viernes, 31 de enero de 2025

La democracia ¿ideal o utopía?

La democracia ¿ideal o utopía?

José Antonio Robledo y Meza

 

Son tres los conceptos que se trenzan en la discusión sobre la democracia: soberanía popular, igualdad y autogobierno, siendo el de soberanía del pueblo la hebra principal. El pueblo es soberano en la medida en que todos son igualmente soberanos (una soberanía desigual implicaría que una parte del pueblo es soberana y que otra parte no lo es; de aquí que son inaceptables, la discriminación, el clasismo, el racismo…), y quien es soberano no es el objeto (algo a que se orienta la actividad cognoscente y de otra índole del sujeto), sino el sujeto (el individuo o grupo social actuante y cognoscente, poseedor de conciencia y voluntad) del gobierno, de ahí el autogobierno.

Estos tres conceptos pueden concebirse de dos formas distintas: o descriptivamente o normativamente (deontología). Desde el punto de vista descriptivo a) La soberanía popular es poco más que un principio de legitimidad; b) la igualdad puede reducirse a un igual derecho al voto. Y c) el autogobierno se circunscribe a la microdemocracia.

Desde el punto de vista normativo (deontología) las cuestiones son un poco más complicadas. No es posible discutir fructíferamente ni emplear los conceptos de soberanía popular, igualdad y autogobierno, a menos que establezcamos simultáneamente otras dos cuestiones: a) ¿qué son los ideales normativos? y b) ¿cuál es la naturaleza, función y propósito de los ideales?

¿Qué es un ideal?

Analicemos en torno a esta cuestión utilizando como ejemplo la discusión sobre la igualdad. Para Jefferson era: “todos los hombres han sido creados iguales” (verdad evidente). Esta proposición está sintácticamente construida como una afirmación de hecho. Sin embargo, tan sólo puede defenderse si se vuelve a formular prescriptiva o normativamente: “Considerarás a todos los hombres como si hubieran sido creados iguales” (exhortación). A las objeciones sobre este principio debe responderse correctamente que no es por la vía de los hechos sino de los valores.

La igualdad es un principio valorativo que impone dos normas de conducta tales como el deber de reconocernos a nosotros mismos en el otro; o que debemos tratar a los otros como nuestros iguales, no como nuestros inferiores. El aserto “los hombres no son iguales” puede ser aceptado por un demócrata, porque no constituye una objeción.

¿Naturaleza y función de los ideales?

El perfeccionista toma a los ideales por lo que no son e intenta maximalizar los ideales sin controlarlos. El perfeccionismo (hiperidealismo) se ha desarrollado en dos vías a) El paso de un perfeccionismo contemplativo a un “perfeccionismo activo” y b) por la desaparición del sentido de “lo imposible”.

El perfeccionismo activo es el paso del deseo o diseño de un mundo ideal (contramundo ideal) al activismo perfeccionista. Es el paso de la filosofía a la política. Platón, en su doctrina del estado de naturaleza (que a través de la Edad Media recogió Rousseau) proporcionó un parámetro ideal no sólo para valorar el mundo real, sino también (en su desarrollo de los derechos naturales) para el establecimiento de valores en el mundo real. En ambos casos, se descubrió un estado de perfección, que coincidía con un estado de contemplación. En el caso de Platón la solución era el rey-filósofo. En cuanto al estado de naturaleza la solución era recobrar el paraíso perdido. El rey-filósofo se transformó en el filósofo-revolucionario de Marx. El filósofo revolucionario sabe que la acción revolucionaria es la que hace lo real. Con Marx el perfeccionismo deja de ser intelectual y el activismo perfeccionista entra en la política.

La otra vía que conduce al perfeccionismo radica en la desaparición del sentido de “lo imposible”. El perfeccionismo avanza a medida que los imposibles retroceden. Y de esto da cuenta la alteración del significado del concepto de utopía. Para Tomás Moro, el inventor del concepto- la utopía denotaba un mundo inexistente. El utópico desea su mundo perfecto pero no cree en su realización. Lo que distingue a la utopía del “mito” y del “idealismo” es que un estado de cosas utópico no se encuentra en ninguna parte, sino además en ningún tiempo, en ningún futuro. La utopía es inexistente en tanto que es un imposible.

