Foro 16 Educación para la
Trasformación
Sábado 19 de agosto
Consulta Nacional para la
elaboración del Proyecto de Nación 2024-2030
Criterios para la formulación
de una propuesta de educación para la trasformación
José Antonio Robledo y Meza
Profesor Investigador del
Colegio de Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y
representante de los proyectos “México el árbol de lo mil frutos” y “Temiki
Radio”.
Permítanme iniciar mi reflexión sobre el
título de este foro “Educación para la trasformación”.
La política como la educación
son conceptos que refieren procesos donde la intencionalidad humana es
fundamental para su entendimiento. Tanto la política como la educación son
acciones humanas que consideran dos dimensiones; por un lado, la intención, por
el otro, actividades realizadas para concretar la intención. El término “Trasformación” significa
específicamente, una toma del poder sin violencia y apoyada por el pueblo, para
llevar a cabo una reestructuración básica de la comunidad política. Esta es una
definición estrictamente política del acto de trasformación y-de-sus-secuelas, de
la trasformación como proceso continuado y casi interminable. La “Cuarta
Trasformación” es el nombre del proyecto político vigente en México.
Dicho lo anterior resaltaré los aspectos que
se contraponen en la presente Cuarta Trasformación. Por un lado, están los
hechos y la realidad (diagnóstico>) y, por el otro, los ideales y las ideas
(programa político).
Los ideales se expresan mediante ideas y ambos
están en nuestra cabeza y coinciden plenamente con sus representaciones
mentales. Los hechos y la realidad se encuentran fuera. Los hechos son la
experiencia y la evidencia en torno a hechos. Muy poca de esta experiencia y
evidencia se basa en conocimientos personales; en su mayor parte consiste en información
sobre la experiencia y la evidencia. Aun así, ideas y hechos, ideales y
realidad poseen –por encima y más allá de sus diferencias intrínsecas- un
elemento crucial en común: ambos reciben su significado, se configuran,
comunican y se fijan mediante palabras, y además mediante las mismas palabras. La
palabra “trasformación” la usamos independientemente de si nos referimos al
ideal o a la realidad. De igual modo, “pueblo”, “soberanía” “igualdad”, “democracia”,
“libertad”, “justicia” y “amor”, etc., son términos idénticos (palabras) para
los ideales y para los hechos. Si se admite que los hechos son, en verdad, información
sobre hechos, y que se conjuntan armónicamente con ideales, entonces y teniendo
lo anterior como premisa es razonable inferir que un proyecto de educación para
la trasformación debe considerarse como un proceso que considera iniciar desde
un presente a trasformar, como efecto de los hechos pasados (historia) y una
proyección de sus ideales hacia el futuro.
La constitución como instrumento de la
trasformación.
De acuerdo al artículo 39
constitucional “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el
pueblo” y el artículo 40 establece que “Es voluntad del pueblo mexicano
constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal…”
Si el Gobierno es la
autoridad que dirige, controla y administra sus instituciones, la cual consiste
en la conducción política general o ejercicio del poder
ejecutivo del Estado, entonces el gobierno -el conjunto de funcionarios-
debe sujetarse a lo mandatado en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. ¿Cuáles son los objetivos nacionales permanentes que el pueblo ha
definido como intereses vitales de la república? ¿Cuáles son los elementos
ideológicos y filosóficos de un gobierno de la Cuarta Trasformación? ¿Qué
establece la vigente constitución en materia educativa?
De acuerdo al artículo 3 “Toda persona tiene derecho a la educación” y esta será
universal, inclusiva, pública, gratuita y laica. La educación se basará en el
respeto irrestricto de la dignidad de las personas, con un enfoque de derechos
humanos y de igualdad sustantiva. Tenderá a desarrollar armónicamente todas las
facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el
respeto a todos los derechos, las libertades, la cultura de paz y la conciencia
de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia;
promoverá la honestidad, los valores y la mejora continua del proceso de
enseñanza aprendizaje. El Estado priorizará el interés superior de niñas,
niños, adolescentes y jóvenes en el acceso, permanencia y participación en los
servicios educativos y establece que las maestras y los maestros son agentes fundamentales
del proceso educativo. Los planteles educativos constituyen un espacio
fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje. El Estado garantizará que
los materiales didácticos, la infraestructura educativa, su mantenimiento y
las condiciones del entorno, sean idóneos y contribuyan a los fines de la
educación. El Ejecutivo Federal determinará los principios rectores y objetivos
de la educación inicial, así como los planes y programas de estudio de la
educación básica y normal en toda la República. Los planes y programas de
estudio tendrán perspectiva de género y una orientación integral, por lo que se
incluirá el conocimiento de las ciencias y humanidades: la enseñanza de las
matemáticas, la lecto-escritura, la literacidad, la historia, la geografía, el
civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación, las lenguas indígenas de
nuestro país, las lenguas extranjeras, la educación física, el deporte, las
artes, en especial la música, la promoción de estilos de vida saludables, la
educación sexual y reproductiva y el cuidado al medio ambiente, entre otras.
