miércoles, 18 de diciembre de 2019

Las posadas



Las posadas

                   


En el nombre del cielo
Os pido posada
Pues no puede andar
Mi esposa amada

Las posadas una tradición desde hace cuatro siglos.

Desde hace más de 400 años las tradicionales posadas se celebran nueve días antes de la Navidad.
Las primeras celebraciones pretendían sustituir las festividades aztecas; en el México prehispánico celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal. A estas celebraciones se les llamaba Panquetzaliztli y duraban del 16 al 26 de diciembre.Las fechas tenían coincidencia con aquellas en las que los europeos celebraban la Navidad, así, esta celebración fue cambiando debido a la evangelización que se realizó en la Nueva España. La imagen de Huitzilopochtli fue sustituida por la de María y José.

Durante la época colonial, las posadas eran llamadas "fiestas de aguinaldo" y durante ellas se proclamaba la misa intercalada con pasajes y escenas alusivas a la Navidad. Asimismo, se daban pequeños regalos a los participantes y se incluían piñatas, luces, cohetes y cantos populares.

Hoy en día, las posadas se celebran a lo largo de todo el territorio nacional y es muy común ver las calles adornadas con hilos de heno y faroles. En algunos lados se sustituyen los tradicionales peregrinos de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes… recorren algunas calles para dirigirse al domicilio en donde se da la posada. Quienes marchan en la comitiva llevan velitas y luces de bengala, guíjolas y un gorro en la cabeza. Al llegar se efectúan diversos juegos infantiles, se rompen varias piñatas y se reparten canastitas de dulce.

Al igual que hoy, las iglesias eran adornadas con figuras de barro, en 1541 Fray Toribio de Motolinía describe en sus memorias que en Tlaxcala para las celebraciones navideñas, los indígenas adornaban las iglesias con flores y hierbas, esparcían juncia en el piso, hacían su entrada bailando y cantando y cada uno llevaba un ramo de flores en la mano. En los patios se encendían fogatas y en las azoteas se quemaban trozos de madera para alumbrar las calles, la gente cantaba y tocaba tambores y las campanas repicaban en lo alto.

Todos oían misa, los que no cabían en el interior del templo se quedaban en los atrios, pero igual se arrodillaban y se persignaban. Para el día de la Epifanía traían la estrella desde lejos, tirando de un cordel; delante de la imagen de la Virgen y del Niño Dios ofrecían velas e incienso, palomas y codornices que habían recogido para la ocasión. Durante el tercer decenio del siglo XVI, fray Andrés de Olmos compuso el “Auto de la Adoración de los Reyes Magos” que seguramente es el drama religioso que reseña Motolinía, diciendo: y algunos años representaban el auto de ofrecimiento.

De igual manera, se festejaba el día de la Candelaria; durante esta celebración se bendecían las ceras que se habían usado en procesiones y se guardaban para ofrecerlas con motivo de enfermedades y catástrofes naturales.

En las reseñas de Motolinía aún se encuentran elementos que siguen hasta la fecha en la Navidad mexicana: los cantos, las luces y se cree que el “Auto de la Adoración de los Reyes Magos”, sea lo que dio origen posteriormente a las pastorelas.

Con el paso del tiempo, se han ido agregando nuevos elementos para complementar las tradicionales posadas que hoy en día tienen marcados rasgos mexicanos. Y no resulta extraño que el significado original de las posadas se haya perdido. La fiesta, cambia el verdadero valor que la iglesia quiere darle a los nueve días previos a la Navidad como tiempo de reflexión y a cada uno de los días se le confiere las siguientes virtudes que se desean alcanzar.

1. La humildad para convivir con armonía.
2. La fortaleza para realizar los deberes diarios.
3. El desprendimiento para rechazar todo deseo que desvíe de la fe cristiana.
4. La caridad para amar al prójimo.
5. La confianza en la misericordia divina.
6. La justicia para obrar con rectitud.
7. La pureza para rechazar el Maligno.
8. La alegría para alcanzar el cielo.
9. La generosidad para entregarse al servicio de Dios.

Los elementos que no pueden faltar en una tradicional posada son:

EL ROSARIO
Una posada tradicional inicia con el rezo del Rosario. Del 16 al 24, los católicos deben rezar nueve rosarios (un novenario), como una preparación espiritual al Nacimiento de Jesús.
LA PIÑATA
La tradicional es una estrella de siete picos, cada uno representa los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Sus colores vistosos significan lo atractivo que puede ser el pecar.
LA VENDA
Para destruir la piñata – al pecado – se cubren los ojos, pues la única guía es la fe.
EL PALO
Representa al Evangelio, con lo cual se destruye al pecado. Los demás participantes, que orientan hacia dónde hay que dar el golpe, representan a la Iglesia.
LA FRUTA
Simboliza la gracia de Dios derramada al destruir el pecado, es decir, al romper la piñata.
LA COLACION
Las bolsitas llenas de cacahuates y dulces son un signo de dar comunión. Dar ponche de beber o una cena es, también, un signo de que se comparten los bienes.
LOS PEREGRINOS
Representan a la Virgen y San José. Los participantes llevan una vela que simboliza la luz de Cristo y simulan pedir Posada.
LAS LETANIAS
Se realizan caminando en cuadra, pues recuerdan el camino a Belén de la Virgen y San José.
Durante la fiesta abunda la comida tradicional como tamales, los atoles, el pozole, las tostadas. No puede faltar la música y las luces de bengala, elementos que sin duda hacen de esta tradición una celebración única que no debemos perder.

Entren Santos Peregrinos
Reciban este rincón
Aunque es pobre la morada
Os la doy de corazón



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