El “Foro Retos de la Educación Superior en México”¿Un encuentro acartonado de temas desarticulados?
José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP.
wa: 2223703233
El próximo martes 25 de agosto de 2020 se llevará a cabo la segunda sesión del “Foro Retos de la Educación Superior en México”. Esta sesión está convocada con el nombre de “La Autonomía universitaria en el nuevo modelo de educación superior”. La conferencia magistral la dictará el Dr. Luciano Concheiro Bórquez Subsecretario de Educación Superior.
Si un modelo es un sistema en que se cumple lo que dice la teoría, si un modelo es un sector de la realidad que funciona de acuerdo a una teoría, entonces en México no existe un modelo de educación superior porque no existe una teoría que lo fundamente. ¿Podemos llamar sistema de educación superior a lo que actualmente existe?
A pesar de no existir actualmente un modelo de educación superior, ni propuesta alguna para construirlo, si podemos, en abstracto, preguntarnos por el significado del concepto de autonomía universitaria en el caso de que existiere un sistema universitario. La discusión en torno a la autonomía universitaria debe partir de la pregunta de qué es la autonomía universitaria y cuáles son los alcances o el ámbito de su autoridad y el tipo de relación que guarda con otras autoridades.
Podemos distinguir tres tipos de autoridades: la política, la epistemológica y la religiosa.
¿De dónde le viene a cada una de ellas su autoridad?
La autoridad política tiene como fuente la soberanía popular, el Pueblo; la autoridad epistemológica tiene como fuente la verdad y el principio de racionalidad-crítica; la autoridad religiosa tiene como fuente la verdad revelada.
Cada una de ellas se apoya en teorías distintas. La autoridad política está justificada por las teorías de la soberanía popular; la autoridad epistemológica en el conjunto de teorías científicas; la autoridad religiosa en teorías teológicas.
Las tres parten de distintos tipos de Fe, entendida ésta, como la aceptación de una proposición que no se discute. Trabaja la fe como lo que no se discute porque, en última instancia, la fe consiste en aceptar una proposición. En las tres esferas el reconocimiento de una proposición es un acto humano, es un acto de creencia. En la política la proposición es: la autoridad emana del Pueblo. En la epistemológica la proposición es: la autoridad emana de la racionalidad crítica. En la religiosa la proposición es: la autoridad emana de Dios.
Siendo principios indiscutibles -como Fe- todas ellas son resultado de discusiones históricas, en los campos de la filosofía, la teología, el derecho, las ciencias en general. Todas ellas son resultado sintético del pensar crítico de la humanidad. Todas ellas cuentan con el apoyo de libros, autores, lectores, creyentes e instituciones que las promueven y administran, esto es, pueden ser estudiadas como sistemas de creencias y conductas.
Cuando se habla de la autonomía de la universidad, el concepto de autonomía no debe entenderse en sentido absoluto, sino más bien relativo y esto porque la universidad es diferente a otras instituciones.
Afirmar que la universidad es diferente equivale a poner una condición necesaria, no una condición suficiente (de la autonomía). A pesar de ello, toda la continuidad del discurso queda estrechamente condicionada por este punto de partida. ¿Diferente de qué? ¿De qué modo? ¿Hasta qué punto? Se diferencia de la moral y de la religión. Es ésta una primera y nítida separación y diferenciación. La moralidad y la religión son, ciertamente, ingredientes fundamentales de la cultura y la política; pero a título de instrumentos. ¿La universidad es también ingrediente fundamental de la cultura a título de instrumento?
Responder a esta interrogante requiere una justificación teórica. Es necesario construir una teoría sobre la universidad y quienes deben hacerlo son los propios universitarios. La teoría sobre la universidad no se debe limitar a señalar la diferencia entre la universidad, la política y la moral; es necesario partir de una vigorosa afirmación de su autonomía: la universidad debe tener sus leyes, leyes que el universitario "debe" aplicar cotidianamente. La teoría universitaria debe constituirse no con la deducción sino con lo que llamó Pierce la abducción. Observando el “mundo real” y explicarse con lo que ocurre en el mundo de la economía, la política y la cultura.
