jueves, 15 de agosto de 2024
1492 marca el inicio de la construcción de Iberoamérica
domingo, 4 de agosto de 2024
La Cuarta Trasformación una fiesta popular.
La Cuarta Trasformación una fiesta popular.
José Antonio Robledo y Meza
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador varios aspectos de la vida cotidiana mutaron significativamente; entre ellas destacan el lenguaje y los ademanes del titular del ejecutivo en las llamadas “Mañaneras”. Durante éstas se elaboraron formas diferentes de la comunicación política, francas y sin constricciones, que abolían toda distancia entre los ciudadanos y el presidente de la República. Ciudadanos en comunicación, liberados de las normas corrientes de la etiqueta y las reglas de conducta. Esto produjo el nacimiento de un lenguaje relacionado con el mundo de los ideales contenido en la expresión “Cuarta Trasformación”, una trasformación que puso en contacto los tiempos pasado y futuro con el presente trasformador.
Las mañaneras tuvieron un contenido esencial, un sentido profundo: expresaron una concepción del mundo. Su construcción fue expresión no solo del mundo de los medios y condiciones indispensables del presente, sino del mundo de los objetivos superiores de la existencia humana, es decir, el mundo de los ideales. Sin esto, las mañaneras no hubieran tenido una relación profunda con el tiempo de los mexicanos.
En la base de las mañaneras hubo siempre una concepción determinada y concreta del tiempo cósmico (la grandeza del pasado), biológico (niñez, juventud, vejez de los miembros de la sociedad) e histórico (de la primera a la cuarta trasformación). Además, las mañaneras, al considerar las fases históricas, ligó los períodos de crisis (el neoporfirismo, el neoliberalismo), de trastorno de las campañas negras, en la vida de la naturaleza, de la sociedad y del hombre. La muerte y la resurrección, las sucesiones y la renovación constituyeron siempre los aspectos esenciales de las mañaneras. Son estos momentos precisamente, bajo las formas concretas de las diferentes etapas, los que crearon el clima típico de la mañanera.
La mañanera con los objetivos superiores de la existencia humana, la resurrección y la trasformación, sólo podía alcanzar su plenitud en el proceso electoral como una fiesta popular y pública.
La política en estas circunstancias se convertía en la forma que adoptaba la vida del pueblo, que temporal y espacialmente penetró en el reino utópico de la universalidad, de la libertad, de la igualdad y del bienestar; en una palabra, de la democracia.
Las mañaneras y la elección de la primera mujer presidente en México se conjuntaron para contribuían a fortificar el régimen de la Cuarta Trasformación. Con este proceso político los ciudadanos volvieron a sentirse seres humanos entre sus semejantes.
El humanismo que caracteriza estas relaciones no es en absoluto fruto de la imaginación o el pensamiento abstracto, sino que se experimenta concretamente en ese contacto vivo, material y sensible. El ideal utópico y la realidad se conjuntaron en la visión ofrecida por la comunicación de las mañaneras, única en su tipo.
En conclusión, la eliminación a la vez ideal y efectiva, de las relaciones jerárquicas (racistas, clasistas, discriminatorias) entre los individuos, creó -en las mañaneras y en las urnas- un tipo particular de comunicación inconcebible en situaciones “normales”.
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martes, 30 de julio de 2024
La casualidad evita la muerte por aburrimiento
La casualidad evita la muerte por aburrimiento
José Antonio Robledo y Meza
Representarnos la historia política y social del hombre como un alternativo zigzag entre progreso y desastre y la historia de la ciencia como un firme proceso acumulativo a partir de una infancia conducida por la magia y seguidora de los mitos de la civilización, y pasando por los distintos estadios de la adolescencia, hasta una imparcial y racional madurez, es injustificado. Ni continuo ni orgánico ha sido el avance de la ciencia.
