jueves, 29 de septiembre de 2022

“Pueblo Soberano” y democracia participativa.

“Pueblo Soberano” y democracia participativa.

José Antonio Robledo y Meza


El Pueblo Soberano son dos Pueblos: uno conceptualmente construido y sin historia, otro perceptible e histórico. Dos son, también, las repúblicas: una, la Nueva República conceptualmente construida, otra la República política e histórica.

Todo se conjunta en el nombre de “México”. El objetivo es producir: amor a la patria, amor a la nación, amor a la república, amor a la humanidad... Amor de razón y entusiasmo ante una superioridad, que se cree evidente en el plano colectivo e histórico.

En torno al Pueblo Soberano habrá de construirse una tradición y como en toda concepción y actitud tradicional hay que distinguir dos elementos principales: en primer lugar, el fondo de remoto origen y a continuación el elemento histórico, la tradición nacional, que constituya el tradicionalismo ordenado.

Con estos dos últimos elementos mencionados se debe construir una tradición racional donde subsistan muchos elementos históricos, ciertas formas políticas de la tradición por construir y que hagan posible una Nueva República.

El Pueblo Soberano es un ente conceptual-abstracto de significado filosófico-jurídico-político. Pensado materialmente, el Pueblo Soberano semeja un infinito. Este ente abstracto oculta diversas propiedades «humanas». Para nuestra concepción este ente abstracto -el Pueblo Soberano- está ligado a la mayor concisión. Habla, sin duda, pero con reserva. A veces se manifiesta, cuando se le interpreta correctamente, en la Constitución. El Pueblo Soberano encuentra su forma material en la Constitución: pertenece al lenguaje y significa logos.

En la conversación corriente, el Pueblo Soberano es símbolo de continuidad, de existencia y al mismo tiempo es un puente de una unidad a otra. Tal es en la Constitución su significado intrínseco. El Pueblo Soberano nunca pierde su soberanía (Autoridad) y en cualquier momento puede decidir suspender el Derecho (Poder) y ejercer su autoridad constituyente.

En nuestra percepción el Pueblo Soberano es el puente esencial, único, entre el que manda y quienes obedecen. La relación de poder siempre estará subordinada a la autoridad del Pueblo Soberano. El Pueblo Soberano es, además, en su exterioridad, simplemente el elemento práctico, utilitario, que desde niños hemos conocido. El signo exterior se vuelve costumbre y oscurece el sonido interior del símbolo. Lo interior queda «amurallado» dentro de lo exterior.

El Pueblo Soberano pertenece al estrecho círculo de los fenómenos cotidianos con su nota tradicional: la mudez. El sonido del silencio cotidiano es para el Pueblo Soberano tan estridente, que se impone sobre todas sus demás propiedades. A causa de su lenguaje, todos los fenómenos corrientemente cotidianos se vuelven mudos. No oímos más su voz y el silencio nos rodea. Yacemos muertos bajo lo «práctico-funcional».

A veces una conmoción extraordinaria puede sacarnos del estado letal hacia una recepción viva. Sin embargo, no pocas veces aun la más fuerte sacudida no alcanza para convertir el estado mortífero en viviente. Las conmociones provenientes del exterior (enfermedad, desgracia, preocupaciones, guerras) irrumpen con violencia y con efecto largo o corto en el campo de los hábitos tradicionales.

Las conmociones provenientes desde adentro son de otro tipo. Su causa está en el hombre mismo y dentro de él actúan. El hombre no es un espectador a través de una ventana, sino que se ubica en la calle. El intelecto y la emoción atentos transforman mínimas conmociones en grandes vivencias. De todas partes fluyen voces y el mundo entero resuena. Como un explorador que se interna en territorios desconocidos, hacemos nuestros descubrimientos en lo cotidiano. El ambiente, comúnmente mudo, comienza a expresarse en un idioma cada vez más significativo. Así, se vuelven símbolos los signos muertos y lo muerto resucita.

Naturalmente, el arte de la política surge cuando los signos se vuelvan símbolos y el intelecto y la emoción abiertos permiten saltar del silencio a la palabra. Quien no sea capaz de observar debe dejar en paz el arte de la política. Sus intentos no llevarán a ningún sitio, antes bien, acentuarán la separación hoy existente entre hombre y política. Justamente son estas personas quienes hoy tratan de poner el silencio en lugar del logos del Pueblo Soberano.

Mediante la participación sostenida del pueblo, sus propiedades silenciosas engendrarán un sonido cada vez más fuerte. Estas propiedades —tensiones internas— surgen una tras otra desde lo profundo de su ser e irradian su influencia y efectos sobre la sociedad, superando cada vez con mayor facilidad las inhibiciones de la costumbre.

Es así que el Pueblo Soberano -en la democracia participativa- se vuelve un pueblo viviente.

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lunes, 26 de septiembre de 2022

El concepto de “Pueblo Soberano" es el principio central de la política mexicana.

El concepto de “Pueblo Soberano" es el principio central de la política mexicana.

José Antonio Robledo y Meza

 

El Pueblo Soberano es el principio central sobre la naturaleza del Pueblo. Esta creencia afirma que el Pueblo Soberano es la autoridad única que existe como tres poderes distintos.

