miércoles, 16 de julio de 2025

El miedo y sus usos políticos

El miedo y sus usos políticos

La cosa de que tengo más miedo es el miedo, porque supera en poder a todo lo demás.” Montaigne


Etólogos como Charles Darwin (1809-1882) y Eibl-Eifesfeldt (1928-2018) han subrayado el carácter adaptativo del miedo e insistido en lo ventajoso (en términos de supervivencia) de miedos tales como a la noche y la oscuridad, a la separación (generalmente de la madre) o al extraño.

Durante los últimos años algunos actores políticos han intentado usar el miedo para protegernos de quienes intentan acabar con la libertad y la democracia en México. Sus acciones han resultado contraproducentes desde el relativo éxito de su campaña “AMLO un peligro para México”; se alejan cada día más de su objetivo de retornar al poder político. Para frustrar este propósito fue necesario la desarticulación del miedo y sustituirlo por la alegría de marchar construyendo un proyecto de nación. 

Si el miedo es un estado afectivo o de ánimo intenso, caracterizado por la angustia, la ansiedad y la inseguridad ante un peligro o riesgo, real o imaginario, presente o futuro; si el miedo era provocado por la idea de una revolución, entonces habría que proporcionar una propuesta alternativa, que provocara un sentimiento positivo. Esta propuesta política recibió el nombre de Cuarta Trasformación la cual se presentó como un proceso tranquilo, sereno, seguro, dirigido hacia la construcción de una Nueva República. El miedo a una revolución (proceso de emoción intensa pero pasajera) se sustituyó por un sentimiento intenso y de larga duración: la Cuarta Trasformación. Integrado a este sentimiento la propuesta de “juntos hagamos historia” se configuró el modelo político conocido como “humanismo mexicano”. El miedo patológico a las revoluciones se convirtió en una emoción básica y primaria, ligada a la propia conservación y al intento de lograr un estado de seguridad. 

La propuesta política llamada como “Humanismo Mexicano” está vinculada al amor y, por lo tanto, que conduce no a la conservación del individuo, sino a la conservación de la especie. Esto ha provocado en pocos miembros de la sociedad otras emociones primarias como la cólera y la tristeza aunado al uso cotidiano de un lenguaje que, en efecto, resulta mucho menos sociable que el silencio.

En tanto que la cólera es una tendencia a la agresión y esta conducta la manifiestas quienes se oponen sin plan a la cuarta trasformación, quienes se comprometen en el proyecto de la cuarta trasformación hacen un compromiso con el amor.

El miedo patológico (del que neurosis de angustia y las fobias serían un buen ejemplo) hacia la cuarta trasformación provoca la reacción de temor que es desproporcionada a la causa que la provoca, e incluso no parece existir relación con ella. Que es miedo patológico y no adaptativo, puede comprobarse por el hecho de que quien es preso de este miedo ve alteradas su vida y su conducta cotidianas, así como la relación con los otros y con el propio ambiente, a lo que hay que añadir el profundo sufrimiento que le ocasiona.

Para contrarrestar el miedo -la angustia, la ansiedad y la inseguridad ante un peligro o riesgo, sea real o imaginario, sea presente o futuro- la fórmula es la alegría de vivir. Tal es la actitud de buena parte de la población en México que se ha comprometido a participar activamente en la trasformación del país. 


robledomeza@yahoo.com.mx

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