a los votos de los miembros, en atención a factores como su peso político, demográfico, extensión territorial, contribución financiera a la organización…”

El voto ponderado es un mecanismo que se definió en la Ley BUAP en 1991 en su artículo 13.

¿Cómo opera la ponderación de votos en la BUAP? El mecanismo consiste en no homogeneiza el valor del sufragio para toda la comunidad, por lo cual se estaría incurriendo en una suerte de discriminación que desemboca en diferencias cuya justificación racional más allá de beneficios electorales se desconoce. Al menos para los que tienen una visión democrática de las cosas.

Por el artículo 13 mencionado se instaura una relación de poder: el sector docente sería más importante- electoralmente hablando- que el de estudiantes, a pesar de que esta última población es la que mayor cantidad de universitarios aporta al total de personas que asisten a la institución. Y en consecuencia los votos de los trabajadores no académicos valen casi nada.

Veamos puntualmente como opera la ponderación.

De acuerdo al artículo 13 de la Ley BUAP, El Consejo Universitario estará integrado por:

I El Rector; (1 voto)

II Las autoridades personales de las unidades académicas; (43 votos)

III. Los consejeros representantes de los profesores, investigadores, alumnos y trabajadores no académicos, en los términos que establezca el Estatuto; (86 votos de los estudiantes y 86 votos de profesores e investigadores)

De acuerdo al texto de este artículo todo Consejero tendrá derecho a voz y voto, y el Rector tendrá voto de calidad. Las unidades académicas que tienen a su cargo la función docente, elegirán invariablemente un número igual de representantes de los profesores y de los alumnos. Cinco es el número de representantes en todas las unidades académicas (1 de la autoridad personal, 2 de profesores y 2 de alumnos)

Los trabajadores no académicos tienen derecho a elegir tres representantes (3 votos).

El Consejo Universitario, máxima autoridad de la BUAP, está compuesto de un total de 217 (100%) consejeros.

1 voto corresponde al rector (0.5%).

41 votos corresponden a las autoridades personales (18%).

86 votos corresponden a los profesores (40%) con una población de 7,312.

86 votos corresponden a los alumnos (40%) con una población de 94,888.

3 votos corresponden a los trabajadores no académicos (1.4%).

Los académicos tienen una representación del 58.5% (18% de autoridades personales, 40% de profesores y 0.5% del rector) con una población de 7,354.

Los alumnos tienen una representación del 40% con una población de 94,888.

Los trabajadores no académicos tienen una representación del 1.5% con una población aproximada de 6,000.

Fuente: anuario estadístico BUAP.

La democracia el método racional para la solución de problemas.

La estrategia básica consistirá en construir una universidad propensa a la solución de problemas y un problema que debe resolver de inmediato es el de la reorganización de su estructura académica. Es injustificable seguir pensando en una estructura que divorcia a la comunidad –sistema de facultades y colegios- y sanciona el disenso y la discusión, cuando el desarrollo del conocimiento apunta a la interdisciplinariedad. No olvidemos algo importante: la universidad debe resolver problemas y la solución de problemas pasa por la propuesta de audaces soluciones provisionales, sujetas a la crítica y a la superación de errores, seguidas por la crítica y a su vez por una auténtica posibilidad de cambio a la luz de la misma. No es posible exista una buena universidad sin actividades críticas. No es posible vivir bien sin mejorar nuestro pensamiento por medio de la crítica. No es posible en ayudar a mejorar a la sociedad sin excelencia académica y ésta pasa por la crítica.

La BUAP es la universidad pública de los poblanos. Y los poblanos sienten que no los atiende como es debido ya que por momentos hace caso omiso de los principios básicos que constituyen las políticas públicas. Veamos esto.

El principio general de las políticas públicas es: “Reducir al mínimo el sufrimiento evitable”. Tal postura tiene el efecto inmediato de llamar la atención sobre los “problemas”. Si, por ejemplo, las autoridades educativas pretenden aumentar al máximo las oportunidades de los jóvenes que están bajo su responsabilidad, pueden tener, comprensiblemente, dudas sobre el mejor medio de conseguirlo. Si, por el contrario, se propone “minimizar las desventajas”, su atención se verá inmediatamente dirigida a las escuelas peor acondicionadas, y se dará prioridad a estos problemas. En lugar de fomentar la construcción de utopías, pretende la localización y solución de males sociales específicos, por los que están sufriendo determinados seres humanos. De este modo, se trata de un punto de vista práctico, ante todo, y consagrado a los cambios. Empieza con la preocupación por los seres humanos, y lleva consigo una activa y permanente voluntad de renovación de instituciones. “Reducir al mínimo la infelicidad” no es simplemente una formulación negativa de la máxima utilitaria “aumentar al máximo la felicidad”. Hay una asimetría lógica, pues no sabemos cómo hacer feliz a la gente, pero sí sabemos cómo aminorar sus desdichas. En lugar de la mayor felicidad para el mayor número, debería exigirse la menor cantidad de sufrimiento para todos. Un ejemplo concreto aplicado a nuestra propia situación consiste en resolver el problema de demanda de miles de familias que quieren que sus hijos puedan continuar sus estudios. La solución no es cerrarles la puerta.

El segundo principio de política pública es: “aumentar al máximo la libertad de los individuos para vivir como quieran”. Esto requiere una subvención y promoción masiva de la educación, las artes, la vivienda, la sanidad y todos los aspectos de la vida social -pero siempre con el efecto de extender el margen de elección, y, por lo tanto, de libertad, al alcance de los individuos-. Este principio nos debe obligar a pensar en soluciones que enfrentan los jóvenes de hoy: cada día hay menos carga horaria laboral y cada día se incrementa el tiempo de ocio.

Es inmediata la necesidad de que los viejos universitarios ventilen esta cuestión con los jóvenes y sólo puede arrojar resultados fructíferos si se hace en un ambiente de convivencia democrático. Por la democracia es que se puede conseguir y mantener mejores niveles de vida para todos. Una sociedad con instituciones libres está prácticamente destinada a tener más éxito que otra cualquiera, tanto en el plano material como en otros. La democracia no es un lujo de sociedades de vida elevado sino la causa en la consecución y mantenimiento de altos niveles de vida. Una forma para instrumentalizar la democracia y aspirar a una mejora de la calidad de vida de los universitarios y, por ende, de los ciudadanos es definir políticas de gobierno racionales y críticas. Esto vale para la sociedad como para la universidad.

Por todo lo dicho, es necesario reorganizar democráticamente la BUAP para caminar por el sendero de la justicia social y la excelencia intelectual.

 

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