¿México es un hogar?
José Antonio Robledo y Meza
Jesusita. —¡Ya ves, hija, la vida es un soplo!... Elena Garro, Un hogar sólido
Reza la Wikipedia que la palabra “hogar” se usa para designar a un lugar donde una persona o grupo de personas habita, creando en ellas la sensación de seguridad y calma. Dicho lo anterior preguntémonos si México es un hogar. ¿En verdad vivimos bajo el incondicionado imperio de la solidaridad? ¿Qué hacemos para consolidar las relaciones amistosas? ¿Los que formamos parte del “pueblo mexicano” nos sentimos satisfechos con el estilo de vida –hábitos y costumbres- que tenemos? ¿Acaso los mexicanos hemos iniciado el camino para constituirnos en un espectacular pueblo? ¿Nuestras decisiones se han concretado en un mejor gobierno? ¿De dónde emanará la posibilidad de continuar con la trasformación iniciada? ¿Acaso de aquellos que se sentían privilegiados con estado de cosas existente? ¿Las instituciones nacionales responden a las exigencias del momento? ¿Hacia dónde vamos? Estas preguntas nos obligan a cuestionarnos ¿qué somos?, y ¿cómo es que llegamos aquí?
Conformarse con estar aquí y ahora y no pensar en qué tenemos que hacer para modificar tan precaria condición humana, no es una racional actitud. Es irrisorio creer que el sistema escolar por sí solo pueda alterar esta tendencia con su propuesta de “Nueva Escuela Mexicana”. Pero si esto es así ¿qué tenemos que hacer? ¿En qué debemos ocuparnos para no solo llenar el tiempo libre con solo escolarización, diversión, deporte y sexo?
Nuestro medio es representativo de épocas donde se manifestó un gran desgano para pensar. Hoy se privilegian las respuestas dadas en el pasado y se rehúye el trabajo intelectual para formular las preguntas que el presente requiere para comprender el mundo y transformarlo. El progreso de la ciencia y la tecnología y la correspondiente marcha de la “filosofía” —que en buena parte son sólo comentarios de autores y de textos— requiere de nuevos esfuerzos para pensar.
Intentemos pensar a partir de la siguiente pregunta. ¿México es un hogar? Para algunos la respuesta es sí; otros lo niegan y unos terceros suspenden el juicio.
Leer la obra de Elena Garro es un permanente estímulo para pensar, y pensar si México es un hogar. Pensar esto último es una cuestión que salta a cada rato en la obra de Elena. Esta es una pregunta que nos hace sentirnos perplejos, confundidos. Y eso es bueno porque la perplejidad y la confusión nos obliga a redoblar nuestra actividad intelectual. Sentirnos perdidos nos hace buscar y reflexionar mejor. Estas reflexiones nos obligan a abrirnos a la naturaleza misteriosa de las cosas, a quitarnos las suposiciones más arraigadas. Acaso ¿no es extraña nuestra presencia en el mundo? ¿No es extraño el que nos demos cuenta de que nos damos cuenta?
Perdidos en nuestros propios sentimientos de seguridad, debemos redescubrir la actitud infantil de cuestionarlo todo. De hacerlo así pronto nos daremos cuenta que sin cuestionamientos la comprensión no progresa- Es importante que nuestra búsqueda ayude a mejorar la comprensión de nuestra propia condición. Con este propósito volvamos a la pregunta inicial: ¿México es un hogar?
Hay tres posibles posturas.
Primera postura: afirmar que México si es un hogar. Con esta respuesta surgen dos cuestiones: ¿Qué se afirma? ¿Qué se cree?
Segunda postura: México no es un hogar. ¿Qué se niega? Si para negar es necesario presuponer la existencia de México. ¿Qué se presupone?
Tercera postura: no hay pronunciamiento, ni se afirma ni se niega, se suspende el juicio. ¿Qué pruebas se requieren para que haya un pronunciamiento?
El análisis hasta ahora realizado nos conduce a otras cuestiones también importantes ¿Qué creo yo? ¿Creo en la existencia de México como un hogar? ¿Qué significa la afirmación “creo que México existe como hogar
En una próxima colaboración seguiremos reflexionando al respecto y, tal vez, encontremos algunas respuestas
robledomeza@yahoo.com.mx
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