Historia del escudo nacional mexicano
José Antonio Robledo y Meza
Virreinato
Durante los primeros años del virreinato algunos pobladores de la Nueva España adoptaron este símbolo. Como el símbolo del águila devorando una serpiente se generalizó bastante, el virrey don Juan de Palafox y Mendoza ordenó su desaparición quien consideró dicho símbolo como idolátrico y lo sustituyó por una imagen de la virgen.
Independencia
Durante la guerra de independencia, en la Junta de Zitácuaro, se decidió tomar como escudo de armas al águila coronada en la que se eliminó la serpiente, posada en un nopal y éste sobre un puente, y en la parte superior, alrededor del escudo propiamente dicho, una rama de laurel enlazada con otra de encino.
Primer imperio
1822-1823
Escudo utilizado durante el Primer Imperio Mexicano decretado el 7 de enero de 1822. Consta de un manto imperial en cuya cima posa una corona imperial y está sostenida por un lazo tricolor con el lema del imperio; en el centro del manto hay un blasón central basado en la leyenda de la fundación de México-Tenochtitlan que consta de un águila real —devorando una serpiente con las alas extendidas y portando una corona imperial— sobre un nopal que nace de una peña de un lago; en la parte superior del blasón central hay una corona sencilla de siete plumas, del centro y ambos lados hay un collar de la Orden de Guadalupe, y en la parte inferior hay dos ramas de laurel y olivo.
Al caer el imperio de Iturbide, el Congreso Constituyente de 1823, determinó: “Que el escudo sea el águila mexicana parada en el pie izquierdo sobre un nopal que nazca de una peña entre las aguas de la laguna y agarrando con la derecha una culebra en actitud de despedazarla con el pico y que orlen este blasón dos ramas, la una de laurel y la otra de encino, conforme al diseño que usaba el gobierno de los primeros defensores de la Independencia.” El águila de este escudo también estaba de frente, con las alas abiertas como si fuera a iniciar el vuelo y la cabeza hacia la izquierda. Como escudo a un águila coronada de frente y en la parte superior del escudo un penacho de siete plumas representando a los tlatoanis azteca.
1823-1835
Tras la derrota del Primer Imperio, el Congreso Constituyente de 1823 decretó un nuevo escudo caracterizado por un águila volteando a la derecha y sin la serpiente y la corona imperial (simbolizando el futuro carácter republicano que optaría la nación) y el agregado de dos ramas de laurel y olivo unidas por un listón rojo.
1835-1846
Con la proclamación de la República Centralista se cambió el escudo nacional para simbolizar el cambio de régimen político: el águila voltea a la izquierda y el listón es de color blanco.
1846-1863
Con la proclamación de la Segunda República Federal se reformó el Escudo para marcar el fin del centralismo. El águila vuelve a voltear a la derecha y tiene las alas extendidas; el nopal nace directamente de un listón tricolor que une ambos lazos.
Segundo Imperio
1863-1867
Escudo utilizado durante el Segundo Imperio Mexicano por el decreto del 20 de septiembre de 1823. El blasón consta de un águila parecido al de la Primera República Federal pero cuya peña es triple y no tiene lazos de laurel y olivo; su bordura es dorada. El timbre es una corona imperial de águilas doradas y una piña en la cima. Los tenantes son dos grifos cuya parte superior es negra e inferior es dorada. Detrás del blasón en sotuer hay una espada y un cetro. Debajo del blasón hay una cinta verde con el lema del Imperio. Maximiliano modificó dicho escudo en 1865: el águila sin corona está colocada dentro de un escudo detenido por dos leones rampantes y la corona aparece sobre el escudo. En los dos escudos de referencia, la cabeza del águila está volteada hacia la izquierda y en la garra derecha sostiene a la serpiente. Por deseo de la emperatriz Carlota, se le colocó al águila una piña estilizada en la cabeza, en lugar de la acostumbrada órbita imperial.
Tras el fin del Segundo Imperio se restaura el escudo utilizado con anterioridad por los federalistas.
1868-1880
Tras el fin del Segundo Imperio se restaura el escudo utilizado con anterioridad por los federalistas.
Posteriormente llegaron a coexistir una gran variedad de diseños del escudo nacional que eran colocados en toda clase de documentos tales como sellos, oficios, monedas, timbres postales, etc., aunque en lo primordial se respetaba el significado simbólico del escudo.
1880-1909
El presidente Porfirio Díaz hace cambios al escudo nacional simbolizando el fin de la división entre liberales y conservadores. El águila pasa de tener las alas extendidas a posición de descanso; el nopal nace de nuevo de una peña, pero esta vez la peña no emerge de un lago, sino que es sostenida por un listón blanco que une los lazos de laurel y olivo. Aunque el diseño del escudo cambió oficialmente en 1909, se siguió utilizando (como en monedas u otros sitios) aun años después.
Siglo XX
1909-1916
Por los festejos del centenario de la Independencia de México, Díaz hace un nuevo cambio al escudo, llamándose el «Águila del Centenario». El águila vuelve a voltear hacia la izquierda y tiene las alas extendidas; la peña vuelve a nacer de un lago.
1917-1934
El presidente Venustiano Carranza, con el fin de romper con el régimen de Porfirio Díaz y el establecimiento de la Constitución de 1917, realiza cambios al Escudo Nacional, poniendo el águila de perfil, con la intención de homogeneizar su uso en la República. El Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, reconoció las dificultades y obstáculos que se presentaban por las diferentes interpretaciones gráficas del escudo. Bajo esa consideración, Carranza expidió un decreto en el cual se definió y precisó la interpretación gráfica del escudo nacional. De acuerdo con el decreto, el escudo debía retomar los antiguos códices, por lo tanto el águila debía estar de perfil, posada sobre un nopal y éste a su vez, sobre una piedra en el agua. A pesar de que se trató de dar las características específicas, al hacerse el diseño, el águila agarraba a la serpiente casi a la mitad del cuerpo de ésta, lo que resultaba ilógico porque de tener vida el reptil, fácilmente podía atacar al águila. Otro defecto que se le encontró a este diseño fue el que la serpiente estaba con las fauces abiertas y la lengua de fuera, y las serpientes al atacar, abren las fauces para morder pero no sacan la lengua. Finalmente, no sólo por los detalles de diseño que se le encontraron, sino también por la inestabilidad política de la época, el decreto no entró en vigor.
1934- 1968
Se establece la primera legislación para los Símbolos Patrios. Se renueva el Escudo Nacional con base al diseño de Jorge Enciso. El 5 de febrero siendo presidente el general Abelardo L. Rodríguez, se expidió otro decreto para definir una vez más, las características del escudo nacional. El original de dicho diseño se encuentra en el Archivo General de la Nación y se entregó una copia al entonces Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. Las firmas del presidente de la República, del presidente de la Comisión Permanente del Congreso, del presidente de la Suprema Corte de Justicia, es decir la representación de los tres poderes, además de los secretarios de Estado, avalaron la autenticidad del diseño del escudo.
1968
El 17 de agosto de 1968 se publica un nuevo decreto en el Diario Oficial ratificó el diseño anterior y estableció la normatividad para el uso del Escudo Nacional.
“Art. 2º.- El Escudo Nacional está constituido por un águila mexicana con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas a nivel más alto que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud de combate, con el plumaje de sustentación hacia abajo tocando la cola y las plumas de ésta en abanico natural. Posada en su garra izquierda en un nopal florido que nace en una peña que emerge de un lago, sujeta con la derecha y con el pico en actitud de devorar una serpiente curvada de modo que armonice con el conjunto. Varias pencas del nopal se ramifican a los lados. Dos ramas, una de encino al frente del águila y otra de laurel, al lado opuesto, forman entre ambas un semicírculo inferior y se unen por medio de un listón dividido en tres franjas, que cuando se representa el Escudo Nacional en colores naturales, corresponden a los de la Bandera Nacional.”
El escudo nacional está basado en la leyenda de la fundación de Tenochtitlan.
Fundación de México Tenochtitlan, primera versión. Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme. Reprografía: Marco Antonio Pacheco / Raíces.
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