Según Artur Koestler -en su obra Los sonámbulos- la filosofía de la naturaleza evolucionó por medio de saltos y avances ocasionales alternados con persecuciones ilusorias, callejones sin salida, regresiones, períodos de ceguera y amnesia. De la misma forma ha sido el avance de la historia política y social. Los grandes descubrimientos que determinaron sus cursos fueron a veces los inesperados resultados de una persecución de metas completamente distintas.
Cuando miramos la decadencia del escolasticismo aristotélico o a la sostenida defensa de la astronomía tolemaica, podemos inferir que el término evolución mental es algo más que una metáfora, y que se refiere a un proceso en que algunos elementos actúan de una manera que aún no hemos conseguido dilucidar. La evolución parece “equivocarse” constantemente; y también lo hace la evolución de las ideas, incluidas las de las ciencias exactas. Las nuevas ideas aparecen espontáneamente como mutaciones; la inmensa mayoría de ellas son disparatadas teorías inútiles, el equivalente a los fenómenos biológicos sin ningún valor para la supervivencia. Hay un forcejeo constante para la supervivencia entre teorías competitivas en cada rama de la historia del pensamiento.
Al igual que en la evolución biológica, en la evolución intelectual -no podría ser de otra forma en cuerpos con más de 80 mil millones de neuronas- después de periodos de estabilización y especialización, ocurrieron períodos mutantes, como, por ejemplo, los siglos VI ane o, el IV o el XVII dne. Siempre han existido personas que no sienten ninguna simpatía por las plutocracias codiciosas y estrechas, ni por organizaciones promotoras de valores carentes de aspiraciones, personas vacías de curiosidad quienes, evitando todo tipo de excesos, mueren por aburrimiento.
Al igual que en el mundo natural, un nuevo concepto teórico vivirá o morirá según pueda trasformar su entorno; su valor de supervivencia depende de su capacidad de ofrecer resultados. El debate entre los sistemas tolemaico, ticónico y copernicano, o entre los enfoques cartesiano y newtoniano de la gravedad, se decidió según esos criterios.
Más aún, hallamos en la historia de las ideas mutaciones que no parecen encajar con ninguna necesidad obvia, y a primera vista parecen meros caprichos, como la obra de Apolonio sobre las secciones cónicas, o las geometrías no euclidianas, cuyo valor práctico no resultó evidente hasta más adelante. Inversamente, hay órganos que han perdido su finalidad y, sin embargo, continúan estando presentes como un legado evolutivo: la ciencia moderna está llena de apéndices y rudimentarias colas prensiles.
Para nosotros los humanos la palabra casualidad tiene pleno sentido. Al usarla es sólo a causa de nuestra fragilidad y nuestra ignorancia. E incluso sin ir más allá de nuestra frágil humanidad, lo que es casual para el ignorante no lo es para el sabio. La casualidad es sólo la medida de nuestra ignorancia, y los fenómenos fortuitos son, por definición, aquellos cuyas leyes desconocemos.
Es gracias a la casualidad - esto es, a nuestra ignorancia por describir y explicarlo todo- que podemos construir inferencias y llegar a conclusiones. Si la palabra casualidad no es simplemente sinónimo de ignorancia, entonces ¿qué es?
Entre los fenómenos cuyas causas desconocemos, debemos distinguir entre fenómenos fortuitos, sobre los cuales el cálculo de probabilidades nos dará información provisional, y aquellos que no son fortuitos, y sobre los cuales no podemos decir nada en cuanto no hayamos determinado las leyes que los gobiernan. Y en cuanto a los fenómenos fortuitos por sí mismos, es claro que la información que el cálculo de probabilidades provee no dejará de ser cierta cuando los fenómenos sean mejor conocidos. Por ejemplo, una causa muy pequeña que escapa a nuestra atención determina un efecto considerable que no podemos dejar de ver, y entonces decimos que tal efecto se debe a la casualidad o al efecto mariposa. Cuando hablamos del efecto mariposa aludimos a una pequeña causa y un gran efecto o, mejor dicho, pequeñas diferencias en la causa y grandes diferencias en el efecto. En México así hablamos en el terreno político del tsunami López Obrador. La diferencia en la causa es imperceptible (un solo hombre entre millones), pero la diferencia en el efecto resulta muy importante, ya que afecta a la sociedad entera.
Para tomar un ejemplo más vulgar, es también lo que sucede cuando se baraja un paquete de cartas. En cada barajada, las cartas experimentan una permutación similar a la estudiada en la teoría de las sustituciones. ¿Cuál será la permutación resultante? La probabilidad de que sea cualquier permutación particular (por ejemplo, la que lleve a que la carta ocupando la posición ϕ (n) antes de la permutación ocupe la posición n después de ella), esta probabilidad depende de los hábitos del jugador. Pero si el jugador baraja las cartas por suficiente tiempo, habrá un gran número de permutaciones sucesivas, y el orden final que resulte ya no estará gobernado por nada excepto la casualidad; me refiero a que todos los posibles órdenes serán igualmente probables. Este resultado obedece al gran número de permutaciones sucesivas, es decir, a la complejidad del fenómeno.
Unas palabras sobre la teoría de los errores. En un caso en donde las causas sean complejas y múltiples, ¿qué tan numerosas son las trampas a las que está expuesto el observador, incluso con los mejores instrumentos a su disposición? Deben hacerse muchos esfuerzos para tener en cuenta tales errores y evitar los más flagrantes, aquellos que dan lugar a los errores sistemáticos. Pero cuando éstos se han eliminado, y admitiendo que ya no aparezcan más, aún quedan muchos errores que, aunque pequeños, pueden volverse peligrosos debido a la acumulación de sus efectos. Es por esto que surgen los errores accidentales, y los atribuimos a la casualidad porque sus causas son demasiado complejas y numerosas. Aquí tenemos, otra vez, únicamente causas pequeñas, y aunque cada una de ellas sólo producirá un efecto pequeño, es por su unión y su número que sus efectos se vuelven formidables.
Finalmente, la mayor de las casualidades es el nacimiento de cada uno de nosotros. Hubiese sido suficiente con detener o desviar un espermatozoide una centésima parte de un centímetro para que esta comunicación no pudiera darse. Ningún ejemplo puede dar una mejor comprensión del verdadero carácter de la casualidad. Sólo por casualidad es que ocurrió el encuentro de dos células genitales de distintos sexos que contienen, precisamente, cada una por su lado, los elementos cuya reacción mutua está destinada a producir una persona como nosotros. Estos elementos extraños, tienen un encuentro todavía más extraño en los movimientos políticos. El que no puedan ser descritos y explicados del todo no significa que no puedan ser comprendidos con el uso de la estadística y, por lo tanto, no morir por aburrimiento.
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sábado, 27 de julio de 2024
La lógica bicéfala del triunfo y la derrota.
La lógica bicéfala del triunfo y la
derrota.
José Antonio Robledo y Meza
Dos intereses ciñen esta reflexión filosófica: 1) la lógica de la política y específicamente a la lógica del arrollador triunfo del Movimiento de Reconstrucción Nacional y, al mismo tiempo, la contundente derrota de su contraparte, en las elecciones del 2 de junio de 2024 en México y 2) saber más sobre la política y los políticos que se ensucian los zapatos y la ropa (no las manos y conciencia) y que disfrutan la política como un estilo de vida.
Esta comunicación es una brevísima parte de un libro que tengo planeado terminar pronto. Por el momento diré que me he apoyado en las reflexiones que han hecho, por un lado, Andrés Manuel López Obrador en las “Mañaneras”, durante más de cinco años, y por el otro, en las expuestas por Henri Poincaré en Ciencia y método, un libro relacionado con la metodología científica.
En el libro por venir expondré a qué costo, y a partir de qué tipo de esfuerzos e incluso peligros, los políticos toman decisiones que cuestan, o victorias contundentes (Sigamos Haciendo Historia) o desastrosas derrotas (Fuerza y Corazón por México, gobiernos extranjeros, agencias norteamericanas, empresarios, medios de comunicación, periodistas, etc.). ¿La política es realmente una cuestión de método? Sí, porque su historia nos enseña qué tipo de precauciones deben ceñir cualquier operación política seria, y cuánto tiempo y apuro están involucrados en la conquista o pérdida de un único voto (o de millones como sucedió en las elecciones mencionadas).
Las mañaneras nos ofrece un magnífico ejemplo de experimentos en la política y a su vez hace surgir descomunales problemas. No podemos siquiera soñar con aplicar un método de manera mecánica ya que son muchas las variables individuales que intervienen en el fenómeno colectivo de la política. Sin embargo, si observamos cuidadosamente podríamos hacer analogías y cálculos si lo que nos interesa son los resultados obtenidos ya sea en la victoria o en la derrota. La política, por ejemplo, podemos verla como una colección de acciones y actividades cuyos efectos podrían parecer, a primera vista, caprichosos. Pero, ¿no podría esta colección ser comparada con aquellas cuyas propiedades hemos aprendido al aplicar la noción de acción racional colectiva, por ejemplo, en las escuelas? Así, el método escolar viene a ayudar indirectamente a la política. No por nada el líder de MORENA repite que las mañaneras son eventos pedagógico-didácticos.
En compañía de la lógica los procesos de enseñanza-aprendizaje pueden ser reducidos a ciertas generalidades que pueden aplicarse, usualmente, para todas las acciones. Por ejemplo, no hay una diferencia apreciable entre el mecanismo del descubrimiento matemático y el mecanismo del descubrimiento en la vida cotidiana. En todos los procesos se usan la lógica, las matemáticas, las metáforas y el paradigma indicial, entre otros recursos más específicos. De esta manera con estos recursos podemos tratar infinidad de asuntos; son herramientas que junto con los conceptos pertinentes nos permiten construir proposiciones y argumentos. No obstante, lo anterior, una reflexión nos mostrará la importancia de las contradicciones (triunfo-derrota) como fuentes del preguntar.
Las cuestiones concernientes a los métodos de instrucción son importantes, primero, por cuenta propia, y segundo, porque uno no puede reflexionar sobre el mejor método para inculcar nuevas nociones en cerebros vírgenes sin, al mismo tiempo, reflexionar sobre la manera en que estas nociones han sido adquiridas por nuestros predecesores, y consecuentemente, sobre su verdadero origen, esto es, sobre su verdadera naturaleza.
Si el método es importante en la política entonces la observación y el experimento son notables. La observación y la experimentación a partir de esas observaciones son valiosos, pero como el político no tiene un tiempo infinito a su disposición y carece de tiempo para observarlo todo (más que nada para observar cuidadosamente)-, se ve forzado a seleccionar. Así las cosas, la primera cuestión, es saber cómo hacer esta selección.
Entenderemos esto mejor si observamos al político trabajar, y para empezar, debemos tener algún conocimiento sobre el mecanismo psicológico del descubrimiento, y especialmente sobre como el político descubre lo que puede mover las intenciones individuales para convertirlas en colectivas.
Como en todos los conocimientos dependientes
de la observación, y la política es uno de ellos, el político debe tener en
cuenta los errores debidos a las imperfecciones de sus sentidos y de sus instrumentos
tal y como Platón nos lo ha advertido. Afortunadamente, podemos admitir que,
bajo ciertas condiciones, existe una compensación parcial de estos errores, de
tal suerte que en los promedios desaparecen. Esta compensación obedece a la
casualidad, pero ¿qué es la casualidad? Es una noción difícil de justificar, e
incluso de definir, y aún con todo eso, lo que se ha dicho acerca de los
errores de observación muestra que cualquier conocimiento no puede progresar
sin ella. Resulta necesario, por tanto, ofrecer una definición de esta noción,
tan indispensable y tan evasiva a la vez. Eso haremos en una próxima reflexión.
