domingo, 21 de agosto de 2022

¿Qué celebramos en esta ocasión?

¿Qué celebramos en esta ocasión?

José Antonio Robledo y Meza

 

Elena Delfina Garro Navarro (Puebla, 11 de diciembre de 1916-Cuernavaca, 22 de agosto de 1998).

24 años de su muerte-106 años de su natalicio.

¿Qué celebramos en esta ocasión? ¿106 años del nacimiento de Elena Garro?, ¿82 años de vida de Elena Garro?, ¿el que Elena Garro haya vivido?, ¿los 24 años de la muerte de Elena Garro? Se dice que murió en Cuernavaca, Morelos el 22 de agosto de 1998. ¿Qué significa la muerte de Elena? ¿Qué significa la muerte..? En perspectiva cosmológica la muerte de cualquiera de nosotros no tiene mayor trascendencia objetiva. ¿Cuál es la diferencia entre la muerte de Juan Pérez y la muerte de firulais, su mascota? Ninguna. Con su muerte se reafirma el fenómeno natural que todo lo que vive, muere. Tanto Juan como firulais al morir logran la regeneración genética y la supervivencia de su especie.

Nuevamente pregunto ¿qué celebramos en esta ocasión? Si Elena nació en Puebla un 11 de diciembre de 1916 fue para confirmar que nació para morir. Como cualquiera de nosotros nació para morir. La muerte de Elena como la de cada uno de nosotros es simplemente una vulgaridad: todos los que nacen se mueren. Nadie escapa. Mueren los juanes y mueren los firulais. Elena también murió.

Nuevamente pregunto ¿qué celebramos en esta ocasión? Y respondo: celebramos que Elena haya vivido y se haya ocupado de reiterarnos de que la muerte hace dichosa la condición mortal de nuestra vida al eliminar el ansia de inmortalidad.

Elena nos dice rápidamente en su novela Testimonios sobre Mariana: “La vida está hecha de pedazos absurdos de tiempo y de objetos impares”. Un poco más adelante escribe “Los barcos me dan la impresión de no ir a ninguna parte, lo cual si pudiera realizarse sería la solución para mi vida. Aunque cualquier solución sería igualmente absurda.

En las primeras dos páginas de su novela Elena aparece el concepto que hace alusión a lo inútil, a lo inadecuado, a lo irrazonable, a lo insensato y a lo estúpido de la vida y su solución… La vida está hecha de pedazos absurdos de tiempo que tiene el sentido de ir a ninguna parte. De esta manera aparece la disonancia “el sentido de la vida es que no tiene sentido”. Ya lo afirma José Alfredo “No vale nada la vida / la vida no vale nada / comienza siempre llorando / y así llorando se acaba / por eso es que en este mundo / la vida no vale nada.”

Muchos afirman que lo absurdo es lo inconcebible, lo que el espíritu no puede pensar por ser contradictorio. Mariana-Elena nos dice que la vida y su sentido son absurdos. Y esto que afirma ¿no nos hace pensar? Por supuesto que sí. Y ¿por qué? Porque es precisamente de lo contradictorio que es posible formular preguntas, formular problemas. Y sólo con problemas es que se puede pensar. Las soluciones son parte del no pensar ya que nos hacen olvidar las preguntas, los problemas. La comodidad de no pensar y repetir soluciones para problemas inexistentes es parte de la cultura del inicio del siglo XXI. Y de esto sabemos mucho ya que en la vida nada está resuelto. Los que yacen con los problemas resueltos no viven simplemente están; están para no pensar.

Es en la obra de Elena que he encontrado una infinita serie de preguntas y es, por ello, que la obra de Elena es una fuente inagotable para pensar. Y pienso cuan distintos somos –los mexicanos- a otros humanes cuando tratamos el tema de la muerte. La muerte no es solo una vulgaridad sino una razón para vivir. La muerte (¿la no vida?) es –está- con nosotros de múltiples maneras pero siempre de manera festiva: está presente en nuestra gastronomía, en nuestra música, en nuestra plástica, en nuestra filosofía… La muerte de los otros nos convoca a la fiesta. Recordemos la canción de “Cerró sus ojitos Cleto” de Chava Flores. El sentido de nuestra muerte es hacer feliz a los vivos. Así que celebremos a Elena Garro por la posibilidad de que con su vida y muerte nos da oportunidad de meditar sobre nuestra vida.

La obra Testimonios de Mariana nos permite sentir las experiencias de Elena, sentir las experiencias de un pasado que se confirman en el futuro: nuestro presente. Al dar fe de lo que ha vivido o presenciado nos ayuda a comprender lo que nos pasa y brindar los testimonios de la violencia que vivimos hoy en día y donde Iguala se muestra como parte de esas vivencias.

Testimonios de Mariana es una novela que da cuenta de una realidad en forma de ficción. Una interpretación de la realidad que requiere de nuestras reinterpretaciones para hacer más “comprensible” nuestra “vida hecha de pedazos absurdos de tiempo y de objetos impares”.

Recordemos a Elena en el retrato de Mariana que se ha trasformado “en una substancia sin rasgos”; recordémosla “como una sensación de frescura.” Recordémosla como ella quiso: como un “recuerdo del bosque verde y oloroso.” Un bosque con árboles, algunos de los cuales nos ofrecen frutos para pensar. Así sea.

 

robledomeza@yahoo.com.mx

WA: 2223703233

 

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