miércoles, 14 de mayo de 2025

El docente y el aprendizaje

El docente y el aprendizaje

José Antonio Robledo y Meza

Para enseñar hay que aprender y para aprender hay que estudiar e investigar


En el concepto de “docente” se vinculan varias acciones que es necesario identificar y lo más importante establecer la manera en que lógicamente se relacionan para poder derivar de ellas propuestas viables para ser implementadas en la vida cotidiana. Para comenzar, todo docente tiene la necesidad de seleccionar el material que usará en sus exposiciones; debe esforzarse todo lo posible por encontrar contenidos conceptualmente significativos, apoyarlos con ejemplos ordinarios, inusuales y divertidos, que proporcionen una mirada estimulante a los niveles más altos del pensamiento humano.

Alguien facilita el aprendizaje de algo a alguien es la definición básica sobre la cual se construye toda estrategia de enseñanza. Esta estrategia descansa en las siguientes acciones: sorprender, imaginar, reflexionar, preguntar, analizar, responder, argumentar. En todas estas acciones se apoya la acción compleja de enseñar.

Todos nuestros conocimientos y saberes en un momento dado tienen dos fuentes: lo que por propia experiencia adquirimos y descubrimos; la otra fuente es lo que otros nos comunican por medio de la instrucción, lo que otros nos enseñan.

Al seleccionar el material de enseñanza debe hacerse todo lo posible por encontrar problemas que sean inusuales y divertidos, que sólo requirieran los más elementales conocimientos, pero que al mismo tiempo proporcionen una mirada estimulante a los niveles más altos del pensamiento. Ejemplos de problemas a considerar son los siguientes: ¿por qué estamos aquí?, ¿de dónde vinimos?, ¿a dónde vamos?

Es importante que un docente reconozca que ha aprendido a enseñar porque, al igual que todos los demás, alguna vez decidió en convertirse en un agente capaz de aprender y hacerlo por vía propia o con ayuda de alguien más. Aprender es una acción que recae siempre en el aprendiz. El aprendiz siempre es activo, aprende descubriendo o por medio de la enseñanza de otros. La diferencia entre el aprender descubriendo o por la instrucción reside en los materiales sobre los cuales el aprendiz obra. Si es sobre su propia experiencia el aprendiz aprende descubriendo y si es enseñado aprende asimilando la experiencia de otros. Siempre estamos aprendiendo de las dos maneras.

Al principio de cada acción docente es recomendable sugerir algo acerca de la naturaleza y la importancia de la clase de experiencias que deben utilizarse para resolver los problemas formulados. En la búsqueda de respuestas, debe tratarse de incluir tantos detalles como permita el espacio para explicar cómo se resuelve cada problema, y señalar algunos de los senderos que se alejan de los problemas en cuestión hacia áreas más intrincadas de la jungla del aprendizaje.

Cuando el aprendiz tiene poca experiencia acumulada es necesario se le ayude por medio de la experiencia de otros, esto es, por medio de la instrucción. Esto no significa que se anule su capacidad para seguir aprendiendo por sí mismo, por medio del pensamiento y la observación del mundo y del universo. Las dos maneras de aprender deben cultivarse siempre: usando la capacidad de indagación y reflexión sin ser enseñado, pero también por medio de lo que otros le comunican por medio de la palabra o la escritura. De esto último se deriva la importancia del estudio por medio de la lectura y las conferencias.

Es importante tratar con determinados problemas que permitan descubrir que el estudio es más divertido de lo que se cree. Tal vez a algunos les haga desear estudiar en serio, o sientan menos vacilaciones para abocarse al estudio de una ciencia para la que se requiera conocimientos de otras disciplinas. Por cierto, nadie puede dudar hoy del enorme valor práctico de la habilidad para estudiar. Sin el estudio, los descubrimientos y los logros de la ciencia moderna hubieran sido imposibles.

Aprender por medio de la instrucción es actuar sobre algo que se nos comunica; es actuar, discurrir, por medio de la escritura y la oralidad; se aprende leyendo y escuchando. Es el arte de leer libros y escuchar, de aprender por raciocinio. El arte de leer abarca las mismas habilidades que están involucradas en el arte de descubrir: agudeza de observación, memoria disponible, alcance de imaginación y una razón adiestrada en el análisis y la reflexión. El arte de leer exige el uso de las facultades críticas ya que requiere la comprensión de lo que los libros nos dicen para después decir si estamos o no de acuerdo con su autor.

Aprender sin que nadie nos enseñe es efectuar operaciones basadas en las reglas del arte del descubrimiento. Es el arte de leer la naturaleza y las organizaciones sociales. Las cosas de la naturaleza no son símbolos que comunican algo de otra mente humana con la que podemos o no estar de acuerdo. El propósito fundamental de ambas actividades –aprender por medio de la instrucción o del descubrimiento- es la comprensión del mundo.

De lo dicho podemos desprender la función del docente según sea su intención: facilitar el aprendizaje por medio de la instrucción o del descubrimiento.

Si el contexto es la instrucción, la función del docente será constituirse como fuente de conocimiento, esto es:

1.- Como compendiador de libros. El maestro dice a sus estudiantes por medio de disertaciones lo que éstos podrían aprender leyendo los libros que él ha compendiado.

2.- Como colaborador de los libros. El maestro divide, de un modo u otro, la función, de enseñar entre él y los libros disponibles: algunas cosas las dice a los estudiantes reduciendo a su más simple expresión lo que él mismo ha leído, y algo espera que el estudiante aprenda por medio de la lectura.

3.- Como repetidor de un libro. Cuando el docente dice las mismas cosas que nos había indicado que leyésemos en un texto escrito por él o por uno de sus colegas.

4.- Como comunicador original. Cuando comunica algo que ha descubierto por sí mismo y que no puede ser encontrado en ningún libro.

La mayor parte de las maestras y maestros son más humanes de conocimientos que descubridores. Han aprendido la mayor parte de los que saben de otros. Si el contexto es el descubrimiento la función del docente no puede ser la enseñanza del conocimiento ya que el aprendiz no podría aprender por medio del descubrimiento. Sólo puede enseñarse el arte de descubrir, esto es, decir cómo debemos investigar, observar y pensar en el proceso de averiguación de las cosas.

He hecho estas reflexiones para celebrar, junto con mis colegas, mujeres y hombres, la efeméride conocida como “día del (a) maestr@”


robledomeza@yahoo.com.mx

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