Como principio Pueblo Soberano tiene como sentido fundamental lo que se sitúa abajo, lo que está al fondo; alude a los cimientos de un edificio. Además de este valor físico, tiene otro de tipo moral, empleándose entonces referido a lo que se encuentra en el fondo del intelecto, a la firmeza de carácter o al coraje, a lo que otorga fundamento a una obra o a un discurso. Como término filosófico Pueblo Soberano, vendría a ser algo así como ‘realidad’ en oposición a ‘ilusión’.

El papel de la soberanía del pueblo es la causa explícita del principio democrático y de las creencias democráticas. La Autoridad del Pueblo Soberano es un atributo solo de él. Todo poder es representante del Pueblo Soberano.

La Revolución de la 4T establece la destitución de la institución autoritaria y su jerarquía y su desplazamiento por instituciones encargadas de dictaminar el modo de obedecer al Pueblo Soberano. La Revolución de la 4T significa, una verdadera “plataforma antiautoritaria” que se hace para favorecer la creatividad individual y colectiva.

Con la 4T la responsabilidad política es del pueblo y no en manos de pocos, quienes ejercen la potestad de guiar a la sociedad por el camino del bien y. con ello, eximiendo la responsabilidad ética de cada sujeto para interpretar el mensaje del Pueblo Soberano. El hombre de la 4T no se encuentra solo, para construir el camino hacia la Nueva República. La Constitución es la guía para convertir su intención de construir una Nueva República en obras.

El significado actual de Pueblo Soberano nos permite disponer de un concepto filosófico para sostener un debate intelectual honesto y riguroso acerca de los principios referidos al Logos y que permitan esclarecer las diferencias o similitudes entre la Autoridad y los Poderes políticos.

La Autoridad pertenece solo al Pueblo Soberano concretándose en los distintos poderes establecidos constitucionalmente. Los poderes reales tienen un origen humano, y será la Constitución la encargada de señalar esa voluntad democrática.

En las circunstancias mexicanas actuales se debe debatir en torno a la condición de los distintos poderes. Establecer la separación y autonomía de poderes no basta, es necesario debatir el nivel de subordinación, esto es, definir si se encuentran los tres poderes al mismo nivel o cuál es su jerarquía.

No está en duda la relación subordinante de la Autoridad del Pueblo Soberano pero ¿cuál debe ser el nivel de subordinación entre los tres poderes reconocidos constitucionalmente?

 

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jueves, 22 de septiembre de 2022

Origen y evolución de la Autoridad Política.

Origen y evolución de la Autoridad Política.

José Antonio Robledo y Meza

 

A lo largo de la historia humana hubo varios intentos de construir una máxima autoridad política indiscutible. Finalmente, en la edad media se postuló la fe que descansa en la creencia de que la máxima autoridad era Dios; Dios es quien manda y manda porque sabe (omnisapiente) y es bueno. Así se aceptó que manda el que más sabe y se estableció la relación de subordinación entre los que creen y quienes administran la autoridad de Dios (los que dicen saber la verdad revelada). Si no hubiera creyentes de la proposición no habría subordinación, no habría administradores. Sin administradores no habría creyentes.

La visión religiosa dominaba el imaginario colectivo llamado Fe (dogmas): La fe era lo que no se discutía, pero debía creerse. La fe como acto humano es un acto de creencia. La creencia fundamental de esta visión religiosa de la Autoridad y el Poder político era la siguiente: la fuente suprema de la autoridad y el poder político es Dios. Esta proposición hizo las veces de lo que lo que hoy llamamos axiomas.

La Fe como acto de creencia estaba apoyada por proposiciones y argumentos metafísicos, éticos, políticos y epistemológicos.

En la metafísica las premisas eran: Dios era, es y será; además había que creer que Dios era el creador de todo cuanto existe. En la ética la premisa mayor era: Dios es el supremo bien (autoridad ética); en la epistemología la creencia básica era la aceptación de que Dios es omnisapiente (autoridad cognitiva); en el ámbito de la política la creencia dogmática era: Dios es omnipotente (autoridad política). De esta manera, si Dios, dice, hace y manda es porque Dios es la máxima autoridad en todos los rubros. El libro que contenía todos los dogmas era la Biblia.

Como puede apreciarse la visión religiosa era total: metafísica, ética, política y epistemológica

La evolución de la Autoridad Política en la Cuarta Transformación.

Hoy día, en México, la visión religiosa de la legitimidad de la autoridad política ha sido desplazada por una visión laica. En esta visión laica los dogmas han sido sustituidos por axiomas; los principios son distintos a los de la visión providencialista.

Metafísica: Frente a la fe religiosa están los resultados de la investigación científica, nunca con resultados definitivos y donde prevalece la incertidumbre, la duda, el asombro: estudiamos e investigamos por qué estamos aquí, investigamos de dónde venimos, especulamos hacia dónde queremos ir..

En el campo de la ética: especulamos y discutimos hacia dónde queremos ir, qué queremos ser; lo que nos permitirá saltar a una condición mejor es la creatividad.

En el rubro de la epistemología hemos aprendido que cualquier respuesta que demos a cualquier pregunta es provisional porque solemos errar y hemos aprendido a que no puede ser de otra manera. El hombre acepta su insuperable condición de ignorante y falible y que lo que le permite sobrevivir, como especie, es su condición crítica y creativa; lo que nos expone a la extinción es la subordinación acrítica, irracional; en el campo de la política sabemos que para que la sociedad funcione es necesario establecer relaciones racionalmente críticas de subordinación para hacer posible la coordinación de esfuerzos. El método por excelencia en el proyecto de la Cuarta Transformación es la discusión.

De esta manera la visión de la soberanía del Pueblo Soberano en el proyecto de la Cuarta Transformación es total: metafísica, ética, política y epistemológica

Si el Pueblo Soberano, dice, hace y manda es porque el Pueblo Soberano es la máxima autoridad en todos los rubros.

En México la soberanía política emana del Pueblo Soberano. El Pueblo Soberano es omnipotente y, por ello es la autoridad política. El Pueblo Soberano se expresa en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

 

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lunes, 19 de septiembre de 2022

Sentimientos de la Nación

 


Sentimientos de la Nación

23 puntos dados por José María Morelos para la Constitución

14 de septiembre de 1813 Chilpancingo

 

El 13 de septiembre de 1813, el generalísimo José María Morelos y Pavón, encabezó un hecho fundador de la nacionalidad y de las instituciones públicas mexicanas; instaló en la Catedral de Santa María de la Asunción, de la ciudad de Chilpancingo (hoy de los Bravo, Guerrero), el Primer Congreso de Anáhuac, dictándose las bases del Constitucionalismo Mexicano, en un documento que se denominó “Los Sentimientos de la Nación”.

El Primer Congreso de Anáhuac se integró por seis Diputados que fueron: Ignacio López Rayón por la provincia de Nueva Galicia; José Sixto Verduzco por la provincia de Michoacán; José María Liceaga por la provincia de Guanajuato; Andrés Quintana Roo por la provincia de Puebla; Carlos María Bustamante por la provincia de México; José María Cos por la provincia de Veracruz; Cornelio Ortíz Zárate por la provincia de Tlaxcala y como Secretario Carlos Enríquez del Castillo. A este grupo se integraron Don José María Murguía por la provincia de Oaxaca y José Manuel Herrera por la provincia de Tecpan, quienes por primera ocasión en la Nueva Nación establecieron la radicación de la Soberanía Popular.

En “Los Sentimientos de la Nación”, se establecieron principios en torno a los cuales han girado los avances de la Nación Mexicana en su lucha por implantar un Gobierno de Leyes.

A la luz de un velón de sebo, Morelos redacta las bases de la Constitución nacional. Propone una América libre, independiente y católica; sustituye los tributos de los indios por el impuesto a la renta y aumenta el jornal del pobre; confisca los bienes del enemigo; establece la libertad de comercio, pero con barreras aduaneras; suprime la esclavitud y la tortura y liquida el régimen de castas, que funda las diferencias sociales en el color de la piel, de modo que sólo distinguirán a un americano de otro, el vicio y la virtud.

A continuación reproducimos los “Sentimientos de la Nación”, los 23 puntos dados por José María Morelos para la Constitución el 14 de septiembre de 1813

1) Que la América es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía, y que así se sancione dando al mundo las razones.

2) Que la religión católica sea la única sin tolerancia de otra.

3) Que todos sus ministros se sustenten de todos y solos los diezmos y primicias, y el pueblo no tenga que pagar mas obvenciones que las de su devoción y ofrenda.

4) Que el dogma sea sostenido por la jerarquía de la Iglesia, que son el papa, los obispos y los curas, por que se debe arrancar toda planta que Dios no plantó: Omnis plantatio quam non plantavit Pater meus celestis erradicabitur [Todo lo que Dios no plantó se debe arrancar de raíz]. Mateo Capítulo XV.

5) Que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo, el que sólo quiere depositarla en el Supremo Congreso Nacional Americano, compuesto de representantes de las provincias en igualdad de números.

6) (En el original de donde se tomó esta copia no existe el artículo de este número.)

7) Que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial estén divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos.

8) Que funcionarán cuatro años los vocales, turnándose, saliendo los mas antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos.

9) La dotación de los vocales, será una congrua suficiente y no superflua, y no pasará por ahora de ocho mil pesos.

10) Que los empleos sólo los Americanos los obtengan.

11) Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir y libres de toda sospecha.

Que los estados mudan costumbres y, por consiguiente, la patria no será del todo libre y nuestra mientras no se reforme el Gobierno, abatiendo el tiránico, sustituyendo el liberal, e igualmente echando fuera de nuestro suelo al enemigo Español, que tanto se ha declarado contra nuestra patria.

12) Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto.

13) Que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados, y que éstos sólo sean en cuanto al uso de su ministerio.

14) Que para dictar una ley se haga junta de sabios en el número posible, para que proceda con más acierto y exonere de algunos cargos que pudieran resultarles.

15) Que la esclavitud se proscriba para siempre y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud.

16) Que nuestros puertos se franqueen á las naciones extranjeras amigas, pero que éstas no se internen al reino por mas amigas que sean, y sólo habrá puertos señalados para el efecto, prohibiendo el desembarque en todos los demás, señalando el diez por ciento.

17) Que a cada uno se le guarden las propiedades y respete en su casa como en un asilo sagrado señalando penas á los infractores.

18) Que en la nueva legislación no se admita la tortura.

 

19) Que en la misma se establezca por ley constitucional la celebración del día 12 de diciembre de todos los pueblos, dedicando a la patrona de nuestra libertad, María santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos la devoción mensal.

20) Que las tropas extranjeras o de otro reino no pisen nuestro suelo, y si fuere en ayuda, no estarán donde la Suprema Junta.

21) Que no hagan expediciones fuera de los límites del reino, especialmente ultramarinas; pero que no son de esta clase propagar la fe a nuestros hermanos de Tierra-dentro.

22) Que se quite la infinidad de tributos, pechos e imposiciones que mas agobian y se señale a cada individuo un cinco por ciento de semillas y demás efectos o otra carga igual, ligera que no oprima tanto, como la alcabala, el estanco, el tributo y otros; pues con esta ligera contribución y la buena administración de los bienes confiscados al enemigo, podrá llevarse el peso de la guerra y honorarios de empleados.

23) Que igualmente se solemnice el día 16 de septiembre todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se desplegaron los labios de la nación para reclamar sus derechos con espada en mano para ser oída, recordando siempre el mérito del grande héroe, el señor don Miguel Hidalgo y su compañero don Ignacio Allende.

 

Chilpancingo, 14 de septiembre de 1813

José María Morelos


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jueves, 15 de septiembre de 2022

Significado del Escudo Nacional

Significado del Escudo Nacional

José Antonio Robledo y Meza

 


El águila: representa al sol. Considerada como la dispensadora de la luz y la dadora de la vida, por ser la más majestuosa de las aves, cuyo vuelo es cercano al sol.

 

La serpiente se identifica con una doble función: creación y destrucción, lo venenoso y lo sano.

 

El nopal: planta sagrada, la tuna roja representa al corazón humano que se ofrece al sol (representado por el águila). El corazón humano contiene la sangre, que es lo único que mantiene vivo al sol.

 

El islote: está representado a través de su jeroglífico e indica la porción de tierra del lago de Texcoco donde estaba el nopal, en el que se posó el águila.

 

 

El agua: representada por su jeroglífico a través de gotas y caracoles, basado en los dibujos de los soles de agua. Representa al lago de Texcoco, también llamado el “Lago de la Luna”

 

Rama de encino: representa la fuerza, la fortaleza física y moral.

 

Rama de laurel: representa la victoria, el triunfo alcanzado.

 

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lunes, 12 de septiembre de 2022

Barreda y el 16 de septiembre de 1867

Barreda y el 16 de septiembre de 1867

José Antonio Robledo y Meza

 

La causa primera del actual Movimiento de Renovación Nacional es el movimiento encabezado por Miguel Hidalgo y asociado simbólicamente con la principal fecha de conmemoración ciudadana en México como lo es el Grito del 16 de septiembre de 1810. Sin embargo, el lazo más fuerte del mundo simbólico actual es la conmemoración realizada el día 16 de septiembre de 1867 en la ciudad de Guanajuato. En esa ocasión un personaje de primera importancia en nuestra historia, aunque un poco olvidado, y líder ideológico del juarismo pronuncio la famosísima “Oración cívica” que en su párrafo inicial construye el significado de la conmemoración que una vez más vamos a celebrar. Sus palabras adquieren un significado político muy relevante en los días que corren en este año de 2022.

Barreda dice en el primer párrafo lo siguiente: “En presencia de la crisis revolucionaria que sacude al país entero desde la memorable proclamación del 16 de septiembre de 1810; a la vista de la inmensa conflagración producida por una chispa, al parecer insignificante, lanzada por un anciano sexagenario en el oscuro pueblo de Dolores; al considerar que después de haberse conseguido el que parecía fin único de ese fuego de renovación que cundió por todas partes, quiero decir, la separación de México de la Metrópoli Española, el incendio ha consumido todavía dos generaciones enteras y aún humea después de cincuenta y siete años, un deber sagrado y apremiante surge para todo aquel que no vea en la historia un conjunto de hechos incoherentes y estrambóticos, propios sólo para preocupar a los novelistas y a los curiosos; una necesidad se hace sentir por todas partes, para todos aquellos que no quieren, que no pueden dejar la historia entregada al capricho de influencias providenciales, ni al azar de fortuitos accidentes, sino que trabajan por ver en ella una ciencia, más difícil sin duda, pero sujeta, como las demás, a las leyes que la dominan y que hacen posible la previsión de los hechos por venir, y la explicación de los que ya han pasado. Este deber y esta necesidad, es la de hallar el hilo que pueda servirnos de guía y permitirnos recorrer, sin peligro de extraviarnos, este intrincado dédalo de luchas y resistencias, de avances y de retrogradaciones, que se han sucedido sin tregua en este terrible pero fecundo periodo de nuestra vida nacional: es la de presentar esta serie de hechos, al parecer extraños y excepcionales, como un conjunto compacto y homogéneo, como el desarrollo necesario y fatal de un programa latente, si puedo expresarme así, que nadie había formulado con precisión pero que el buen sentido popular había sabido adivinar con su perspicacia y natural empirismo; es la de hacer ver que durante todo el tiempo en que parecía que navegábamos sin brújula y sin norte, el partido progresista, al través de mil escollos y de inmensas y obstinadas resistencias, ha caminado siempre en buen rumbo, hasta lograr después de la más dolorosa y la más fecunda de nuestras luchas, el grandioso resultado que hoy palpamos, admirados y sorprendidos casi de nuestra propia obra: es, en fin, la de sacar, conforme al consejo de Comte, las grandes lecciones sociales que deben ofrecer a todos esas dolorosas colisiones que la anarquía, que reina actualmente en los espíritus y en las ideas, provoca por todas partes, y que no puede cesar hasta que una doctrina verdaderamente universal reúna todas las inteligencias en una síntesis común.”

El valor simbólico del año de 1867

1867 es el año de la victoria de Benito Juárez sobre Maximiliano y Conservadores. Antes de que se cumpliera un mes de la victoria liberal, Juárez propuso que se extendiera a los clérigos el derecho de votar y que se hicieran distinciones de grado al castigar a quienes hubieran colaborado con los franceses o con Maximiliano. Sus propuestas fueron muy debatidas, pero finalmente se aprobó una amplia ley de amnistía el 10 de octubre de 1870. Se comienza a identificar al liberalismo con la nación misma. Se establece una tradición liberal oficial. El liberalismo dejó de ser una ideología en lucha contra: a) unas instituciones; b) un orden social; c) unos valores heredados. El liberalismo se convirtió en un mito político unificador. Se encontró con un ambiente intelectual nuevo, influido en parte por la filosofía positivista.

Con Juárez electo constitucionalmente, el 2 de diciembre de 1867 y en un ambiente de creciente antijuarismo por el proceso y resultado de las elecciones presidenciales, se expidió la Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal. Esta norma estableció todo un sistema de instituciones educativas dividido en dos niveles: la instrucción primaria y la instrucción secundaria. La escuela de estudios preparatorios se ubicó en el nivel secundario junto con otras escuelas e instituciones: instrucción secundaria para mujeres, estudios profesionales -en sus distintas modalidades: jurisprudencia, medicina, cirugía y farmacia, agricultura y veterinaria, ingenieros y naturalistas-, bellas artes, música y declamación, comercio, normal, artes y oficios, para la enseñanza de sordomudos, un observatorio astronómico, una academia nacional de ciencias y literatura, y un jardín botánico.

1867 es el inicio del vigente Estado mexicano: republicano, democrático y laico.

Estado republicano donde el presidente es el jefe de Estado.

Estado democrático. La forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes; 2) forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen conforme a mecanismos contractuales

Estado laico. El Estado pertenece a la sociedad civil, es independiente de cualquier organización o confesión religiosa.

 

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viernes, 9 de septiembre de 2022

La construcción de Hidalgo como padre de la patria. 1850-1856.

La construcción de Hidalgo como padre de la patria. 1850-1856.

José Antonio Robledo y Meza

 

Durante el periodo de 1850-1856 se intenta construir un sentido religioso a la conmemoración del 16 de septiembre y asociar a Hidalgo con figuras bíblicas y valores conservadores.

En 1850 José María del Castillo Velasco exaltaba ampliamente al movimiento insurgente y a su primer caudillo, Miguel Hidalgo, el cual comenzaría a surgir con sus características de padre de la patria, “un ministro de paz, anciano débil y sin recursos, sin más auxilios que los del cielo, al cual imploraba para que fueran libres sus hermanos”.(Oración cívica pronunciada en la Alameda de México el 16 de septiembre de 1850, aniversario del glorioso grito de Dolores, por el ciudadano licenciado José María del Castillo Velasco. México, Imprenta de Ignacio Cumplido. 21p.)

José Ignacio Esteva, repite la imagen de paternidad y de vejez se asocia frecuentemente con la de protector; Hidalgo lo es de los indios, idea fundamental en su concepción liberal. (“Discurso pronunciado en la plaza principal de la H. Veracruz, el día 16 de septiembre de 1850, aniversario de la Independencia nacional, por el ciudadano José Ignacio Esteva, comisionado al efecto por la junta patriótica”, en Colección de composiciones.)

Una constancia de la pluralidad existente se da en 1852 cuando Melchor Ocampo incluye en su discurso las siguientes palabras: ...subdividida la inteligencia casi en tantas opiniones como hay cabezas que piensan, la inteligencia, primer poder del hombre y de la sociedad, se halla como diluida... en tantos pareceres diversos: no hay por lo mismo opinión, no puede crearse un espíritu público, porque no hay una fe uniforme. (“Discurso pronunciado el 16 de septiembre de 1852” (dicho en Morelia), En Obras completas. Escritos políticos, t. II, prólogo de Ángel Pola. México, Ediciones El Caballito, 79-88.)

En 1853 el discurso de Gabriel Sagaseta, presenta la obra de Hidalgo en un movimiento de reacción contra las ideas y principio liberales que surgían en Europa. ...en el mundo viejo, a fines del último siglo todo se había conmovido; torrentes de sangre inundaron Europa, se destruyeron las leyes, en que desde siglos antes estaban asentados los gobiernos... Los sucesos del extranjero y los de la metrópoli inspiraron a los buenos mexicanos la noble idea de poner a México a cubierto de los rudos golpes con que la guerra consternaba a España. (Discurso pronunciado en la festividad nacional de la capital de la república, el 16 de septiembre de 1853, por el Lic. don Gabriel Sagaseta, ministro honorario de la Suprema Corte de Justicia y rector del ilustre y nacional Colegio de Abogados de México. México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 12p.)

En este mismo año en la ciudad de México Santa Anna decreta el 17 de septiembre se adornen puertas y ventanas los días de fiestas nacionales y se declara caballeros grandes cruces de la orden de Guadalupe a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y José María Morelos y el decreto del 25 del mismo mes a Ignacio López Rayón y Mariano Matamoros.

En el año de 1855 Guillermo Prieto dice en su discurso: El cristianismo era y es todo un símbolo de libertad; el Evangelio, la revolución terrible contra todos los privilegios, contra la maquinación sacrílega de vivir los pocos a expensas de los muchos, de convertir en estancos el poder, la conciencia, la fuerza, el pensamiento, para desheredar, corromper, debilitar y embrutecer al pueblo.

... Mientras esa idea del evangelio se conservó pura, el cristianismo todo lo conquistó cambiando la faz del mundo; pero ya no fue lo mismo cuando los sucesos de los hombres de la fe quisieron desvirtuar esa idea sublime, haciéndola servir al apoyo de intereses menguados, porque desde ese día se hizo estéril, y el libro del pueblo se convirtió en el código de los privilegiados. No señores, los hombres que han hecho esto, no son los que conservan pura, ni la fe de Cristo, ni la tradición de sus discípulos, y es preciso que llegue el día en que el pueblo apoyado en el Evangelio, reconquiste los derechos que éste le auguró poniendo en todo su vigor su espíritu democrático. (Oración cívica pronunciada por el ciudadano..., en la Alameda de México el día 16 de septiembre de 1855, aniversario del glorioso grito de Independencia dado por el cura de Dolores en 1810. México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 14p.)

Prieto compara a Hidalgo con Moisés, por su vejez, su fortaleza física e intelectual, y por sus aptitudes para el liderazgo. Prieto señala que la revolución de Hidalgo fue la revolución por excelencia, la revolución democrática sin liga impura, ni contemporizaciones traidoras...

En 1856 Ignacio Comonfort imprime nuevas características a la fiesta. El festejo incluye una gran verbena popular, con programas patrióticos en los teatros, cañonazos y repiques generales y con un banquete organizado en la calzada de La Piedad, en donde el presidente repartió ramos de flores y onzas de oro. Comonfort decreta que el callejón de Dolores se abra hasta salir y comunicar con la calle de San Juan de Letrán, la cual deberá denominarse “Calle de la Independencia”.

Miguel Buenrostro en su Oración, señala que “El evangelio es democrático y el cristianismo republicano, porque ambos proclaman la igualdad.” (Oración patriótica pronunciada en la Alameda de México por el licenciado Miguel Buenrostro el 16 de septiembre de 1856, aniversario de la Independencia nacional. México, Imprenta de José A. Godoy, 14p.)

 

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miércoles, 7 de septiembre de 2022

La presencia de Santa Anna en el Grito… suspensión y reanudación de la ceremonia. 1842-1853

La presencia de Santa Anna en el Grito… suspensión y reanudación de la ceremonia. 1842-1853

José Antonio Robledo y Meza

 

El 10 de septiembre de 1842 Santa Anna emite un decreto para celebrar el grito y designa a los asistentes un lugar en la catedral. En la noche, a pesar de la lluvia, una gran cantidad de ciudadanos y la junta cívica de festejos concurrieron a la universidad, la cual se vistió de gala. La ceremonia inició con una oración y composición poética, y al término la concurrencia vitoreó entusiasmada la lucha por la Independencia. Se repartieron 27 premios a quienes participaron en la lucha. A las 11 de la noche, se dio una salva de 21 cañonazos en la plaza y se escucharon repiques en todas los templos y cohetes provocando gran algarabía. Dos días después Antonio López de Santa Anna conmemoró el Grito de Dolores con una fiesta en la Alameda Central que tuvo la participación de la mayoría del pueblo, donde se honró la memoria de Hidalgo e Iturbide. Terminada la ceremonia cívica, se realizó en el cementerio de Santa Paula el sepelio del pie que Santa Anna había perdido durante el conflicto con Francia, en Veracruz. Ese mismo día Manuel Zetina y Abad pronuncia su Oración cívica donde exhorta la conciliación de los extremos se sitúe en un medio justo y conveniente (Oración cívica que en la solemnidad del aniversario del 16 de septiembre de 1810, pronunció en la capital de Puebla el ciudadano... Puebla, Imprenta de Juan Nepomuceno del Valle, 16p.)

Una descripción completa de la celebración la encontramos en la reseña de 1843. A las 9 de la mañana se dieron repiques de campanas y salvas; en Catedral se dio una solemne misa de acción de gracias a la que asistió la Junta Patriótica, el Ayuntamiento, la Asamblea Departamental y el gobernador y comandante general. Posteriormente se dirigieron a Palacio para la ceremonia de colocación de la primera piedra de la gran columna que conmemora la Independencia, por el ministro de Relaciones, el de Justicia, el de Hacienda y el oficial mayor de Guerra. La ceremonia terminó con el discurso del ministro José María Bocanegra y salva de 21 cañonazos. Más tarde a modo de paseo, las autoridades y el pueblo se trasladaron a la Alameda, acompañados por carros alegóricos, niños y niñas de las escuelas lancasterianas de México, contingentes de colegios, la junta patriótica, el Tribunal Superior del Departamento y demás autoridades. El desfile fue encabezado por el gobernador y comandante general. Se escuchó un discurso alusivo de Mariano Otero; a continuación, se vitorearon a los héroes de la Independencia y se encendieron juegos pirotécnicos. Esta ceremonia finalizó con una gran fiesta. En el discurso pronunciado por Mariano Otero se queja: La generación de la gloria va desapareciendo ante la generación del dolor y del infortunio. (“Discurso pronunciado en la solemnidad del 16 de septiembre de 1843 en la ciudad de México”, en Obras, t. II, 463-475.)

Las quejas suben de tono en 1845 Manuel Doblado describe: (Somos) hijos degenerados de una raza de héroes... Esclavos degradados hemos pasado por todas las humillaciones que la tiranía doméstica reserva a los cobardes... nos hemos dejado arrebatar nuestras leyes, nuestros tesoros, nuestra población. ... No, señores, sobrado tiempo se ha mentido a los mexicanos para que hoy se les nieguen las palabras de verdad. Engañados... burlados siempre en su confianza... han llegado a dudar de todo, y exasperados se han echado más de una vez en brazos de los ambiciosos sin fortuna..., ¿y qué revolución por justificada que sea, podrá en lo sucesivo inspirar simpatías? La gloriosa resurrección del seis de diciembre (Plan de Guadalajara) que se anunció bajo auspicios tan felices, ha burlado también todas las esperanzas que hizo concebir. (Discurso que pronunció el C. Licenciado Manuel Doblado en el palacio de la E. Asamblea del Departamento de Guanajuato el 16 de septiembre de 1845. (Guanajuato), Imprenta de Oñate, 8p.)

En 1846 los estadunidenses entran a la ciudad de México el 14 de septiembre, ocupan el Zócalo e izan su bandera. No hubo festejos en la ciudad de México.

En 1847 se reanudan los festejos en el Zócalo de la ciudad de México con gritos, arengas, piedras, ladrillos y hasta muebles frente a los yanquis invasores.

En 1850 José María del Castillo Velasco “Exaltaba ampliamente al movimiento insurgente y a su primer caudillo, Miguel Hidalgo, el cual comenzaría a surgir con sus características de padre de la patria, “un ministro de paz, anciano débil y sin recursos, sin más auxilios que los del cielo, al cual imploraba para que fueran libres sus hermanos”. (Oración cívica pronunciada en la Alameda de México el 16 de septiembre de 1850, aniversario del glorioso grito de Dolores, por el ciudadano licenciado José María del Castillo Velasco México, Imprenta de Ignacio Cumplido. 21p.)

José Ignacio Esteva, repite la imagen de paternidad y de vejez se asocia frecuentemente con la de protector; Hidalgo lo es de los indios, idea fundamental en su concepción liberal. Según Castillo, no fue ninguna casualidad que recurriese a los indios para llevar a cabo su “heroica empresa”, pues ellos eran “descendientes de los antiguos y legítimos dueños del país” Como padre del indio, Hidalgo ofrece una imagen sugestiva; el anciano venerable y sabio que intentó otorgar la regeneración a una raza oprimida. (“Discurso pronunciado en la plaza principal de la H. Veracruz, el día 16 de septiembre de 1850, aniversario de la Independencia nacional, por el ciudadano..., comisionado al efecto por la junta patriótica”, en Colección de composiciones.)

Un reconocimiento a la pluralidad se da en 1852 cuando Melchor Ocampo incluye en su discurso las siguientes palabras: ...subdividida la inteligencia casi en tantas opiniones como hay cabezas que piensan, la inteligencia, primer poder del hombre y de la sociedad, se halla como diluida... en tantos pareceres diversos: no hay por lo mismo opinión, no puede crearse un espíritu público, porque no hay una fe uniforme. (“Discurso pronunciado el 16 de septiembre de 1852” (dicho en Morelia), En Obras completas. Escritos políticos, t. II, prólogo de Ángel Pola. México, Ediciones El Caballito, 79-88.)

En 1853 el discurso de Gabriel Sagaseta, presenta la obra de Hidalgo en un movimiento de reacción contra las ideas y principio liberales que surgían en Europa... en el mundo viejo, a fines del último siglo todo se había conmovido; torrentes de sangre inundaron Europa, se destruyeron las leyes, en que desde siglos antes estaban asentados los gobiernos... Los sucesos del extranjero y los de la metrópoli inspiraron a los buenos mexicanos la noble idea de poner a México a cubierto de los rudos golpes con que la guerra consternaba a España. (Discurso pronunciado en la festividad nacional de la capital de la república, el 16 de septiembre de 1853, por el Lic. Don Gabriel Sagaseta ministro honorario de la Suprema Corte de Justicia y rector del ilustre y nacional Colegio de Abogados de México. México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 12p.)

En la ciudad de México Santa Anna decreta el 17 de septiembre se adornen puertas y ventanas los días de fiestas nacionales y se declara caballeros grandes cruces de la orden de Guadalupe a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y José María Morelos y el decreto del 25 del mismo mes a Ignacio López Rayón y Mariano Matamoros.

En 1854 bajo el gobierno de Santa Anna el 15 de septiembre se estrena el Himno Nacional con la presencia de Francisco González Bocanegra el autor de la letra, quien fue uno de los oradores de la función. El texto original dedica varias estrofas a Iturbide y ninguna a los héroes insurgentes. Se canta por primera vez en el gran teatro de Santa Anna de la ciudad de México, interpretado por la soprano Enriqueta Sontag. A partir de este año se integra oficialmente el Himno Nacional a las fiestas patrias.

 

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lunes, 5 de septiembre de 2022

Las visiones liberal y conservadora sobre el 16 de septiembre en el año de 1840

Las visiones liberal y conservadora sobre el 16 de septiembre en el año de 1840

José Antonio Robledo y Meza

 

En 1837 se inauguran las fiestas del 27 de septiembre, que conmemora la entrada del ejército Trigarante a la ciudad de México. Esta festividad abarca la República centralista, su caída y los intentos por definir el rumbo del país hasta que llega la última dictadura de Santa Anna. En el periodo 1837-1854 surge la visión integral del movimiento de independencia, que concibe los movimientos de Hidalgo e Iturbide como parte de un mismo proceso de búsqueda de la independencia nacional. En los discursos de este periodo son frecuentes las palabras de orden, armonía, unión, y otras similares para calificar el movimiento iturbidista”.

En 1840 la lectura de la Oración en Puebla recayó en Félix Beístegui y Azcué, en ella asentaba que los preceptos de 1824 eran impracticables en México, en donde el pueblo estaba acostumbrado al yugo y unas clases poderosas no permitirían que sus privilegios terminaran: “(dicha) constitución (estaba) mal avenida a nuestras costumbres porque suponía virtudes republicanas que no conocimos y desterraba vicios con nosotros nacidos. Una constitución donde las corporaciones notables veían la progresiva ruina de sus intereses... hubo de ser simiente fructuosísima de desavenencias internas y levantamientos.” (Oración que pronunció en Puebla el 16 de septiembre de 1840, el ciudadano Félix Beístegui y Azcué. México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 18p.)

Al mismo tiempo en Oaxaca Benito Juárez se refería así de la gesta de 1810: “¡Oh Sol de 16 de Septiembre de 1810! Tú, que en sesenta lustros había alumbrado nuestra ignominiosa servidumbre, esclareces ya nuestra dignidad, y tus lucientes rayos surcan ya la frente de un republicano, que ha jurado vengar nuestra afrenta.” (Discurso que el ciudadano Benito Juárez pronunció el día 16 de septiembre de 1840, en el aniversario del glorioso grito de independencia, dado en el pueblo de Dolores. Oaxaca, impreso de Ignacio Rincón, 14p.)

En ese año de 1840, causaba gran escándalo la propuesta que Gutiérrez de Estrada había hecho al presidente Anastasio Bustamante para instaurar un sistema monárquico en México. Esta situación influyó en la celebración hecha en la capital; el orador, José María Tornell, quien formaba parte del supremo poder conservador, definía que el mejor sistema para México era republicano, y que los problemas del país se debían no a ese sistema, sino a que no se seguían sus principios. (Discurso que pronunció el Excmo, señor general don José María Tornell individuo del Supremo Poder Conservador, en la Alameda de la ciudad de México en el día del solemne aniversario de la Independencia (dicho el 16 de septiembre de 1840). México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 16p.)

Juárez en 1840 planteaba la necesidad de desterrar de una vez las estructuras coloniales: “Para que la obra de la independencia que nos dejó encomendada el héroe de Dolores reciba su más perfecta consolidación, necesitaremos... desechar de nuestro sistema político las máximas antisociales, con que España nos gobernó y educó por tantos años... No es mi intento renovar heridas, que deben cicatrizarse con el bálsamo saludable de un patriotismo ilustrado. Hablo de España conquistadora, y no de España amiga de la justicia. Sólo recuerdo sus pasados extravíos para deducir de ellos consecuencias saludables a mi patria... En este discurso Juárez desarrollaba los temas principales de la leyenda negra al referirse a la colonia; condenaba la preponderancia del fanatismo, y en cambio promovía una “obediencia ciega al imperio de las ciencias y de la ilustración”. En el mismo sentido, reprobaba la cerrazón de una sociedad estamental al comercio y a la inmigración extranjera y en la cual, por este mismo hermetismo, se daban inevitables odios entre las clases. Más adelante se refería a los vicios que estos males heredados provocaron en la nueva nación, tales como “...la estúpida pobreza en que yacen los indios nuestros hermanos. Las pesadas contribuciones que gravitan sobre ellos todavía. El abandono lamentable a que se halla reducida su educación primaria. Por otra parte, la intolerancia política por la que se persigue y se aborrece al hombre, porque haciendo uso de su razón, piensa esto o de otro modo. El menosprecio de las artes y de las ciencias. El aborrecimiento al trabajo, y el amor a los vicios y a la holgazanería. El deseo de vivir de los desatinos públicos y a costa de los sudores del pueblo... Todos estos defectos son todavía las reliquias del gobierno colonial... son los verdaderos obstáculos de nuestra felicidad, y son los gérmenes positivos de nuestras disensiones intestinas..”. Juárez compara a Hidalgo con Moisés, no solamente por su vejez, sino también por su fortaleza física e intelectual, y por sus aptitudes para el liderazgo.

De esta manera Juárez se distanciaba de lo dicho por José María Tornell y Mendívil quien decía de la joven República mexicana: “...comenzó a existir el 16 de septiembre de 1810... (y) mutilada y enfermiza vive todavía; pero su vida es un suplicio, porque se le esconde hasta la esperanza de felicidad. Aquí recuerdo treinta años de padecimientos continuos, treinta años en que hemos navegado por un mar de lágrimas y sangre, sin acercarnos jamás al puerto. (Discurso que pronunció el Excmo, señor general don José María Tornell y Mendívil. individuo del Supremo Poder Conservador, en la Alameda de la ciudad de México en el día del solemne aniversario de la Independencia (dicho el 16 de septiembre de 1840). México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 16p.)

Como puede verse, ya en 1840 estaba claro que la lucha era por un proyecto de nación. La alternativa en cuanto al régimen a construir era o la República o la Monarquía.

 

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