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martes, 23 de julio de 2024
Cerebro y cuerpo
Cerebro y cuerpo
José Antonio Robledo y Meza
Si la Cuarta Trasformación ha llegado a ser tan real, tan inquietante para algunas élites, es porque el mundo de los conocimientos ha cambiado rápidamente. La visión de la sociedad ha cambiado, haciendo avanzar a la democracia que se sentía latir en el fuero interno. Los poderes civiles y culturales no pueden imponer normas a una sexualidad considerada peligrosa. El cuerpo de la mujer ya no se percibe de la misma manera que antes.
El proceso de civilización de las costumbres ha comenzado en diversos sectores del saber y de las prácticas sociales, imprimiéndoles ritmos diferentes. El conjunto complejo constituido por los textos teóricos, los procedimientos judiciales y las representaciones visuales relativas a las mujeres genera un temor creciente en el núcleo de la representación imaginaria de las élites.
Este miedo asocia los fantasmas de la muerte con el crecimiento del Oriente, con la Cuarta Trasformación y con la sexualidad femenina. Los ideólogos y artistas ya habían comenzado a explotar la vena a finales del siglo XX y comienzos del XXI, porque ella se expresaba con fuerza en la población mexicana. El propósito de la construcción del mito de la Cuarta Trasformación fue crear un vínculo social a través de los mitos civilizadores, para engendrar una tensión dinámica que impulsara a los hombres a la conquista de sí mismos y del mundo.
La libertad de la Primera Trasformación, el laicismo de la Segunda, la justicia social de la Tercera se han conjuntado para darle el sentido democrático a la Cuarta Trasformación.
Definir el temor que inspira a los adversarios del incremento de las relaciones democráticas es la razón de la insistencia en torno al tema de la sobre representatividad en el Congreso mexicano. En un nivel más profundo, esta imagen nos ayuda a entender los tabúes que algunos suponían infranqueables en materia de discriminación, racismo, clasismo, corrupción, sexualidad, etc.
La imagen de una sociedad cada vez más libre, laica, justa y democrática se transformó radicalmente con el ejercicio en el gobierno de la Cuarta Trasformación. Surgida a la vez de la fantasía popular y de la imaginación de los teóricos, hasta este momento dependía de las tradiciones de libertad y democracia poco conciliables, aun cuando se operaran intercambios frecuentes entre ellas.
A partir del siglo XXI se inicia un periodo de definición lenta de una ciencia que descarta a la violencia como recurso legítimo del Estado para aplacar, o cancelar las diferencias entre gobernantes y gobernados. La ausencia de la violencia en la democratología comienza a abarcar la mayor parte de las creencias en este dominio. Las "supersticiones" de las masas evidentemente no llegan a desaparecer abruptamente bajo este impacto, pero perderán, poco a poco, su carácter de sistema mágico explicativo del mundo, para subsistir de una manera dispersa como residuos o vestigios sobre la superficie de un océano que recubre las plataformas antidemocráticas sumergidas.
El Movimiento de Renovación Nacional proviene de una historia del pueblo parcialmente expuesta en los murales mexicanos. Muchos detalles de la dulzura de la cultura mexicana están registrados en las representaciones de Diego Rivera. Estas representaciones nos han habituado a una imagen más humana, de manera que se ha desarrollado una doctrina capaz de incorporar rasgos provenientes del pueblo, dándole un nuevo sentido genérico.
Este sentido genérico de la Cuarta Trasformación ha impactado tanto al cerebro como al cuerpo de los mexicanos.
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jueves, 18 de julio de 2024
Impacto de la Cuarta Trasformación: producir esperanza e inventar mundos
miércoles, 17 de julio de 2024
La alternativa en torno al aborto y los derechos de las mujeres
México el árbol de los mil frutos tiene sitio web
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