La presentación estética de
las candidaturas políticas
José Antonio Robledo y Meza
En esta ocasión abordaremos la ontología de la política. De la política se avanza al discurso que de ella se ocupa (la filosofía de la política es siempre posterior con respecto a su objeto, la política). Será por lo tanto la política la que, en un primer momento, nos presente la coalición de partidos político que son el instrumento. La presentación es colectiva, sensible, «estética», tras la cual vendrá una presentación de tipo conceptual y discursiva que nos permitirá proponer una definición de instrumento, de coalición de partidos. Posteriormente nos abocaremos en torno a la escritura de la coalición-instrumento y la relación entre el programa y la interpretación de los candidatos.
Cuatro son los tipos de presentaciones: visual, técnica, discursiva y estética. Presentar es hacer presente algo en la mente de un tercero. La noción de presentación tiene a la vez un carácter fenomenológico (noción de presencia) y social (relación entre una instancia que presenta; un programa-ideas y una persona que lo presenta (candidat@); y un tercero al que se presenta (el electorado).
La instancia que presenta es al mismo tiempo un individuo (la o el candidat@), y una entidad (la coalición que presenta las propuestas de los candidatos); el objeto que se presenta puede ser una cosa material (la coalición que presenta a potenciales electores a sus candidatos, con sus características, etcétera), unas ideas (los candidato que presentan sus propuestas durante un mitin, una entrevista, etc.), una persona (cuando un representante del partido presenta a un candidato), e incluso una persona que se presenta a ella misma. Cualquiera que sea la presentación política ésta debe provocar una dinámica social e intelectual intensa.
La «presentación estética» es cuando se presenta un objeto a
alguien que no lo conoce principalmente de tres formas: 1) mostrándoselo
(presentación visual), 2) haciéndole una demostración (presentación técnica: se
le enseña cómo funciona y se le deja manejar) o también 3) explicándole lo que
es y cómo funciona. Estas tres formas de presentación no son excluyentes entre
sí. No sirve de mucho enseñar una candidatura sin decir ni una palabra sobre ella
ni dejándolo percibirlo: no resulta fácil explicar lo que es una candidatura sin
mostrarla (o sin mostrar al menos su imagen, un dibujo, una fotografía). Esta
triple presentación, visual, técnica y discursiva, se aplica a todas las candidaturas.
De este modo puede presentarse una candidatura mostrándola, explicando sus particularidades
técnicas, su funcionamiento, su manejo, y dejándolo probar. Esta triple
presentación es habitual en las campañas electorales, entre los promotores de
votos, etcétera. Los promocionales de candidatos recurren, a la presentación
visual y discursiva, ¡sin permitir que se toquen los candidatos! Pero los promocionales
dejan escuchar a los candidatos expuestos: a la presentación visual se le añade
una presentación sonora. La presentación discursiva de una candidatura puede a
veces producirse independientemente de las presentaciones
visual y técnica (como ocurre en una mesa de análisis, la presentación de
biografías, una entrevista a alguien que le conozca, etcétera).
Una muy importante cuarto tipo de presentación, es la «presentación estética» en referencia a una distinción kantiana (Immanuel Kant, Crítica del juicio) que parece muy pertinente considerar. Hay dos modos de componer los pensamientos en la presentación: uno, llamado manera (modus aestheticus), el otro, llamado método (modus logicus), diferenciándose uno de otro en que la primera no tiene otra medida que el sentimiento de la unidad en la exposición, y el segundo en que sigue determinados principios. Para la política deben emplearse los dos
La manera, que constituye el «modo estético» procede por el sentimiento, y el método, que constituye el «modo lógico» y procede por principios. En un programa político las ideas intelectuales se componen, articuladas unas con otras a partir de un método basado en principios racionalmente explicables y demostrables; en la presentación personal de una candidatura, las ideas estéticas se componen a partir de una manera definida por el «sentimiento de unidad». Las «ideas estéticas» son de carácter sensible y no lógico, de la misma forma que el método conviene a la exposición de los conceptos y las proposiciones intelectuales.
Manera y método corresponden a dos esferas diferentes, estrechamente vinculadas donde la esfera intelectual (lógica) que le corresponde el método, acompaña a la esfera sensible (estética) que le corresponde. Una candidatura debe hacer tanto una presentación discursiva como una presentación estética.
No debemos olvidar que toda práctica política depende de ciertas condiciones (económicas, políticas, técnicas, ideológicas), sigue ciertas reglas y se sirve de ciertos materiales. La mayor parte de las veces la acción política escamotea tales condiciones, reglas y materiales (según el principio de que «la política se oculta a sí misma»). Pero lo que sucede, muy al contrario, es que toda acción política siempre muestra determinados materiales, reglas o condiciones (cuando se expone, por ejemplo, la figura del mecenazgo en el proyecto económico). Eso es lo que se llama una «presentación estética» de una o varias condiciones en el ámbito político. Se produce una presentación estética cuando la actuación de una candidatura trae explícitamente a la mente del potencial votante la totalidad o una parte de las reglas, materiales o condiciones de existencia de la candidatura.
Todo lo anteriormente
expuesto nos ayudará -próximamente- a analizar las campañas políticas de
quienes compitan por la presidencia en México, sus programas y las percepciones
que produzcan en los potenciales electores. Y con ese análisis poder diagnosticar
las virtudes y limitaciones de las dos coaliciones y con ello explicar por qué,
una de las coaliciones resultó ganadora.
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