Varios pensadores han colaborado en el proceso de destrucción del concepto de utopía (destrucción de la correspondencia entre la palabra y su función significadora): a) Karl Mannheim: es un estado del espíritu que “trasciende” la realidad existente en una dirección revolucionaria. Lo específico aquí es la “función revolucionaria”. Lo que trasciende la realidad en un sentido conservador es según Mannheim “ideología”; Oscar Wilde: “el progreso es la realización de las utopías”; Alfonso Lamartine: “es posible que las utopías de hoy se conviertan en las realidades del mañana”; c) Karl Mannheim: “las utopías son con frecuencia sólo verdades prematuras”; d) Hebert Marcuse: “el camino real al socialismo puede proseguir desde la ciencia a la utopía y no desde la utopía a la ciencia”. Esta manipulación de los significados y de las definiciones anteriores se puede probar cualquier cosa y, por lo tanto, eliminamos de nuestro vocabulario político un término que significa lo irrealizable.

Dicho lo anterior cabe la pregunta; ¿la Cuarta Trasformación es una utopía o un ideal? Esta pregunta la responderemos en nuestra siguiente colaboración.

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lunes, 27 de enero de 2025

Monarquía o república. El camino hacia la soberanía popular

Monarquía o república. El camino hacia la soberanía popular.

José Antonio Robledo y Meza


La segunda trasformación de México

No pocas sorpresas le esperan para quien se asoma a la historia de México, sobre todo al siglo XIX. Una de esas sorpresas es que antes de 1867, año del triunfo de la república, México no tenía la estructura de un verdadero Estado. La construcción del Estado mexicano corrió a la par de dos ideas: la imperial y la republicana. En 1821 se inicia con el llamado Primer Imperio de Agustín de Iturbide. Es en este momento que se constituye el inicio de la disputa del ser de México. Dos tendencias rivales disputaron sobre la forma política y social que debía regir a México. Es, en términos filosóficos, un gran debate ontológico secular. Ambas tendencias tuvieron como origen el monarquismo -uno absoluto, el otro constitucional- formarán parte de las opciones insurgentes; una tendencia se inclinará por el monarquismo liberal que mutará al federalismo y, posteriormente, al republicanismo. La otra corriente optará por el monarquismo absoluto-y el centralismo conservando la idea imperial que aun bajo el mando de administraciones federalistas, no dejó de argumentar a favor del sistema monárquico.

El republicanismo se consolidará con dos revoluciones: la de Ayutla (1854) y la de Reforma (1858-1861). 1858 significó un momento decisivo de la historia de México, fue el inicio de una guerra sin posibilidad de transacción. Las dos fuerzas antagónicas tuvieron conciencia de la magnitud de la contienda y de su importancia. El saldo de la guerra de Tres Años fue favorable para los reformistas. Los juaristas pusieron las bases de una sociedad civil al dictar las Leyes de Reforma.

Según Edmundo O’Gorman, la importancia de las Leyes de Reforma radicó en su ataque al poder político y social del clero al mismo tiempo que iba dirigida también contra las costumbres, los hábitos, los privilegios y, más profundamente, contra el modo de vivir y de pensar de la mayoría de los nacidos en el territorio hoy conocido como México. Juárez encabezó una revolución secundada por el esfuerzo de una minoría muy audaz y muy resuelta. Y vuelvo a repetir, el gran mérito juarista fue el realizar una obra sobreponiéndose al deseo de la mayoría, enfrentándose a viejos hábitos, destruyendo creencias seculares. La actitud de Juárez y los liberales iba en contra del sentimiento de la mayor parte de los mexicanos.

Sin embargo, esta victoria condujo a una dictadura, la que, contradictoriamente, devendrá en el siglo XXI, pasando por la dictadura unipersonal de Porfirio Díaz y la dictadura del Partido Revolucionario Institucional, en el movimiento llamado Cuarta Trasformación que es la expresión política de un movimiento cuyo fundamento es la Soberanía del Pueblo y cuya intencionalidad es la construcción de una Nueva República, liberal, democrática y justa socialmente.

La Cuarta Trasformación es una parte del camino que conduce a la conformación de una autoridad política frente a los autoritarismos propuestos como horizonte. Si el equipo de Juárez actúo contra el sentimiento de la mayor parte de los habitantes, la Cuarta Trasformación está orientada por los intereses y deseos de la mayoría de los mexicanos.


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lunes, 20 de enero de 2025

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y el Plan México.

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y el Plan México.

José Antonio Robledo y Meza

 

En el lema de la BUAP “Pensar Bien, para Vivir Mejor” aparecen dos los verbos: “pensar” y “vivir”. La primera parte del lema “Pensar Bien” apunta hacia el campo de la filosofía de la naturaleza y la segunda “Para Vivir Mejor” apunta hacia la filosofía del valor. Establecer la relación entre la filosofía de la naturaleza y la filosofía del valor nos obliga a pensar en las relaciones entre tres grandes entidades: el Universo, la Naturaleza y el Humán. Estas relaciones nos permiten vincular estratégicamente a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)  con el “Plan México” y sus compromisos con el desarrollo sostenible y la justicia social. Esto último, nos obliga llamar la atención sobre una intencionalidad que va más allá de una simple estrategia económica.

Esta visión a largo plazo nos plantea el reto de superar los humanismos ingenuos -presentados como filosofías cósmicas- construyendo el humanismo mexicano necesario para mejorar las condiciones existentes en México y el mundo, disminuir la pobreza y la desigualdad (meta 13 del Plan México). En relación a la meta 9 de dicho plan, la formación de 150 mil profesionistas y técnicos al año, la BUAP puede y debe embarcarse en la formación de recursos humanos en sectores estratégicos como el educativo, el automotriz, el aeroespacial y el electrónico.

Dicha intención nos obliga a trabajar para que se conjunten la academia, la sociedad civil, el gobierno, la industria y el medio ambiente.

En otro asunto y conforme al Programa Nacional de Actividades Espaciales son muchos los beneficios que nos ofrece la tecnología espacial, directa o indirectamente. Directamente, en nuestra vida cotidiana hace posible la supervivencia a largo plazo de nuestra civilización y para preservar nuestro planeta. El cambio climático, el medio ambiente, la prevención de desastres naturales (inundaciones, huracanes, incendios) y la información meteorológica.

En observación de la tierra, el monitoreo de las condiciones que se tienen en diferentes regiones del país es una necesidad que cada vez resulta vital para áreas como la seguridad nacional, sustentabilidad alimentaria, gestión de acciones en mitigación de desastres por fenómenos naturales y caracterización de los efectos del cambio climático.

En las telecomunicaciones, los servicios para seguridad nacional son fundamentales y el desarrollo digital permite una gran variedad de servicios de radiodifusión y amplias posibilidades de cobertura de diversos servicios de banda ancha tanto en zonas urbanas como rurales, junto con los sistemas de navegación que facilitan el tránsito de todo tipo de vehículos, especialmente de ambulancias, policías y bomberos, son fundamentales para mejorar los niveles de bienestar de la población. Indirectamente, se tienen beneficios en las tecnologías de computación, productos de consumo, energía, medicina, productividad industrial, tecnología de manufactura, microelectrónica y transporte, entre otros. Todo ello, contribuye a la generación de empleos y a la creación de empresas de base tecnológica. fortalece la cooperación internacional al realizar proyectos conjuntos, intercambio de información y de expertos. Nos ofrece la posibilidad de realizar innovaciones en el estado del arte, favoreciendo el desarrollo de la industria nacional.

Tomando en cuenta el objeto de la Agencia Espacial Mexicana y sus atribuciones de impulsar, promover, realizar y apoyar actividades espaciales de interés y beneficio para el país, los proyectos que se deriven del Programa Nacional de Actividades Espaciales, incluirán la participación de los diversos actores y en consecuencia de recursos interinstitucionales (dependencias gubernamentales, sector académico, sector privado, sector social y organismos internacionales).

En la BUAP debemos de aprovechar toda la experiencia que hemos ido acumulando en la formación de recursos humanos en los campos de las ciencias, las ingenierías y las humanidades para avanzar por el camino del desarrollo sostenible y la justicia social acompañando activamente al Plan México y en conjunción de esfuerzos con la Agencia Espacial Mexicana.

