Las posadas
En el nombre del cielo
Os pido posada
Pues no puede andar
Mi esposa amada
Las posadas una tradición desde hace cuatro siglos.
Desde hace más de 400 años las
tradicionales posadas se celebran nueve días antes de la Navidad.
Las primeras celebraciones pretendían
sustituir las festividades aztecas; en el México prehispánico celebraban el
advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal.
A estas celebraciones se les llamaba Panquetzaliztli y duraban del 16 al 26 de
diciembre.Las fechas tenían coincidencia con aquellas en las que los europeos
celebraban la Navidad, así, esta celebración fue cambiando debido a la
evangelización que se realizó en la Nueva España. La imagen de Huitzilopochtli
fue sustituida por la de María y José.
Durante la época colonial, las posadas
eran llamadas "fiestas de aguinaldo" y durante ellas se proclamaba la
misa intercalada con pasajes y escenas alusivas a la Navidad. Asimismo, se
daban pequeños regalos a los participantes y se incluían piñatas, luces,
cohetes y cantos populares.
Hoy en día, las posadas se celebran a
lo largo de todo el territorio nacional y es muy común ver las calles adornadas
con hilos de heno y faroles. En algunos lados se sustituyen los tradicionales peregrinos
de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes…
recorren algunas calles para dirigirse al domicilio en donde se da la posada.
Quienes marchan en la comitiva llevan velitas y luces de bengala, guíjolas y un
gorro en la cabeza. Al llegar se efectúan diversos juegos infantiles, se rompen
varias piñatas y se reparten canastitas de dulce.
Al igual que hoy, las iglesias eran
adornadas con figuras de barro, en 1541 Fray Toribio de Motolinía describe en
sus memorias que en Tlaxcala para las celebraciones navideñas, los indígenas
adornaban las iglesias con flores y hierbas, esparcían juncia en el piso,
hacían su entrada bailando y cantando y cada uno llevaba un ramo de flores en
la mano. En los patios se encendían fogatas y en las azoteas se quemaban trozos
de madera para alumbrar las calles, la gente cantaba y tocaba tambores y las
campanas repicaban en lo alto.
Todos oían misa, los que no cabían en
el interior del templo se quedaban en los atrios, pero igual se arrodillaban y
se persignaban. Para el día de la Epifanía traían la estrella desde lejos,
tirando de un cordel; delante de la imagen de la Virgen y del Niño Dios
ofrecían velas e incienso, palomas y codornices que habían recogido para la
ocasión. Durante el tercer decenio del siglo XVI, fray Andrés de Olmos compuso
el “Auto de la Adoración de los Reyes Magos” que seguramente es el drama
religioso que reseña Motolinía, diciendo: y algunos años representaban el auto
de ofrecimiento.
De igual manera, se festejaba el día de
la Candelaria; durante esta celebración se bendecían las ceras que se habían
usado en procesiones y se guardaban para ofrecerlas con motivo de enfermedades
y catástrofes naturales.
En las reseñas de Motolinía aún se encuentran elementos que siguen hasta la fecha en la Navidad mexicana: los cantos, las luces y se cree que el “Auto de la Adoración de los Reyes Magos”, sea lo que dio origen posteriormente a las pastorelas.
En las reseñas de Motolinía aún se encuentran elementos que siguen hasta la fecha en la Navidad mexicana: los cantos, las luces y se cree que el “Auto de la Adoración de los Reyes Magos”, sea lo que dio origen posteriormente a las pastorelas.
Con el paso del tiempo, se han ido
agregando nuevos elementos para complementar las tradicionales posadas que hoy
en día tienen marcados rasgos mexicanos. Y no resulta extraño que el
significado original de las posadas se haya perdido. La fiesta, cambia el
verdadero valor que la iglesia quiere darle a los nueve días previos a la
Navidad como tiempo de reflexión y a cada uno de los días se le confiere las
siguientes virtudes que se desean alcanzar.
1. La humildad para convivir con armonía.
2. La fortaleza para realizar los
deberes diarios.
3. El desprendimiento para rechazar
todo deseo que desvíe de la fe cristiana.
4. La caridad para amar al prójimo.
5. La confianza en la misericordia
divina.
6. La justicia para obrar con
rectitud.
7. La pureza para rechazar el Maligno.
8. La alegría para alcanzar el cielo.
9. La generosidad para entregarse al
servicio de Dios.
Los elementos que no pueden faltar en
una tradicional posada son:
EL ROSARIO
Una posada tradicional inicia con el
rezo del Rosario. Del 16 al 24, los católicos deben rezar nueve rosarios (un
novenario), como una preparación espiritual al Nacimiento de Jesús.
LA PIÑATA
La tradicional es una estrella de
siete picos, cada uno representa los siete pecados capitales: soberbia, avaricia,
lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Sus colores vistosos significan lo
atractivo que puede ser el pecar.
LA VENDA
Para destruir la piñata – al pecado –
se cubren los ojos, pues la única guía es la fe.
EL PALO
Representa al Evangelio, con lo cual
se destruye al pecado. Los demás participantes, que orientan hacia dónde hay
que dar el golpe, representan a la Iglesia.
LA FRUTA
Simboliza la gracia de Dios derramada
al destruir el pecado, es decir, al romper la piñata.
LA COLACION
Las bolsitas llenas de cacahuates y
dulces son un signo de dar comunión. Dar ponche de beber o una cena es,
también, un signo de que se comparten los bienes.
LOS PEREGRINOS
Representan a la Virgen y San José.
Los participantes llevan una vela que simboliza la luz de Cristo y simulan
pedir Posada.
LAS LETANIAS
Se realizan caminando en cuadra, pues
recuerdan el camino a Belén de la Virgen y San José.
Durante la fiesta abunda la comida
tradicional como tamales, los atoles, el pozole, las tostadas. No puede faltar
la música y las luces de bengala, elementos que sin duda hacen de esta
tradición una celebración única que no debemos perder.
Entren Santos Peregrinos
Reciban este rincón
Aunque es pobre la morada
Os la doy de corazón
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