La política creo a Dios. La construcción de Dios como fuente de autoridad y poder.
De Akenaton al Pueblo Soberano.
José Antonio Robledo y Meza
Este material es complementario al publicado
anteriormente https://mexicoelarboldelosmilfrutos.blogspot.com/
Siete son los ejemplos en los que apoyaré la
tesis de que fueron las relaciones políticas las que obligaron a los humanes a
construir el principio de soberanía, de autoridad y poder político. La
autoridad y el poder político tenía que trascender a la autoridad y al poder de
los hombres. El objeto tenía que servir de modelo ejemplar por su poder
creador.
En el 3300 Ac, antes de la primera
dinastía, Egipto estaba dividido en dos reinos el del Alto (Ta Shemau) y el del
Bajo Egipto (Ta Mehu). Los primeros reyes del Alto Egipto convencieron a sus
súbditos de dos sucesos fundamentales: que eran los responsables tanto de las
crecidas del río, como de la unión con el Bajo Egipto, hechos que no olvidaron,
construyendo y manteniendo todo un rango de símbolos: el trono, la corona
doble, los cetros, así como la identificación con los dioses; ya en tiempos
predinásticos, el rey estaba «homologado» con Horus[1],
que se encarnaba en cada faraón. El dios supremo del Alto Egipto era Seth[2] y
el símbolo la corona Blanca (Hedyet),
la diosa buitre Nejbet y
la flor blanca de loto; otro
símbolo fue el junco, frecuentemente representado junto con la abeja del Bajo Egipto, precediendo al cartucho que
contenía el nombre del faraón. La corona Blanca se unificó, al inicio
de la primera dinastía, con la Corona Roja del Bajo Egipto,
originando la Corona Doble, principal símbolo de los faraones como reyes
del Alto y Bajo Egipto.
Estando así las cosas el itinerario que
nos interesa recordar comienza alrededor del año 3050 aC cuando, en un ambiente politeísta con dos reyes
egipcios[3], Menes
(Narmeri) (c. 3200-3000 aC) al unificar el Alto y el Bajo Egipto alrededor
del 3050 Ac se convirtió en el primer
rey.
El siguiente paso lo dio Akenatón durante los años 1353-1336 aC al promover
un monoteísmo perceptual.
Akenatón es célebre
por haber impulsado transformaciones radicales en la sociedad egipcia, al
convertir al dios Atón (Todo) en la única deidad del culto oficial
del Estado, en perjuicio del, hasta el momento, predominante culto a Amón[4].
El nuevo culto se centraba en la superioridad del dios Atón[5]
por encima de los demás dioses egipcios, es decir, una religión con una base
monoteísta, dejando al resto del panteón egipcio fuera de todo culto. El propio
faraón sería el intermediario del dios. Este cambio suscitó discrepancias entre
la sociedad, ya que eliminaba de cuajo el culto a los antiguos dioses, que
hasta ese momento era politeísta. Akenatón es el primer rey reformador
religioso del que se tiene registro histórico. Su reinado implicó cambios en los
ámbitos religioso, políticos y artísticos.
El tercer momento que
queremos considerar es la propuesta hecha por Platón en el año 370 ane en su
obra la República. El tema central
de la República es la
reflexión sobre qué es la justicia y cómo se expresa en el hombre, lo que lleva
a Platón a abordar la organización de la ciudad-estado ideal. Glaucón
argumenta que el origen de la justicia está en los contratos
sociales y que todos los que la practican lo hacen por miedo al castigo,
para ello usa el mito del anillo de Giges[6].
Glaucón desea que Sócrates demuestre que la justicia no solo es deseable, sino
que pertenece a la clase más alta de cosas deseables: aquellas que se desean
tanto por su propio bien como por sus consecuencias. Sócrates sugiere que
busquen justicia en una ciudad para comprenderla en el hombre individual. Para
que la ciudad sea justa, debe estar diferenciada en tres clases
sociales con su función y lugar diferenciado en esta. La justicia es la
cualidad que se tiene dentro de la sociedad para que cada individuo cumpla con
el rol que se le ha asignado. En general, la justicia es la virtud del orden.
Sócrates contraargumenta este mito de Giges con el Mito de Er[7]
y su intelectualismo moral, donde sostiene que “es peor cometer una
injusticia que padecerla”, pues la injusticia destruye el alma (Platón: La República, II, 612b.).
Cuarto momento. El
primer precedente europeo de una monarquía,
bajo el término concreto de «reino» (regnum), se dio tras la llegada de los
suevos a la provincia romana de la Gallaecia (noroeste de Hispania) en el año
409, cuando acuerdan un foedus con Roma en el 410, por el que se establecen
en la provincia y se otorga a su caudillo Hermerico (409-438) el título de rey
(rex), aceptando como superior la autoridad del emperador de Roma. Así, es la
Gallaecia, el primer reino (regnum) de Europa y se consolida el primer paso
hacia la estructuración del poder político en el espacio europeo medieval en
reinos bajo la autoridad moral, cada vez más teórica, de un emperador. «Monarquía»
proviene del griego μονος mónos ‘uno’, y αρχειν arkhein: ‘mandar, guiar, gobernar’, «gobierno de uno solo».
Quinto momento. Dominium mundi es el nombre de la idea de dominio universal desarrollada en
la Edad Media. Inspirada en el recuerdo del antiguo Imperio Romano,
este propósito implicaba el reconocimiento de una autoridad suprema, lo que
generó una prolongada pugna política y espiritual entre el poder
imperial y el poder eclesiástico, representados en el Sacro Imperio
Romano Germánico y la Iglesia católica, los que erigían como máximos
líderes al Emperador y al Papa. La idea de dominio universal marcó una
época, durante gran parte del medievo, dividiendo a la sociedad en dos
bandos: güelfos y gibelinos. Los primeros apoyaron a la Iglesia,
mientras los segundos al Imperio. Tras la Querella de las Investiduras, los
siglos XII y XIII mostraron preponderancia de los
pontífices (como Inocencio III o Gregorio IX), pero existía mutua dependencia
entre ambos (Iglesia e Imperio). En el siglo XIV el desarrollo de los nacientes
Estados y Reinos, como Francia, pusieron en serios aprietos a la Iglesia,
tras el atentado que sufriera Bonifacio VIII. En el siglo XV el Papado
obtenía gran prestigio y la Iglesia seguía siendo la rectora de la vida
intelectual, aunque la idea del Dominium mundi no volvió a aparecer
en su esencia original, a pesar de que ambos poderes universales subsistieron.
Desde el siglo XVI en adelante, los monarcas pasaron a ser dueños no solo de la
propiedad, sino incluso de la vida y la muerte de sus súbditos. Se iniciaba la
época absolutista, y ello implicaba "absolutismo teológico", por lo
que el poder papal quedaba muy por debajo del poder imperial. Desde
el siglo XVIII el poder de los monarcas declinó, y fue trasladado
paulatinamente a los "pueblos" a través de las democracias; la
Iglesia ya no sería la rectora de la vida intelectual y moral como lo fuera en
el Siglo XV.
Sexto momento. Se
conoce como Reforma protestante al movimiento religioso Cristiano
iniciado en Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero, que
llevó a un cisma de la Iglesia católica para dar origen a
numerosas iglesias y corrientes religiosas agrupadas bajo la denominación de
protestantismo. La Reforma tuvo su origen en las críticas y propuestas con las
que diversos religiosos, pensadores y politicos europeos buscaron provocar un
cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia
católica, además de negar la jurisdicción del papa sobre toda
la Cristiandad; para los protestantes el papa es solo el "obispo de
Roma" y sus doctrinas religiosas serán conocidas como papismo y
las políticas como cesaropapismo. Su intención inicial era reformar el
catolicismo con el fin de retornar a un cristianismo primitivo o
puro, y debido a la importancia que tuvo la Protesta de Espira,
presentada por algunos príncipes y ciudades alemanas en 1529 contra un edicto
del emperador Carlos V tendente a derogar la tolerancia
religiosa que había sido anteriormente concedida a los principados alemanes.
Este movimiento hundía sus raíces en elementos de la tradición
católica medieval, como el de los Alumbrados y la reforma del
Cardenal Cisneros en España, y también el movimiento de la Devoción
moderna en Alemania y los Países Bajos, que era una piedad laica
antieclesiástica y centrada en Cristo. Además, la segunda generación
del humanismo la siguió en gran medida. Comenzó con la predicación
del sacerdote agustino Martín Lutero, que revisó la doctrina de la Iglesia católica
según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En
particular, rechazó la teología sacramental católica que, según Lutero,
permitía y justificaba prácticas como la «venta de indulgencias»,
consideradas un secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado libremente
y no vendido.