 

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viernes, 10 de enero de 2025

Las amenazas y el temor de Donald Trump

Las amenazas y el temor de Donald Trump

José Antonio Robledo y Meza

 

El temor tiene una doble acepción: por una parte, como el sentimiento de rechazo de cosas consideradas peligrosas, o por la otra, como el de presunción o sospecha de que suceda algo contrario a lo que se desea. En ambos casos, se encontraría que el temor vendría referido al futuro, esto es, al recelo de un daño futuro.

Trump pretende manipular mediante el temor provocado por sus amenazas que considera necesarias medidas extremas, en “defensa propia”.

Trump quiere provocar temor, porque tiene temor y con él un grupo de individuos que manifiestan un profundo temor a la creciente democratización en el mundo. Aduce preocupación por su seguridad y para ello amenaza con expandirse territorialmente hacia Canadá y Groenlandia. Entienden que la expansión, la expulsión de migrantes y la construcción de un muro que lo separe de México, es el camino hacia su seguridad.

Y la manifestación reiterada de Trump de “recuperar la grandeza de los Estados Unidos” revela el profundo temor a seguir sufriendo derrotas morales a lo largo del mundo debido a su afán de doblegar a los “otros” por medio de la violencia. Se trata de establecer el predominio de sus intereses por sobre las bases de la violencia, el dolor y el derramamiento de sangre”.

Profundo temor revela el proyecto de alejar o eliminar a quienes no se parecen a ellos.

Debajo de ese temor está el marco teológico y retórico falso del “destino manifiesto”, de que la misión de los Estados Unidos era redimir al mundo difundiendo sus ideales y estilo de vida. Los problemas internos no resueltos han hecho que la utopía se haya trastocado en la distopía de una sociedad que ha perdido la fe en su propia cultura y que, por lo tanto, ha perdido su identidad y unidad.

La política de Trump esta fincada no en la persuasión, el argumento y el debate razonado sino en la imposición y la violencia. La democracia es el principal enemigo de Trump y lo que representa, eso se revela al rechazar todo lo que suene diferente a su propia voz. Trump quiere que, mediante sus gesticulaciones y amenazas, las poblaciones se acurruquen bajo el paraguas de la discriminación y la violencia.

Y son las gesticulaciones y expresiones de Trump una clara muestra del profundo temor al presente y a la creciente democratización del mundo. Trump es fiel representante de quienes viven con el temor a perder sus privilegios.

Esos temores no son y no debemos hacerlos nuestros.

 

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martes, 7 de enero de 2025

La estructura de un mitologema eficaz

La estructura de un mitologema eficaz

José Antonio Robledo y Meza

 

La estructura del mitologema de la 4T está definida por el modo en que cada mexicano se relaciona con las autoridades que declaran lo que es cierto y lo que es falso del mundo y de los acontecimientos. En México, durante los últimos años, la autoridad política representada por Andrés Manuel López Obrador se plasmando en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Esta relación entre autoridad y creyentes se establece por medio de las creencias sobre cómo creer a quién. La diferencia se encuentra en cómo se escogen determinadas autoridades y en cómo se seleccionan sus instrucciones. En relación a los mitos y mitologemas, los individuos estarán siempre dispuestos a cambiar de creencias siempre y cuando estos cambios provengan de la autoridad legítimamente reconocida que, por lo regular, es una organización. En México el sistema de orientación simbólica que se encuentra en cada individuo y que forma parte de la colectividad llamado MORENA, fue en una primera etapa el Proyecto de Nación 2018-2024 y lo es, en una segunda etapa, el Proyecto de Nación 2024-2030.

De esta manera la racionalidad colectiva llamada 4T se definiría como elástica y permeable, esto es, un estado cognitivo en la cual se subordina a la información sustantiva siempre que esta provenga de la fuente legítima. Se confía solo en la autoridad reconocida.

Para explicar esta permeabilidad de la 4T se debe implicar otro elemento: la mitología como cultura. El centro de interés no sólo reside en las creencias de autoridad, y en las autoridades cognitivas, sino también en las creencias que presiden la codificación de las percepciones y de los mensajes. Se entra a la psicología de las formas en las cuales nuestra estructura cognitiva-simbólica ordena e individualiza aquello que procede del mundo exterior. Para los fines de este análisis las “formas de codificación” pertinentes son dos: el transformacionismo y el conservadurismo, entendidos como las matrices culturales aptas para explicar la presencia o ausencia de la característica “creyente o no de la 4T”.

En el agregado de creencias en torno a la 4T se pueden distinguir dos dimensiones: una cognitiva y la otra emotiva. Esta última varía en intensidad; puede ser sentido en forma apasionada o bien débilmente. La pasión implica necesariamente una obligación práctica –en ritos y cotidianamente- de proselitismo a favor de las creencias. Esta pasión desencadenada por la 4T y el Plan C pudo observarse por la excitación en el último proceso electoral del 2024.

En el México del siglo XXI el mitologema llamado 4T ha creado una ideología exitosa que a su vez ha sido generada por una mezcla exitosa de ideales y utopías: el mitologema mexicano llamado 4T está resultando un competidor históricamente importante frente a otras ideologías como el neoliberalismo.

 

La 4T como ideal de un mundo posible

La 4T como todo ideal parte de un mundo real de referencia, un mundo que se niega: el mundo neoliberal. Dos son las condiciones que la 4T ha cumplido para ser aceptada como ideal:

1) Está sustentada en los textos “Proyecto de Nación 2018-2024” y “Proyecto de Nación 2024-2030” que hablan del “mundo real” (sistema de interrelaciones en continua evolución y por lo tanto un sistema nunca máximo ni completo); este mundo es el de la Cuarta Trasformación que habla de un mundo posible (sistema incompleto y menor al mundo real), Este mundo posible en construcción a partir de la Soberanía del Pueblo es el de la Nueva República; el camino es el de la Cuarta Trasformación.

2) Debe constituirse en un conjunto de proposiciones a) que expresan un estado de cosas; b) que desencadenan un desarrollo de acontecimientos que dependen de las actitudes proposicionales de algunos que lo afirman, lo creen, lo sueñan, lo desean, lo prevén… Este conjunto de proposiciones tiene el nombre de Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. De aquí la importante tarea de reformarla.

Hace años no existían creyentes de la 4T y la tarea política consistió en crearlos. Y esta tarea se ha cumplido hasta ahora. Las pruebas del gran número de creyentes son los resultados electorales conseguidos a partir del recurso político llamado “mañanera”, un espacio que no solo informa, sino que también proporciona una cadena de argumentos, un discurso sobre evidencias históricas y que ha iniciado su organización en la doctrina del “Humanismo Mexicano”.

 

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domingo, 5 de enero de 2025

La Cuarta Trasformación un mitologema eficaz.

La Cuarta Trasformación un mitologema eficaz.

José Antonio Robledo y Meza

 

Tanto en esta como en la posterior reflexión abordaremos el tema de las creencias míticas y su relación con los comportamientos políticos en México. Durante las últimas tres elecciones electorales presidenciales (2012, 2018 y 2024) el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) incrementó su votación a más del doble, al mismo tiempo que, los partidos opositores la disminuyeron significativamente. En esta dialéctica entre MORENA y opositores destaca el hecho de que el abstencionismo se ha sostenido en aproximadamente el 38%.

Es a partir del 2018 que se empezó en México, y a través de “las mañaneras”, la trasformación del lenguaje político y por ende del lenguaje cotidiano. Frases emblemáticas fueron, por ejemplo, “por el bien de todos, primero los pobres”, “el pueblo pone y el pueblo quita”, “austeridad republicana”, “economía social”, “humanismo mexicano”. Se habló de “trasformación” en lugar de “revolución” y específicamente se empezó a dialogar en torno a la “Cuarta Trasformación (4T)”. A lo largo del 2024 se impulsó el “Plan C” Con la formulación de estas expresiones lingüísticas se inició el proceso de construcción de un nuevo mito unificador en México cuyo fundamento teórico es la “Soberanía del Pueblo”, la perspectiva ética es una “Nueva República” y la propuesta política es la construcción de la 4T.

Dicho lo anterior, una interrogante a responder es, ¿qué es lo que persigue la Cuarta Trasformación? Ya lo hemos dicho arriba: persigue la construcción de un Nueva República. Ahora bien, nuestro problema no tiene que ver con la verdad o no de las creencias en torno al mitologema de la 4T, sino sobre su eficacia. Así las cosas, nuestro referente no estará localizado en la dimensión gnoseológica de los conocimientos (proposicionales, prácticos o performativos, o directos) sino en la dimensión social-funcional de ciertos saberes expuestos narrativamente. Así las cosas, nuestro interés no es el mitologema como conocimiento sino como causa de una acción colectiva y social, esto es, el mitologema como acción política, como saber social. De esto último se habla cuando se discute sobre la 4T como parte de una “batalla cultural”.

El saber político está expresado en conductas culturales que existen como resultado de un trabajo colectivo. Por tanto, este tipo de creencias-comportamientos son algo más que la suma de creencias-comportamientos individuales.

Cuando los mitologemas se relacionan con las ideas, su análisis se enfoca en su génesis, sobre cómo aparecen, y la discusión se centra en la relación entre mitologema y verdad, sobre el valor epistemológico (o no) del mitologema. Cómo hemos dicho esta línea no la vamos a seguir aquí. ¿Por qué? Porque los mitologemas ya no son ideas -ideas sometidas a la jurisdicción de la lógica y el tamiz de la verificación-, sino más bien “ideas convertidas en palancas sociales”, ideas convertidas en utopías o ideales dirigidos a la acción. Los mitos, sus contenidos, no deben ser tratadas con fines epistemológicos, sino que, por el contrario, deben considerarse por su poder de persuasión (con fines de praxis). Esto es así porque si los mitos son ex-ideas (ideas-que ya-son no-ideas), es porque son “ideas que ya no son pensadas”, entonces se pone en evidencia la vinculación entre mito y conducta. Es en el contexto del mito-creencia donde mejor se entiende la estructura y la función del mito. Por estructura entenderemos el cómo creemos y por función entenderemos la eficacia, la efectividad de la creencia, esto es, la puesta en práctica de lo indicado por el mito.

Un mito es una subclase del “sistema de creencias” y un mitologema es una subclase del mito. Mientras que el “sistema de creencias- de una persona remite en efecto a un sistema político-religioso-filosófico-científico, etc.”, un “mito” es una estructura total y difusa; es así que el mito denota únicamente la parte política de un sistema de creencias que aquí bastará con definir como el sistema de orientación simbólica que se encuentra en cada individuo que forma parte de una colectividad (en nuestro caso MORENA) y que orienta su navegación en el mar de la política. El estado de creencia subordinado a un mito es un mitologema.

Así pues, un mitologema no es una idea ni una opinión. Las opiniones denotan un nivel epidérmico y voluble del discurso. Las ideas obligan a pensar, pertenecen al discurso del raciocinio y al nivel de la autoconciencia. Por el contrario un mitologema es creído, son creencias tenidas por ciertas y  que se dan por descontadas, y, por lo tanto, ampliamente exoneradas de inspección y revisión. Son creencias enraizadas en el subconsciente cuya función es la de economizar el pensar.

En este sentido el mitologema conocido como 4T está caracterizado por una ausencia de límites. Es un conjunto de creencias que “están juntas” en un cierto tipo de forma de concatenación y coagulación. Las creencias aglutinadas bajo el nombre de 4T no son ni deben ser coherentes ya que este es un atributo lógico mal aplicado al mitologema. Pueden ser incluso contradictorias. Basta una cierta forma de vínculo y de interdependencia funcional. Por ejemplo el éxito funcional del mitologema conocido como “Plan C” se manifestó al proporcionar a un grupo de mexicanos dos cosas: una identidad que produjo la unidad que lo llevó a la contundente victoria política-electoral del 2024, y que abrió la puerta para el segundo piso de la 4T.

En la siguiente reflexión abordaremos las características de la estructura del mitologema de la 4T.

 

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Metafísica feminista José Antonio Robledo y Meza   Dos son las preguntas que quiero resaltar: ¿Qué sabemos acerca de la condición femenina e...