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias,
dicha educación será laica.
II. El
criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso
científico,
a) Será democrático, considerando a la democracia no
solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un
sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y
cultural del pueblo; b) Será nacional (…); c) Contribuirá
a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la
naturaleza, la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de
las familias, la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de
fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas,
de religión, de grupos, de sexos o de individuos; e) Será
equitativo(…) f) Será
inclusivo g) Será
intercultural h) Será
integral, i) Será
de excelencia, entendida como el mejoramiento integral constante que promueve
el máximo logro de
aprendizaje de los educandos, para el desarrollo de su pensamiento crítico y el
fortalecimiento de los lazos entre escuela y
comunidad;
V. Toda persona tiene derecho a gozar de los beneficios del
desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica.
VII. Las universidades y las demás instituciones de educación
superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la
responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar,
investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este
artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y
discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los
términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y
administrarán su patrimonio.
Fundamentos filosóficos de la Cuarta
Trasformación.
Presentaré, en primer lugar,
lo que considero son los fundamentos filosóficos sobre los que tiene que
apoyarse una propuesta educativa para la trasformación que tiene la intención
explícita de trasformar a México para construir una Nueva República, para
después formular propuestas puntuales. Iré directamente al tema.
El Movimiento de Regeneración
Nacional descansa en una triada: un principio filosófico, una intención ética y
una propuesta política, y esa misma triada debe fundar la propuesta educativa
coherente con el Movimiento de Renovación Nacional.
Pueblo Soberano es el principio filosófico, Nueva
República es la propuesta ética y Cuarta Trasformación es la
propuesta política. Esta triada da cuenta de lo que llamamos Humanismo
Mexicano. Así pues, el Humanismo Mexicano es la guía del Movimiento de
Regeneración Nacional porque se fundamenta en el principio del Pueblo Soberano,
tiene la intención de construir una Nueva República y porque su propuesta
política llamada Cuarta Trasformación da cuenta de la evolución histórica del
pueblo mexicano que es representativo de la evolución de la humanidad plena.
La Soberanía Popular (SP) es
un principio filosófico que nace junto a la forma republicana de gobierno y con
unos derechos y garantías constitucionales. La soberanía nacional reside en el pueblo,
del que emanan los poderes del Estado. Estos derechos y garantías no niegan
ningún otro derecho. Todos estos elementos están expresados en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El concepto de Pueblo
Soberano encierra una visión histórica nombrada como Cuarta Trasformación que
alude tanto al pasado como al presente y al futuro. Un pasado que considera en
alta estima las culturas de los pueblos precuauhtémicos así como tres de las
trasformaciones antecedentes a la presente Cuarta Trasformación. La primera
trasformación que enarboló la bandera de la libertad, la segunda trasformación
que luchó por el principio laico y la tercera trasformación que fue guiada por
el principio de la justicia social. Así pues, la cuarta trasformación es la
expresión de estas conquistas y que no es otra cosa que la conjunción de tres
valores: libertad, laicismo y justicia social y a esto llamamos Humanismo
mexicano.
El humanismo mexicano puede
verse como una demokratología, esto es, como un sistema que descansa en el
postulado de Pueblo Soberano, en el objetivo de una Nueva República y el camino
de la Cuarta Trasformación.
El humanismo mexicano es así
una demokratología sistemática porque formula una visión histórica coherente,
ordenada y racional que da cuenta de una visión del Universo, del hombre y de
la sociedad. Esta demokratología toma en cuenta un principio filosófico, una
intencionalidad ética, los resultados de la investigación científica, la
historia y formulaciones constitucionales.
Esta demokratrología puede
dividirse en, al menos, las siguientes doctrinas: Pueblo Soberano, Pueblo Histórico y Héroes, Autoridad Epistemológica,
Mexicano Universal (hombre), Nueva República (Sociedad y Futuro).
La Autoridad del Pueblo
Soberano está dividida en tres poderes: ejecutiva, legislativa y judicial. La
Autoridad del Pueblo Soberano emana de la historia del pueblo, es una autoridad
histórica que tiene presente la heroicidad del pueblo mexicano y su intención
de construir una cultura universal.
