jueves, 4 de abril de 2019

Los maestros trabajadores, no laborantes


José Antonio Robledo y Meza
Colegio de Filosofía, FFyL-BUAP
WA: 2223703233

El diputado Mario Delgado marcó la importancia del esclarecimiento de conceptos para generar confianza entre los representantes de la CNTE y los diputados de las comisiones encargadas de la Reforma Educativa. Explícitamente se refirió a la existencia de tres palabras “malditas” que generan mucha confusión: “certificación, evaluación y escalafón”. La confusión conceptual impide -según el diputado Mario Delgado- aprobar una reforma “histórica, porque estamos de acuerdo todos los partidos políticos”. Esclarecer los conceptos ayuda a la comunicación y a los acuerdos porque, dice Mario Delgado, genera confianza al entender todos lo mismo.

Siendo importante el esclarecimiento de los tres conceptos mencionados voy a dedicar este espacio a dos conceptos que se confunden el uno con el otro y que tienen que ver con las actividades cotidianas de los mexicanos -por supuesto con l@s maestr@s- y con la calidad de sus vidas. Es necesario tomar conciencia de que el objetivo de una vida con calidad humana está relacionada con el trabajo y no con la labor.

Transformar la vida laborante en una vida de trabajo debe ser uno de los objetivos básicos de la Reforma Educativa por venir. La reforma al 3° constitucional tiene que convertirse en el detonador para que todos los maestros se conviertan en trabajadores.

Para comenzar diremos que trabajo y labor no son sinónimos. Si bien tienen algunas similitudes sus diferencias son significativas. Para esclarecer los conceptos de “trabajo” y “labor” partamos de un ejemplo. Juan labora cuando se dedica a pintar aros en una fábrica porque con ello obtiene un salario. Es una actividad rutinaria que no le provoca ningún placer y si, por el contrario, malestar que espera llegue a su fin para irse a descansar. Le disgusta la idea de regresar al otro día. No sabe para qué pinta tantos aros. Pinta por dinero. Ese es su objetivo.

Diego trabaja pintando murales, disfruta pintándolos. Los murales son obras suyas y pintarlos es la finalidad de las actividades que realiza. Todas sus energías están orientadas a realizar bellos murales y ama hacerlos porque sabe que procura experiencias gratas a quien los contempla. Su propósito es la excelencia. Diego siente placer haciendo murales, es feliz haciendo todo lo que significa hacer murales…

Veamos a partir de este ejemplo cuáles son las similitudes y las diferencias entre lo que hace Juan –laborar- y lo que hace Diego –trabajar-.

Similitudes.
Tanto el trabajo como la labor consumen el tiempo y las energías de las personas que los realizan; hacer lo uno o lo otro tiende a excluir otros quehaceres humanos; precisan determinada disciplina o autodirección.

El trabajo y la labor se orientan a la reproducción, no necesariamente de un artículo de consumo o una posesión negociable.

El trabajo y la labor, al estar dirigidos hacia un propósito determinado, pueden hacerse más o menos rápidamente, o con mayor o menor competencia, o con mayor o menor empeño, etc.

Estas son las similitudes entre el trabajo y la labor. Veamos ahora las diferencias.

Diferencias.
El trabajo tiene las siguientes características:
1) El trabajo es acción no enajenada. Su objetivo es realizar lo que se tiene que hacer por el valón intrínseco de las actividades, hacerlo de la mejor manera posible.

2) Los productos del trabajo son obras. La obra es la finalidad del trabajo de quien trabaja.

3) Para trabajar bien, el trabajador necesita amar o valorar aquello en lo que trabaja.

4) La excelencia de una obra se distingue tajantemente de su bondad instrumental y en particular de su propensión a procurar satisfacción a los consumidores, ya que esta satisfacción no es medida de la excelencia del resultado.

5) El trabajo no tiene que proporcionar placeres, es un placer; el placer consiste en hacer el trabajo de la mejor manera posible; no en alguna consecuencia, ni estado mental producido por el trabajo.

6) La felicidad que produce el trabajo consiste en realizar actividades: no la constituyen placeres producidos por las actividades.

7) El trabajo no está relacionado contingentemente con su producto. La descripción del proceso y la descripción del producto son parte de un mismo esquema conceptual; la calidad del trabajo y la excelencia de su producto se juzgan juntas.

8) El trabajo tiene un objeto con el que el trabajador esté de acuerdo y un propósito con el cual puede identificarse.

9) En el trabajo tiene que haber un empeño en que se produzca una obra de alguna clase, sujeta a normas de excelencia para esa clase de obra, y tal, que el trabajador desee producir esa clase de obra conforme a una descripción tal, que esas normas de excelencia sean las propias del caso y las cuales acepte él, en todas circunstancias.

10) El que trabaja siente amor por su obra, y tendrá una razón para proceder en ésta y no en otra manera, en términos de las cualidades y excelencias hacia las que apunta en el producto acabado.

A diferencia del trabajo la labor tiene las siguientes características:
1) Tiende a la alienación o enajenación.

2) Es rudo empeño y esfuerzos penosos.

3) Algunas labores producen placeres. El placer de laborar (en caso de que exista) es siempre extrínseco a la labor, por ejemplo, ganar dinero.

4) La labor está relacionado contingentemente con su producto; el proceso de producción y el producto son conceptualmente distintos. Muchos de quienes laboran en un proceso ni siquiera saben para qué producto sirve su labor.

5) No tiene un objeto con el que el laborante esté necesariamente de acuerdo y un propósito con el cual pueda identificarse.

6) La frustración (cuando no es diluida por la publicidad moderna) del laborar se origina, tanto de la falta de normas de excelencia a que pueda aspirar el laborante, como de la falta de un objetivo verdadero en el laborar.

Dicho lo anterior, es necesario tomar conciencia de que el objetivo de una vida con excelencia humana está relacionada con el trabajo. Transformemos una vida laborante en una vida de trabajo y hagamos lo consecuente para que todos nos convirtamos en trabajadores. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como portavoz del Pueblo Soberano debe hablar a favor de un México de trabajadores no de laborantes. Esta condición de un México de trabajadores debe impulsarse a lo largo de la Cuarta Transformación.

Todos los mexicanos deben constituirse en trabajadores y dejar de verse como simplemente laborantes.

Puebla, Pue. Arboledas de Guadalupe, 3 de abril de 2019

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