José Antonio Robledo y Meza
1867 es el año del fin del segundo Imperio encabezado por Maximiliano e inicio de la República Restaurada, según lo anunció El Monitor Republicano (16.06.1867). Año de inicio de un proceso político caracterizado por Edmundo O'Gorman como república-mestiza y, por lo tanto, de cancelación de sus contrapartes, los proyectos monárquicos criollos, extranjeros o indígenas.
1867 año que cierra el período de esfuerzos del Estado nacional mexicano para lograr desprenderse de España y Europa; año de liquidación de las varias formas de organización política que se habían ensayado y en el que la fuerza política tradicional más importante, la Iglesia católica, dejará de serlo debido a la indiscutible autoridad adquirida por el Estado civil.
El periodo 1867-1878 fue un período de redefiniciones en las intenciones políticas y, por lo tanto, de las actividades a ellas relacionadas. Lograda la expulsión de los franceses y con ello la derrota de los conservadores, Juárez quiso que las acciones militares -cotidianas durante toda la etapa independiente- fueran sustituidas por actividades político-ideológicas. Así lo indicó en su manifiesto triunfal del día 15 julio de 1867. Alcanzada la condición republicana había llegado el momento de responsabilidad para los mexicanos: construir la nación deseada en un ambiente de paz. Así lo manifiesta Juárez:
“Mexicanos: Hemos alcanzado el mayor bien que podíamos desear, viendo consumada por segunda vez la independencia de nuestra Patria. Cooperemos todos para poder legarla a nuestros hijos en camino de prosperidad, amando y sosteniendo siempre nuestra independencia y nuestra libertad”.
Muchos lo entendieron así, lo que explica la “fiebre asociativa”, el “desbordamiento de las logias masónicas”, la “proliferación de las sociedades de ideas”, la aparición de círculos espiritistas, de las congregaciones protestantes -metodistas, presbiterianas, congregacionalistas, bautistas, etc.-, y el surgimiento de organizaciones del artesanado en asociaciones de ayuda mutua-.
La confirmación de este interés por participar en la res publica se manifiesta claramente en la proliferación de publicaciones periódicas durante la década por venir. Entre los varios temas que ocuparon las planas de los periódicos están, por mencionar sólo los más recurrentes: las elecciones presidenciales, las reformas a la Constitución, la amnistía, la usura, la ópera, la importancia de los capitales extranjeros, el divorcio y la reconciliación entre las facciones liberales, las figuras de Juárez, González Ortega, Lerdo, Díaz, Barreda, Sierra.
Un tema de gran interés es la aparición en el debate sobre la convocatoria para elegir presidente de 1867 el concepto de “administración” en contraste con el de “política” que reaparece en 1877 en la crisis política del grupo de liberales y la aparición del periódico La Libertad.
Sin embargo, en abierta contradicción al ideal pacifista del régimen republicano se continuaron manifestando acciones bélicas durante todo el periodo; por lo menos treinta y cinco insurrecciones durante el lapso comprendido entre 1868 y 1876.
Varios fueron los elementos que debemos considerar para comprender la posposición de la paz: el rompimiento de la alianza, en torno a Juárez, entre los grupos liberales a raíz de la convocatoria a elecciones y el plebiscito sobre reformas constitucionales emitidos el 14.08.1867 y que no fueron aceptadas en varios estados como Puebla, Chihuahua, etc.; el juicio a González Ortega y el asesinato de José María Patoni; la petición de poderes extraordinarios solicitada al Congreso por Juárez y su apoyo a Lerdo; el rompimiento con Lerdo a raíz de los resultados de las elecciones en 1872 en que Díaz pierde; la campaña permanente de Díaz contra la reelección -de Juárez primero (Plan de la Noria) y Lerdo después (Plan de Tuxtepec).
No menos importantes fueron las rupturas en el nivel federal, entre otros, los cambios en la jefatura del gobierno nacional y jefaturas estatales. Entre los primeros, el cambio de poderes de Juárez a Lerdo y de éste a Díaz. Entre los segundos, los cambios en Puebla: Juan N. Méndez es sustituido por Rafael J. García. Tal estado de cosas fue desplazando el ideal de libertad por el de orden y el inicio de un gobierno autoritario encabezado por Díaz.
Con Juárez electo constitucionalmente, el 2 de diciembre de 1867 Porfirio Díaz inicia una campaña contra Juárez; lo acusa de traidor, reaccionario y mocho.
En tales circunstancias, en 1878, a dos años de la toma del poder por Díaz, se demanda la reconciliación entre las facciones liberales en pugna -juaristas, lerdistas, iglesistas y porfiristas. Se erigieron nuevos frentes en donde se ventiló la pluralidad de la sociedad mexicana: la Sociedad León XIII, la Sociedad católica de Auxilios Mutuos y la primera manifestación utópica socialista “La ley del pueblo” desde las páginas del periódico poblano La Revolución Social y la pluma de Alberto Santa Fe.
La derrota militar de los grupos conservadores y su ineficiente actividad política permite al juarismo iniciar su conversión en el mito político unificador de la nación mexicana.
Lecturas recomendadas:
Edmundo O'Gorman, 1969, La supervivencia política novo-hispana. Reflexiones sobre el monarquismo mexicano, México, Fundación Cultural de Condumex.
Benito Juárez, 1964-72, Documentos, discursos y correspondencia, vol. 12. (Comp. Jorge L. Tamayo). México, Secretaría del Patrimonio Nacional.
Daniel Cosío Villegas, 1959, Historia moderna de México, la República Restaurada, vida política, México, Hermes.
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