Séptimo momento, la Reforma mexicana. La nación estaba dividida en dos grandes grupos:
Liberales y Conservadores. Momento de transición de la estructura política en
la cual se buscó establecer el sistema capitalista democrático y terminar con
el que había desde la Colonia y el Imperio. En este nuevo sistema, se formó
un Estado nacional basado en el orden constitucional, en la necesidad
del pueblo mexicano por una reestructuración al intentar terminar con los
privilegios de las clases dominantes (igualdad ante la ley), la reactivación de
la economía y la restauración del trabajo. Por un tiempo, liberales y conservadores
tuvieron gobiernos paralelos, con la sede del gobierno conservador en Ciudad de
México y los liberales en Veracruz.
José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP
Paseo de las Fuentes, Puebla, Pue. 14 de
mayo de 2021
[1] Horus ("el
elevado", "el distante") era el dios celeste en
la mitología egipcia. Se le consideraba como el iniciador de
la civilización egipcia. Era el dios de la realeza en el cielo,
de la guerra y de la caza. Su nombre egipcio era Hor; Horus
es su nombre helenizado, la divinidad griega asociada fue Apolo. Era
el hijo de la diosa Isis y el dios de la resurrección Osiris.
[2] Seth es un
dios ctónico, deidad de la fuerza bruta, de lo tumultuoso, lo
incontenible. Señor del caos, dios de la sequía y del desierto, también es
el hermano de Osiris. Su nombre egipcio es Suty o Sutej (Setesh, Seteh),
y el griego, Set (Seth). La deidad griega asociada fue Tifón.
Seth fue hermano del dios de la muerte llamado Osiris. Osiris se casó
con Isis, se cree que fueron los primeros gobernantes egipcios,
según Manetón reino 29 años durante el
período Protodinástico de Egipto. Se dice que cuando Osiris fue
asesinado por su hermano (Seth), su esposa Isis lo revivió convirtiéndolo en el
dios de la muerte (ya que fue el primer hombre que descendió al inframundo y
revivió), pasando a ser Isis la diosa de la maternidad, el matrimonio y la
salud.
[3] Horus Escorpión II y Horus Ka.
[4] Amon-Ra. Durante el Imperio Nuevo de Egipto Amón-Ra
conservó su estatus de dios principal en el panteón egipcio (excepto durante
el periodo amarniense). Amón-Ra en este período
(siglos xvi al xi a. C.) ocupaba la posición de
divinidad trascendental, creadora de sí misma por excelencia, era el dios de
los pobres y de la piedad personal.
[5] Atón (significa
‘todo’ o ‘completoʼ en egipcio) era una deidad solar del Antiguo
Egipto que representaba al disco solar en el firmamento. Se
consideraba el espíritu que alentaba la vida en la Tierra. El
rey Akenatón, en el decurso de su reinado, veneró a Atón pretendiéndolo
como divinidad única y exclusiva. En los primeros mitos sobre la creación de
Egipto se afirma que él es el creador supremo.
[6] Este mito ha
tenido gran influencia en la filosofía, ya que da a entender que el ser
humano hace el bien hasta que puede hacer el mal cuando «se hace invisible», y
puede acceder a cosas que no son suyas, con lo que llevado por esas
circunstancias la persona se corrompe irremediablemente. Según este supuesto,
la persona no sería libre.
[7] Las
ideas centrales que refiere la narración son: la inmortalidad del alma, la
existencia de premios y castigos expiatorios en un plano escatológico, la
armonía entre libertad y destino, la sabiduría y la justicia como virtud (ἀρετή), la armonía
del cosmos, la atingencia de los dioses con las elecciones humanas y
la transmigración. Las ideas centrales que refiere la narración son: la
inmortalidad del alma, la existencia de premios y castigos expiatorios en un
plano escatológico, la armonía entre libertad y destino, la sabiduría y la
justicia como virtud (ἀρετή), la armonía del cosmos, la atingencia de los
dioses con las elecciones humanas y la transmigración.
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