La identidad de la universidad es el cambio permanente como cambian las ciencias que explican los fenómenos económicos, políticos y culturales y contando con un instrumento como la Internet. La teoría de la universidad no debe construirse solo con valores sino, con los resultados de la investigación y la investigación científica y con la forma de hacerlo: con los métodos filosóficos y el método científico. La teoría debe construirse a dos voces; una la ciencia y otra la filosofía.
La autonomía de la universidad con respecto al Estado (política) presupone otras diferencias: la de la esfera económica y cultural.
La autonomía universitaria va unida a la democratización de la política y encuentra en esta referencia tanto su fuerza como su límite. Su fuerza porque la verticalidad democrática se caracteriza por un desenvolvimiento ascendente, de tal modo que los sistemas de democracia política resultan sistemas que típicamente reflejan y reciben las demandas que salen de abajo. Su límite, porque este hilo explicativo se rompe en el caso de los sistemas de naturaleza dictatorial, precisamente porque se caracterizan por una verticalidad descendente, por el predominio de órdenes que descienden.
En estos momentos puede apreciarse que la polémica sobre la identidad y también sobre la autonomía de la universidad no puede ser más abierta. Un hecho es indudable: la ubicuidad y por lo tanto la difusión de la universidad en el mundo contemporáneo.
Este hecho puede ser interpretado de distintas maneras. Puede respaldar la tesis que reduce la universidad a otra cosa, subordinándola de distintas maneras al sistema social y a las fuerzas económicas o políticas; es la tesis de la heteronomía, pero también, en su forma extrema, de la negación de la universidad. O bien puede valorar la tesis opuesta, la que observa que el mundo jamás ha estado tan "politizado" como hoy.
En medio de estas dos tesis opuestas, se sitúan las incertidumbres de identificabilidad, la dificultad de ubicar la universidad. A esta dificultad se puede vincular una tercera tesis; la que ve en la dilución, y por lo tanto en la pérdida de fuerza de la universidad, un eclipse de la universidad (pero no su heteronomía).
Tres tesis, entonces: 1) heteronomía, o abiertamente extinción; 2) autonomía, predominio o, más categóricamente triunfo; 3) dilución, pérdida de fuerza, y en este sentido eclipse. Tres tesis que aluden de diferente manera a la ubicuidad de la universidad, y que reflejan una distinta colocación de la universidad, y por lo tanto un modo diverso de percibirla, identificarla y definirla.
Dicho lo anterior entonces ¿la universidad está subordinada en que aspectos en relación a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial?
Considerando todo lo anterior derivo la siguiente
Propuesta:
En las circunstancias actuales la BUAP debiera promover la discusión de la Autonomía universitaria en un nuevo modelo de educación superior, que tome en cuenta, que la educación superior es un subsistema del sistema escolar, que el sistema escolar es parte del sistema social llamado mexicano, y a éste último como parte de un sistema llamado humanidad y ésta como parte del Universo.
¿Cómo hacerlo?
Construyendo un sistema de educación superior que se articule en el sistema educativo como tal. Qué paulatinamente se vaya constituyendo en una indiscutible autoridad epistemológica para que junto a otras autoridades iniciar el camino hacia una nueva Sociedad-Tierra.
La BUAP tiene la oportunidad de no solo sumarse a impulsar un cambio más en esta época, sino iniciar el camino de un cambio de época construyendo las teorías pertinentes que den fundamento a la universidad pública mexicana.
Preguntas:
1) ¿Por qué llamar sistema al actual agregado de universidades públicas?
2) ¿Cómo derivar de este agregado un “nuevo modelo de educación superior”?
3) ¿En el contexto jurídico actual (artículo 3 de la ley reglamentaria del artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos) la autonomía universitaria puede ir más allá de la definición de los planes y programas de estudio de cada universidad?
4) Si el artículo 3 de la ley reglamentaria del artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la constitución define como autoridades educativas a
“II. Autoridad Educativa Federal o Secretaría: a la Secretaría de Educación Pública de la Administración Pública Federal;
III. Autoridad educativa de los Estados y de la Ciudad de México: al ejecutivo de cada una de estas entidades federativas, así como a las instancias que, en su caso, se establezcan para el ejercicio de la función social educativa”. Frente a lo anterior, ¿las universidades de qué manera están subordinadas a estas autoridades?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario