5 de febrero de 2018: 101 años de la Constitución de 1917
¿Momento de una gran reforma?
José Antonio Robledo y Meza
robledomeza@yahoo.com.mx
Para Carlos Meza Valenzuela, Jorge Lerín Valenzuela y Raymundo García García, con quiénes compartí estimulantes momentos de reflexión en torno a temas constitucionales.
Día de la constitución. Frente a las campañas políticas parece no ser un tema de actualidad. Sostengo qué es una cuestión que en estos momentos nos ayudaría a levantar la mirada y plantear propuestas argumentadas frente a las trivialidades de los candidatos a ocupar los cientos de cargos de representación “popular”.
La discusión en torno a todos los aspectos alrededor de la Constitución es un tema relevante para las condiciones actuales; es un tema de actualidad que hunde sus raíces muy lejos y que ha sido motivo de reflexión, temor y esperanza para la familia mexicana durante su evolución.
Las personas con las que platico cotidianamente tienen presente que esta conmemoración alude al fin de un proceso y el inicio de otro. Los intentos de fundar una sociedad terrenal –mejor que la existente- es lo que ha llevado a los mexicanos a realizar esfuerzos para darse una constitución. Una constitución que se leía como una promesa que anunciaba un fin: la mejora de la sociedad para beneficio de quienes la constituimos.
Hoy estamos viviendo una realidad conformada con nuestras propias esperanzas y propuestas entre las que destaca la recuperación del principio de la Soberanía Nacional; realidad también conformada con nuestros propios miedos y terrores: crecimiento de la pobreza -material e intelectual-, ausencia de autoridades legítimas en todos los terrenos, ausencia de liderazgos que inspiren la superación de la mediocridad reinante, degradación del lenguaje que impide la coordinación política, etc. Frente a esto, se derivan las siguientes preguntas que pediremos -a quienes nos leen- intentar esclarecer y, entre todos, definir una agenda ciudadana.
Un poco de historia.
La actual Constitución tuvo como precedentes a la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, de 1857, y ésta, a su vez, fue precedida por cinco leyes fundamentales (El Acta Constitutiva de la Federación y la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824; Las Siete Leyes Constitucionales, de 1835-1836; las Bases Orgánicas de la República Mexicana de 1843 y el Acta Constitutiva y de Reformas, de 1847) Anterior a éstas se organizó el Estado teniendo como base la Constitución de Cádiz de 1812, los Sentimientos de la Nación de José María Morelos, de 1813 y el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, o Constitución de Apatzingan, de 1814.
En total nueve documentos constitucionales. ¿Qué se intentaba constituir? Nada más y nada menos que el Estado Mexicano fundado hace 150 años, en 1867 y cuya efemérides pasó desapercibida.
Llama la atención que entre 1813 a 1856 (46 años) hubo nada menos que siete constituciones y de 1857 hasta la fecha (148 años) solamente dos. Si unimos a esto que entre 1824 y 1867 (43 años) hubo 54 gobernantes y que de 1867 a 1811 (44 años) hubo 8 presidentes, entonces surge la interrogante en relación a la estabilidad política alcanzada en la república. He dicho república y esto no es trivial como tampoco lo es que se pensara ésta como federal, democrática y con división de poderes.
Debemos convenir que el concepto de Estado es de suyo una abstracción. Sin embargo las sociedades recurren a ella para organizar la convivencia de acuerdo a principios y fines compartidos. Los principios del Estado no son pues una abstracción sino producto de la razón política de quienes acuerdan convivir para lograr ciertos fines y según esos principios fundamentales.
Algunas preguntas a manera de conclusión.
¿Para qué los mexicanos decidimos construir nuestra historia a partir de darnos un código normativo máximo llamado Constitución? ¿Para qué fines nos hemos reunido y nos hemos dado principios fundamentales? ¿Es pertinente discutir una gran reforma o promulgación de una nueva Constitución? ¿Qué es una Constitución y cuál debe ser su función? ¿Qué debe contener la Constitución? ¿Es necesaria una gran reforma constitucional? Si hay que reformarla ¿en qué sentido (para qué)? ¿Cuáles son las virtudes que hay que conservar? ¿Cuáles los aspectos que deben modificarse o eliminarse? Si es necesaria una nueva Constitución ¿cómo llegaremos a definirla y qué debe perseguir prioritariamente?
Termino con una pregunta más: ¿qué es ser mexicano hoy día?
¿Momento de una gran reforma?
José Antonio Robledo y Meza
robledomeza@yahoo.com.mx
Para Carlos Meza Valenzuela, Jorge Lerín Valenzuela y Raymundo García García, con quiénes compartí estimulantes momentos de reflexión en torno a temas constitucionales.
Día de la constitución. Frente a las campañas políticas parece no ser un tema de actualidad. Sostengo qué es una cuestión que en estos momentos nos ayudaría a levantar la mirada y plantear propuestas argumentadas frente a las trivialidades de los candidatos a ocupar los cientos de cargos de representación “popular”.
La discusión en torno a todos los aspectos alrededor de la Constitución es un tema relevante para las condiciones actuales; es un tema de actualidad que hunde sus raíces muy lejos y que ha sido motivo de reflexión, temor y esperanza para la familia mexicana durante su evolución.
Las personas con las que platico cotidianamente tienen presente que esta conmemoración alude al fin de un proceso y el inicio de otro. Los intentos de fundar una sociedad terrenal –mejor que la existente- es lo que ha llevado a los mexicanos a realizar esfuerzos para darse una constitución. Una constitución que se leía como una promesa que anunciaba un fin: la mejora de la sociedad para beneficio de quienes la constituimos.
Hoy estamos viviendo una realidad conformada con nuestras propias esperanzas y propuestas entre las que destaca la recuperación del principio de la Soberanía Nacional; realidad también conformada con nuestros propios miedos y terrores: crecimiento de la pobreza -material e intelectual-, ausencia de autoridades legítimas en todos los terrenos, ausencia de liderazgos que inspiren la superación de la mediocridad reinante, degradación del lenguaje que impide la coordinación política, etc. Frente a esto, se derivan las siguientes preguntas que pediremos -a quienes nos leen- intentar esclarecer y, entre todos, definir una agenda ciudadana.
Un poco de historia.
La actual Constitución tuvo como precedentes a la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, de 1857, y ésta, a su vez, fue precedida por cinco leyes fundamentales (El Acta Constitutiva de la Federación y la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824; Las Siete Leyes Constitucionales, de 1835-1836; las Bases Orgánicas de la República Mexicana de 1843 y el Acta Constitutiva y de Reformas, de 1847) Anterior a éstas se organizó el Estado teniendo como base la Constitución de Cádiz de 1812, los Sentimientos de la Nación de José María Morelos, de 1813 y el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, o Constitución de Apatzingan, de 1814.
En total nueve documentos constitucionales. ¿Qué se intentaba constituir? Nada más y nada menos que el Estado Mexicano fundado hace 150 años, en 1867 y cuya efemérides pasó desapercibida.
Llama la atención que entre 1813 a 1856 (46 años) hubo nada menos que siete constituciones y de 1857 hasta la fecha (148 años) solamente dos. Si unimos a esto que entre 1824 y 1867 (43 años) hubo 54 gobernantes y que de 1867 a 1811 (44 años) hubo 8 presidentes, entonces surge la interrogante en relación a la estabilidad política alcanzada en la república. He dicho república y esto no es trivial como tampoco lo es que se pensara ésta como federal, democrática y con división de poderes.
Debemos convenir que el concepto de Estado es de suyo una abstracción. Sin embargo las sociedades recurren a ella para organizar la convivencia de acuerdo a principios y fines compartidos. Los principios del Estado no son pues una abstracción sino producto de la razón política de quienes acuerdan convivir para lograr ciertos fines y según esos principios fundamentales.
Algunas preguntas a manera de conclusión.
¿Para qué los mexicanos decidimos construir nuestra historia a partir de darnos un código normativo máximo llamado Constitución? ¿Para qué fines nos hemos reunido y nos hemos dado principios fundamentales? ¿Es pertinente discutir una gran reforma o promulgación de una nueva Constitución? ¿Qué es una Constitución y cuál debe ser su función? ¿Qué debe contener la Constitución? ¿Es necesaria una gran reforma constitucional? Si hay que reformarla ¿en qué sentido (para qué)? ¿Cuáles son las virtudes que hay que conservar? ¿Cuáles los aspectos que deben modificarse o eliminarse? Si es necesaria una nueva Constitución ¿cómo llegaremos a definirla y qué debe perseguir prioritariamente?
Termino con una pregunta más: ¿qué es ser mexicano hoy día?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario