Un diagnóstico que caracteriza no solo al nivel básico...
El día de hoy -8 de marzo de 2019- la versión digital de la revista Proceso publicó el análisis “La bancarrota del sistema educativo” hecho por el diputado Pablo Gómez.
En esta reflexión integraré mi propio diagnóstico de la BUAP siguiendo el discurso de Pablo Gómez.
Aprovechemos la ocasión para compartir nuestros propios diagnósticos para impulsar los cambios que la BUAP requiere con la vista puesta en el futuro pero sin olvidar nuestro propio pasado.
Las palabras de Pablo Gómez las señalaré como PG y las mías como JARM.
PG: “La profesión de maestro en la educación básica ha sido ubicada en el escalón más bajo del trabajo intelectual. Los educadores no son considerados como tales, sino que han sido sometidos a unas burocracias sindical y gubernamental desde donde se organiza la función educativa con una muy escasa participación del magisterio.”
JARM: Lo mismo ha ocurrido en la BUAP al considerar que los docentes y lo que ello significa debían sustituirse por “facilitadores del aprendizaje”. Los responsables de diseñar y aplicar las actividades académicas se han sometido a las burocracias externas a la institución –SEP, CONACYT, comisiones evaluadoras…- que han sustituido la participación colectiva de docentes y estudiantes. El deterioro ha llegado al extremo que los espacios de debate como el Consejo Universitario, los Consejos por Función, los Consejos de las Unidades Académicas… se han convertido en espacios donde se aprueban las propuestas casi siempre por unanimidad.
PG: la escuela mexicana es autoritaria y, en consecuencia, no prepara a la juventud para la democracia mediante el método de la conjunción de la teoría y la práctica.
JARM: la BUAP se ha caracterizado en los últimas cinco lustros por su autoritarismo y aplicación discrecional de las leyes y reglamentos que se reiteradamente en los procesos de elección de consejeros y rectores, por ejemplo. Este autoritarismo se refuerza con las buenas calificaciones otorgadas a la BUAP por empresas contratadas para ello. El fenómeno autoritario se agudizó al subordinar el papel de la BUAP a los intereses del grupo morenovallista.
PG: Al carecer de parámetros educativos, maestros y maestras no cuentan con instrumentos para comparar a su propia escuela con otras y evaluar al sistema educativo en conjunto.
JARM: El único parámetro oficial en la BUAP son las reiteradas declaraciones del rector en turno de que la institución vive permanentemente en la “excelencia”.
PG: Durante muchos años, la ausencia de instancias de participación académica y técnica del profesorado contribuyó al gremialismo estrecho, sectario y corrupto, hostil a la democracia y, en consecuencia, orilló a la clausura de la intervención del magisterio en la forja de la materia de su propia profesión.
JARM: No hay diferencia alguna de la participación de los sindicatos en la BUAP.
PG: El magisterio y el alumnado deben ser los dos grandes protagonistas de la nueva escuela mexicana en un marco democrático y participativo.
JARM: El magisterio y el alumnado deben ser los dos grandes protagonistas de la nueva BUAP en un marco democrático y participativo.
En la comunicación Diagnóstico de la BUAP JARM corresponde a José Antonio Robledo y Meza.
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