Ofrendas o altares de muertos
Mictlantecuhtli, Dios de los muertos.
Los que morían de muerte natural iban a “Mictlan”
José Antonio Robledo y Meza
Existe un periodo para festejar (obsequiar) y celebrar (encomiar) el alma de los muertos. El día 28 de octubre está dedicado para los muertos en accidentes. El 30 de octubre corresponde a los limbitos (niños que no alcanzaron a ser bautizados), el 31 de octubre a los niños, el 1 de noviembre a las de los adultos y, finalmente, el 2 de noviembre las familias llevan flores al panteón y dejan encendidas velas para permitir a las almas encontrar su camino hacia su nuevo hogar. El tiempo de la celebración comienza mucho tiempo antes ya que es inevitable juntar lo necesario y dejar todo listo para la llegada de los difuntos.
Para celebrar a los muertos se erigen ofrendas o altares los cuales son diferentes de acuerdo a la región ya que cada una de ellas coloca sus platillos típicos como lo son tamales, mole, pan o frutas entre otros. Para esta ofrenda, en un lugar principal de la casa se coloca una fotografía del “muertito”; claro que si no se tiene se coloca una calaca de cartón, con el sombrero usado por el difunto y que se guarda para este fin junto a los objetos personales y más queridos como su guitarra, instrumentos de trabajo, los cigarros, la bebida preferida, etc.
Común en todas las ofrendas son cuatro elementos principales por su significado:
AGUA: quita la sed a las almas y las
refresca en su camino.
SAL: sirve para purificar su esencia.
FLORES: (como el cempasúchil) a través de
ellas se rinde homenaje y representan, por su color amarillo y naranja, al sol
y la luz que ayuda a las almas a no perder el camino cuando vienen.
VELAS: simbolizan las almas de los seres queridos.
Sobre los altares u ofrendas se colocan también otros elementos simbólicos como los arcos, colocados supuestamente para que las almas puedan entrar, o los zorros, como animales sagrados. Las ofrendas se acompañan también de otras tradiciones como son las calaveritas de azúcar con los nombres de las personas, o las llamadas “calaveras” que se escriben a las personas burlando de algún modo a la muerte.
Sobre los altares se encienden velas de cera, queman incienso en bracerillos de barro cocido, colocan imágenes cristianas: un crucifijo y la virgen de Guadalupe. Ponen retratos de los difuntos. En platos de barro cocido se colocan los alimentos: mole verde y rojo, calabaza de tacha, tamales, aguas frescas, todo esto lo adornan “calaveritas” de azúcar que llevan en su frente los nombres de los difuntos. No deben faltar los dulces de alfeñique de diversas formas, animales, canastitas de flores, cruces, etc. y las bebidas embriagantes y vasos con agua, jugos de frutas, panes de muerto, adornados con azúcar roja que simula la sangre. Como puede verse los altares se adornan de diferentes maneras de acuerdo con cada región, pero es
También el campo rinde culto a la muerte, pues en él se han sembrado multitud de semillas de flor de zempoaxochitl que florean para adornar las ofrendas; estas flores en jarros y floreros y simplemente formando guirnaldas son imprescindibles y representativos solo de esta fecha.
Un papel muy importante en las ofrendas es el “pan de muerto”, bizcocho adornado con formas de huesos hechos de la misma masa y espolvoreado con azúcar; resulta usual encontrarlos todo el mes de noviembre en las panaderías, las que por cierto están adornadas en estos días con pinturas efímeras en sus vidrieras y aparadores.
No deben faltar los cirios encendidos en recuerdo de los ausentes y el
copal quemándose en los sahumadores; esto es importante ya que son los aromas
los que atraen al alma que vaga.
WA: 2223703233
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