martes, 24 de diciembre de 2019

La flor de nochebuena y la navidad


La flor de nochebuena y la navidad

La Flor de Nochebuena, es originaria de Taxco, Guerrero donde existió un lugar llamado Cuelaxochitlán. Esta planta que florece de noviembre a enero, crece en zonas de clima templado y cálido. Su nombre original es
Cuatlaxochitl (en náhuatl “la flor de cuero” o la “flor que se marchita”) y en la época prehispánica era cultivada por los aztecas en los jardines de Nezahualcoyotl y Moctezuma, con fines religiosos, medicinales e industriales.
Esta flor era utilizada por los sacerdotes antes de iniciar alguna ceremonia, toda vez que ésta, significaba la pureza de la sangre sacrificada al astro rey para renovar su fuerza creadora, que haría que el universo entero siguiera su marcha. De igual manera, era el símbolo de la nueva vida, alcanzada por los guerreros muertos en la batalla, de quienes decían, regresaban a la tierra a libar la miel de esta flor.

El jugo lechoso de la Cuetlaxóchitl, para elaborar una medicina contra la fiebre, así como el extracto de sus brácteas, mezclado con oxtle o resina de pino, para teñir de rojo escarlata artículos de cuero, telas y cosméticos.

La inclusión de esta flor en la celebración navideña ocurrió durante el siglo XVII, cuando un grupo de monjes Franciscanos que había llegado al lugar las recolectó en los campos cercanos, en donde crecían de forma silvestre, para enmarcar una procesión conmemorativa de la Natividad, llamada Fiesta del Santo Pesebre, iniciando así una tradición en la localidad. Fue así como se le da el sincretismo religioso, que para la gente de esos lugares la Flor era símbolo de pureza. De igual forma, la planta era utilizada para aumentar la leche de las nodrizas.
Esta flor también es conocida como flor de fuego, flor de Santa Catarina, flor de Pascua, flor de Catalina y flor de bandera. En algunos países también se le conoce como: “Poinsettia” en memoria de Joel Robert Poinsett, embajador de Estados Unidos en México quien en 1823 durante su visita a la iglesia de Santa Prisca en Taxco, quedó maravillado con las Cuatlaxochitls que adornaban un nacimiento puesto por los franciscanos.
Poinsett envió algunas semillas a Charlentonvilee, Carolina del Sur para que adornasen su casa en Navidad. Al concluir su misión diplomática y regresar a su país le sorprendió que muchas familias adornaban sus casas con la Poinsettia o “ChistmasFlower”, a partir de entonces, esta flor mexicana se ha difundido en todo el mundo y es uno de los símbolos de la universales de la Navidad.

La planta que la produce es un arbusto que segrega un jugo lechoso de la familia de las euroforbiaceas que alcanza hasta seis metros de altura, sin embargo, lejos de lo que muchos pudieran creer, las hojas rojas no son la flor de la Nochebuena; las flores son las pequeñas bolitas amarillas que están al centro de la planta, por lo que cuando se adquiera, se debe poner especial atención en este detalle. Que traiga las flores, y no solamente hojas, ya que de esta forma durarán más tiempo vivas.
En algunos países de Centroamérica es conocida como Hoja Encendida. En Chile y Perú es nombrada Corona de los Andes y simplemente como Flor de Navidad en Venezuela. En tanto, en Argentina es conocida con el nombre de Estrella Federal, por haber sido el símbolo que utilizaron las fuerzas federalistas en el siglo diecinueve durante la batalla contra quienes pugnaban por la implantación del centralismo en ese país, además de que es la flor nacional de aquel país.

La Flor de Nochebuena, también es motivo de inspiración para la creación de grandes historias, ejemplo de ello es el libro de Joanne Oppenheim titulado La primera flor de Nochebuena. Un cuento mexicano sobre la Navidad, donde el autor retrata el ambiente festivo de la Navidad en un pueblecito mexicano. Este libro, fue inspirado a partir de los recuerdos del autor quien durante un tiempo vivió en Cuernavaca, concentrando la historia en labios de la madre de Juanita.
La pequeña Juanita vive en un pueblecito de las montañas de México, es la víspera de Nochebuena y está triste porque no tiene qué obsequiar a su familia ni al niño Jesús. En medio de sus carencias, pues su padre no tiene trabajo, sus generosos deseos serán recompensados con un milagro que compartirá desde esa noche con todo su pueblo y el mundo entero: la flor de Nochebuena.

Es así como a lo largo de todo el mundo, la flor de Nochebuena es pieza clave durante las fiestas decembrinas, ya que por su colorido, da un toque de vida y esperanza a los hogares y templos, conjuntando la tradición prehispánica con la celebración cristiana más importante, al ser acogida en todos los hogares como símbolo del renacimiento del amor y la esperanza en este planeta y en todo el universo.

Para leer
Cuento de navidad, Charles Dickens

Quince cuentos de navidad, Severino Salazar

La navidad en las montañas, Ignacio Manuel Altamirano



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