La victoria de la 4T sobre el
neoliberalismo atrajo la mirada de todo el mundo porque apareció como una
alternativa que puede y debe evitar que la humanidad se trasformara en un único
colosal y global proletariado lumpen. Ahora bien, surgen las siguientes
preguntas: ¿Cómo restructurar el sistema social?, ¿en qué van a ocuparse los
millones de personas en el futuro inmediato? ¿No estarán, desamparados,
expuestos al océano del tiempo libre? ¿Qué tenemos que hacer? ¿En qué hemos de
ocuparnos nosotros y nuestros semejantes?
Como puede verse la pregunta
ya no es solamente cómo se reparten justamente los frutos del trabajo, sino
cómo hacen soportable las consecuencias del no trabajo.
El derecho a la educación de
los mexicanos
¿Cómo entender
el derecho de los mexicanos a la educación? ¿Cómo se relaciona este
derecho con la democracia y con la excelencia intelectual? ¿Cómo proporcionar a
los mexicanos oportunidades para que cada uno de ellos de lo mejor de sí, para
que logre algo que valga la pena y para que se sienta orgulloso de ese logro?
Responder estas preguntas, entre otras, nos ayuda a definir el sentido de
“derecho a la educación”.
Debe partirse de que los
objetivos de la educación pública deben ser iguales para todos y
básicamente son tres: el desarrollo y el perfeccionamiento personal,
mental, moral e intelectual (todos deben aspirar a sacar el máximo provecho de
sus capacidades, han de poder aprovechar las oportunidades de desarrollo
personal que brinda la sociedad), una preparación adecuada para asumir los
deberes y responsabilidades de la ciudadanía y proporcionar las
habilidades lingüísticas básicas comunes -que incluye la habilidad para
estudiar- a todo trabajo (no labor) en el seno de una sociedad en permanente
cambio.
Los mexicanos
están llamados a vivir y ganarse los satisfactores de sus necesidades de
una manera inteligente, responsable y a disfrutar en la mayor medida posible de
toda la felicidad que puede hacer plena una existencia humana.
Así pues, la educación
pública debe constituirse en instrumento para orientar a los
mexicanos para las tres exigencias comunes a todos los ciudadanos:
prepararlos para ganarse la vida, permitirles entender las exigencias y modos
de actuar en una sociedad tecnológicamente desarrollada y familiarizarlos con
el trabajo intelectual. Para ello la igualdad y la excelencia en
educación deben formar parte de la intencionalidad del sistema educativo
mexicano.
La igualdad en la educación
es predicada bajo la creencia de que en una democracia todos los ciudadanos
tienen derecho a los instrumentos necesarios para una activa y bien
reflexionada ciudadanía. La excelencia en la educación viene de
un compromiso con el aprendizaje, que va de la adquisición de las
capacidades básicas de leer, escribir, solucionar problemas, pensar creativa y
críticamente.
La igualdad no significa
que todos los mexicanos aprendan las mismas cosas de la misma manera,
aunque si requiere mínimos márgenes comunes de comprensión. Requiere que las
diferencias de capacidad para aprender, de intereses y de propósitos no sean
utilizadas para disminuir las oportunidades de aprender o de tener acceso al
conocimiento.
Exagerar la desigualdad y
desatender la excelencia sirven para minar uno de los más importantes
propósitos de la educación de los mexicanos para una ciudadanía inteligente y
activa basada en habilidades y conocimientos compartidos. La excelencia de solo
algunos no debe obtenerse a expensas de otros. Aceptar la desigualdad corrompe
el compromiso con el aprendizaje.
Buscar la igualdad es
alentar que los estudiantes exploten todas sus capacidades de
aprendizaje y buscar la excelencia. Al buscar la excelencia se le da
contenido a la igualdad ya que hacemos un compromiso con la calidad.
Buscar la igualdad y la
excelencia implica proporcionar oportunidades para que cada mexicanos de
lo mejor de sí, para que logre algo que valga la pena y para que se sienta
orgulloso de ese logro. Esto es lo que define el sentido de “derecho a la
educación”.
Estos elementos deben ser
considerados en los tres niveles del sistema escolar mexicano donde se realizan
las funciones académicas de la docencia, la investigación y la extensión. Estos
aspectos son muy importantes pero su viabilidad depende de su administración y
es aquí donde faltan estudios y propuestas que permitan una discusión y reformas
a las estructuras administrativas burocráticas del sistema escolar y las
instituciones que están afectadas por la corrupción.
robledomeza@yahoo.com.mx
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